-XII-

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Toga POV.

Abrí los ojos lentamente y me dí cuenta que era de día. La luz del sol dañaba mis ojos.

Recordé de pronto que era día de escuela.

—¡Ahg! Qué fastidio —lo único que quería era seguir durmiendo hasta que fuera hora de comer y luego seguir durmiendo hasta que sea hora de comer otra vez.

Solo eso quería, comer y dormir. De todas formas eso es lo que hacen los villanos, ¿No?

Comer y dormir, y cometer... ¿Villaneses? No se si esa palabra existe, pero me importa un reverendo kilo de verduras. Yo no quiero deberes y punto.

Me cubrí la cabeza con las sábanas. No estaba dispuesta a regresar a esa puta escuela para falsos héroes.

*Toc* *Toc* Toc*

—Toga, ¿Quieres algo de desayunar antes de irte a la escuela?

La voz de la señora Inko me hizo enojar. Me quité la sábana de encima, me senté en la cama y cuándo iba a decirle que se fuera al demonio.

—Ah... —Abrí mi boca y levanté mi dedo índice. Pero las palabras no salieron.

Recordé lo buena que ella ha sido conmigo, no se merecía que fuera grosera con ella.

—Me encantaría, señora Inko —dije con algo de vergüenza.

—De acuerdo Toga-San —la escuché decir. —Tienes el baño libre para darte un baño antes de desayunar.

—Si, ¡Gracias! —Sonreí.

Si, definitivamente ella vivirá después de que me vaya de esta casa.

Me levante de la cama de muy mala gana. Me cubrí la boca con mi mano para ahogar un bostezo. En verdad tenía mucho sueño.

Me rasque el trasero y ya sin más tiempo que perder salí de la habitación y me dirigí al baño para darme una buena ducha de agua caliente.

—Me la gastaré toda para que el idiota ese se bañe con agua fría —pensé con malicia refiriéndome a Izuku obviamente. Abrí la puerta del baño y me dispuse a entrar. —Jajaja, tal vez se enferme y se muera el muy...

En ese momento me quedé paralizada y sin habla al ver que Izuku estaba en el baño. Estaba viéndose en el espejo.

Sentí que mi cara ardía y mucho al verlo únicamente usando una toalla, tenía su pecho y abdomen descubierto.

No supe por que pero sus músculos y sus abdominales bien marcados me dejaron hipnotizada. Por alguna razón no podía dejar de verlo.

Lo odiaba y mucho. Pero en estos momentos sentía algo más que bajaba por mi entrepierna. Era extraño, si antes me enamore de él cuándo lo vi por primera vez en el campamento que yo y mis demás amigos atacamos. Pero ahora, ahora no lo soportaba.

–¡AAAAH! ¡Toga!

El grito de horror de Izuku me hizo dejar de estar embelesada en su cuerpo semidesnudo.

—¡Esta ocupado! ¡Esta ocupado! ¡Ya mero salgo! —Empezó a hacer un escándalo por nada.

Ni que lo estuviera violando o algo así.

—Oye, tranquilo viejo —le dije cruzándome de brazos y desviando la mirada al techo. Aunque lo miraba de reojo por breves momentos.

No sabía por que de la nada me parece taaaaaaan irresistible.

Mi Chico Favorito. Where stories live. Discover now