Capítulo 37 - Chicas Peligrosas: Parte 9.

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Capítulo 37 - Chicas Peligrosas: Parte 9.

Izuku llegaba a lo que parecía ser un edificio de apartamentos. Parecía desesperado y algo inquieto y es que la super orgia que había tenido en su casa anoche, pues lo había hecho entrar en razón.

Y hacerlo ver que necesitaba ayuda.

Pero una ayuda de lo más profesional.

—¡AIZAWA SENSEI! —Gritó con todas sus fuerzas el nombre de la persona que vivía en el apartamento que estaba atrás de la puerta a la que le acababa de gritar.

Al principio no obtuvo respuesta y luego de varios minutos seguía sin tenerla.

Parecía que no había nadie en casa.

Mientras tanto del otro lado de la puerta. Cierto pelinegro miraba la televisión con cansancio esperando que uno de sus estudiantes que lo vino a molestar, se largara y no lo molestara más.

Estaba harto y no precisamente de Midoriya quien aún tocaba su puerta. Si no, de todos sus demás estudiantes y no sólo los de último año. Los estudiantes de primero y segundo año habían agarrado la maña de venir a su casa y buscarlo en la escuela para contarle sus problemas y pedirle consejos.

—Solo por que soy su consejero estudiantil no quiere decir que los ayude cada vez que vienen a pedirme consejos... —Dijo por lo bajo.

Levantó la vista al ver que Midoriya había dejado de tocar y gritar en su puerta. Al parecer este se había ido.

Parecía...

¡PRAAAAAAMMM!

El maestro de levanto de su asiento muy sorprendido al ver lo que acababa de hacer el peliverde.

—Respeto su privacidad como consejero estudiantil tocando su puerta, pero reafirmo mi necesidad de estudiante necesitado de un consejo, entrando de todos modos —exclamó Midoriya quien había derribado la puerta de su maestro con un enorme ariete.

Aizawa simplemente suspiro y después de que le ordenará a Midoriya reparar su puerta y dejarla como nueva.

Se sentó con el para discutir sobre su problema.

El peliverde le contó sobre los problemas con chicas que tenía, sobre el experimento de Mei, sobre cuándo perdía el control y sobre cómo les daba a todas ellas como cajón que no cierra por horas y horas.

El maestro simplemente levanto una ceja no entendiendo muy bien el problema.

—Yo no le veo problema Midoriya, estas en la etapa de la vida donde las chicas te atraen y lo que me dices que Mei te inyectó a la fuerza, pues simplemente me parece un tipo de suplemento que te da más energía, nada nuevo —dijo el maestro con sumo desinterés.

El peliverde medito un poco lo que dijo el mejor maestro que había en la U.A.

Era cierto, el no se sentía enfermo y las chicas con quienes ha estado, ninguna de ellas se había quejado después de estar con él.

—Seguramente por tanto estrés escolar he desarrollado una especie de tensión que perjudica mi estilo así mismo la preocupación por que pronto voy a convertirme en un profesional me ha llevado a tener mucho estrés, razón por la cual me he acostado con muchas chicas para así librarme de la tensión al tiempo en que les ayudo a ellas a librarse del estrés, motivo por el cual me siento muy bien al ayudarlas ya que como un futuro héroe profesional y próximo héroe numero uno pues me veo en la obligación en ayudar a todo aquel que necesite de mi ayuda, importando muy poco lo que tenga que hacer para llevar a cabo mi labor como estudiante de la más prestigiosa escuela de héroes que hay en todo Japón, por lo tanto no requiero de ayuda para mi problema, pues por que en primer lugar no hay ningún problema, así que pensándolo bien, debería seguir con mi vida tal y como esta y... —Mientras este murmuraba cosas sin sentido.

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