Mi Chico Favorito.

-XXXVII- Chicas Peligrosas: Parte 3.

Capítulo 37 - Chicas Peligrosas: Parte 3.

En su vida había sentido tanta humillación. Ella no recordaba haber hecho algo cómo eso pero las grabaciones y los vídeos que circulaban por toda la red la hacían ver que eso de lo que la acusaban y se burlaban de su persona, pues era cierto.

Era imposible.

Pero...

Ella lo hizo y las pruebas en vídeo existían por montones. Cosa que le resultaba en un enorme problema a la hora de encontrar trabajo.

Puesto que llevaba casi un par de años que se graduó de la Academia Shiketsu y no había podido hallar una empresa de héroes que quisiera contratarla.

Siempre era lo mismo.

Miren, es la desnudista.

Hey exhibiciónista, ¿No crees que usas mucha ropa?

Y pensar que son tan jóvenes y solo piensan en vulgaridades.

Esos y muchos otros insultos y demás ataques eran los que escuchaba cuando iba por la calle o iba a buscar trabajo.

Llevaba mucho tiempo así.

Ya estaba harta.

—¿Por qué no puedo recordar nada de eso? —Dijo una desconsolada chica rubia de cabello color beige.

Esta se veía sumamente fatal.

Se hallaba en su apartamento. El cuarto estaba lleno de basura y botellas por doquier. No lo soportó más tiempo y cayó en una fuerte depresión y ansiedad lo que la hizo desarrollar una inevitable adicción a la bebida.

Por lo que ahora mismo se hallaba bebiendo su tercer botella de cerveza.

—Hazme recordar por favor... —Le rogó a la botella pero esta no le concedió ningún favor.

Era algo imposible de cumplir. Siguió bebiendo y bebiendo hasta que su estado mental la hizo hacer ver cosas.

—¡TÚ! —Gritó enardecida al ver a ese chico peliverde de la Academia Yuei frente suyo. Se abalanzó rápidamente sobre él tirandolo al suelo y sentándose sobre su estómago mientras lo retenía para que no pudiera escapar. —¡Dime qué pasó exactamente ese día! —Exigió saber.

Al igual que ella. Izuku era una de las personas involucradas en ese extraño suceso, aunque él no salió tan afectado. Puesto que cómo es el discípulo del gran All Might, pues la gente lo ve a él más cómo a una víctima y a ella cómo una acosadora.

Ella siguió intentando hacerlo hablar. Pero nada, él simplemente la observaba con suma seriedad.

—¡DIMEEEEEE! —Gritó con lágrimas en sus ojos.

Además de harta, estaba muy agotada. Sufría de insomnio gracias a las deudas que tenía. Incluso podría perder su apartamento si no le pagaba al banco todo lo que le debía en los próximos días.

Estaba perdida. Nadie quería contratarla. Además, no es cómo que la necesitarán, sobraban miles de héroes en la sociedad y la escasez de empleo muchas veces hacia que las personas buscarán trabajo de otra cosa que no fuera de héroe.

—Estoy perdida... —Murmuró mientras se recostaba en el suelo en posición fetal y se quedaba profundamente dormida.

Al final la bebida hizo que pudiera conciliar el sueño.

Más o menos.

Algunas quince horas después.

Se despertaba lentamente de su estado de sueño. Lo primero que hizo fue ver a todas partes. Se levantó lentamente hasta estar sentada, en el suelo obviamente. Vio la estancia. Su apartamento estaba lleno de basura.