Mi Chico Favorito.

-XV-

La tensión dentro del baño se podía sentir por cada rincón de este. Por un lado estaba Ochaco Uraraka, una adolescente próxima a ser mayor de edad, esta se encontraba de espaldas contra la pared observando de forma aterrada a sus muy buenas amigas.

Estas la observaban de brazos cruzados con expresiones amenazantes en sus rostros. Dispuestas a usar cualquier método para hacerla hablar.

—¿Y bien, Uraraka-San? —Primero habló la chica sin rostro.

La castaña la volteó a ver rápidamente. No sabía que querían saber de ella exactamente.

—N-no s-s-sé de que hablan... Jeje —habló muy nerviosa la joven Ochaco.

—¡Es mentira! —Gritó Mina haciendo que todas pegaran un brinco por el susto. La chica de rosa se acercó a la aterrada chica. Acercó su rostro furioso al de ella para interrogarla con más ímpetu. —Sabemos que te gusta alguien y es obligatorio que nos lo digas ahora. —Exigió mostrando una sonrisa perversa al final.

—A-aaaah... —Uraraka no supo que decir. Simplemente se quedó con la boca bien abierta. En verdad ya no sabia que estaba pasando.

—Oye Mina-Chan, no creo que sea buena idea presionarla —habló Yaoyorozu de forma serena. Se percató del nerviosismo de su amiga y le pareció que ya era suficiente de estarla molestando.

—¿Pero por queeeee? —Se quejó Mina. —¡Quiero hablar de romance ahora! —Exclamó.

—Pero Mina, no creo que... —Habló Jirou.

—¡Ahora! —Pero Ashido la interrumpió.

—No creo que...

—¡Ahora!

—Pero...

—¡Dije ahora, ahora, ahora! —Por más que la chica emo intentará hacer entrar en razón a la de cuernitos, esta la interrumpía haciendo un berrinche infantil. —Sabes, mejor olvídalo. Tengo demasiados problemas cómo para estar aquí perdiendo mi tiempo. —Murmuró Jirou muy molesta.

Con un semblante muy molesto y de brazos cruzados se fue del baño. Obviamente por el problema monetario que aún la molestaba y le quitaba el sueño por las noches. Pensó que esta intervención podría hacerla olvidar sus problemas pero no, sólo la molesto un poco más.

Las demás quedaron observando sin decir nada, cómo su amiga se iba del cuarto de baño.

—¿Estará bien? —Preguntó Ochaco.

Las demás la voltearon a ver. La castaña retrocedió al ver que las miradas acosadoras de todas la observaban fijamente.

—Estará bien, Kaminari y yo nos encargaremos luego de ayudarla —musitó Ashido con desinterés para luego observar con los ojos entrecerrados a su amiga. —Pero ahora lo más importante es que nos digas sobre tu relación secreta.

Eso hizo que Uraraka apretara los dientes en una clara expresión de miedo.

—Es Midoriya, ¿Cierto? —Preguntó con una sonrisa perversa.

—¡Ah! —Gritó Uraraka por la impresión. —Nonononono, no es él. —Negó en repetidas veces con la cabeza y las manos.

Eso solo hizo que la curiosidad de las demás aumentará.

—¿O tal vez, Iida-Kun? —Preguntó Hagakure con tono burlesco.

—Uh... —Uraraka se detuvo y observó con una ceja levantada a la chica invisible. Eso sí que era un poco incorrecto de pensar. Eran amigos pero ella no veía al chico alto de esa forma. —Eh, no, no es él, estoy segura... —Murmuró totalmente segura pero ese fue un grave error. Rápidamente se tapó la boca con ambas manos y abrió los ojos cómo platos. La había regado.