-XXV- Decisiones Que Pueden Destruir Vidas.

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—¿Qué mierda eres tú? —Preguntó Jirou al extraño ser cuadrúpedo qué estaba sentado al lado suyo en el sofá.

—Hola soy Pinkie Pie —saludo la pony de rosa con mucha felicidad. Parecía feliz de hacer una nueva y genial amiga.

—... Ok —Jirou la miraba con una ceja levantada. No sabía si las drogas eran demasiado potentes o estaban defectuosas por qué no se suponía que le hicieran daño. En realidad este tipo de drogas eran cómo un dulce que tenía la capacidad de librar su cuerpo del estrés. Pero este extraño ser colorido en verdad la hacía dudar. —Rayos... Esto está muy raro... —Habló a la cuarta pared. —Tal parece que nuestra mami y todo adulto que cree qué nos puede dar un consejo, tenían razón al decir que las drogas son malas para la salud... —Comentó de brazos cruzados.

—¿Uh? —La pony la observó fijamente un tanto extrañada. Por alguna razón, la humana rebelde empezaba a hablar viendo hacia el frente. —Eso es raro incluso para mi...

Jirou rodó sus ojos a un lado. Tomó nuevamente la pajilla y sin pedir permiso sorbió un poco más de esos polvos blancos qué sentía qué ahora necesitaba para poder seguir viviendo.

—Aaaahh... Delicioso... —Dijo con una expresión de relajación extrema. —Creo que guardaré un poco para después... —Dijo con seriedad. —Ya es después. —Dijo rápidamente y acto seguido se puso a sorber más de esos polvos mágicos.

Un rato después.

—¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¡SIII! ¡WOOOOHHHOOOO! —Celebró Jirou mientras daba vueltas y vueltas. Tenía tomada de las pezuñas a Pinkie Pie.

—¡WOOOOHHHOOOO! —Celebraba Pinkie por lo divertido que era dar vueltas y vueltas y más vueltas y vueltas.

Sin duda alguna Jirou se sentía con mucha energía. Ahora sabía cómo funcionaban las tales drogas. Se debían inhalar por completo y sin dejar nada.

—Debo conseguir más... —Murmuró con un tono relajado. Aún daba vueltas y vueltas mientras tenía lo que parecía un cojín del sofá. Creyendo qué era un pony de colores.

Qué loca...

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—¡Agh...! T-Toga no hagas eso... P-por favor... —Se quejaba Izuku mientras la rubia no paraba de lamerle y besarle el cuello. —¡AAAAHH! —Gritó mientras cerraba los ojos muy fuertemente. Toga le había encajado sus colmillos en su cuello cómo si de un vampiro se tratara.

—Dedajate... —Dijo Toga mientras tenía parte de la piel de su amado entre sus fauces. —Acabademos juntos... —Dijo con malicia pensando en ir lo más lejos posible con el bello semental qué la acababa de calentar con ese beso perfecto. Sentía cómo su entrepierna no dejaba de botar líquidos y cómo la temperatura de su cuerpo aumentaba hasta el grado de quemar su ropa.

En verdad lo necesitaba en su interior ahora mismo.

—Aaaahh... Esto es malo... —Murmuró Deku con dificultad. Sentía cómo su miembro empezaba a levantarse y a endurecerse. Tenía sentada a la chica sobre este y eso empezaba a hacer qué perdiera poco a poco el control.

No pasaría mucho tiempo para que su fuerza y capacidad bestial empezará a tomar a otra víctima.

Y él quería eso...

—¿Qué es esto? —Toga dejó de morder el cuello del chico y se bajó a una altura en dónde su cara estaba enfrente de la entrepierna del chico peliverde. —Veo que cierto goloso está desesperado por liberar a su animal interior, ¿Eh? —Habló con burla. Cosa que molesto a Midoriya en gran medida.

Mi Chico Favorito. Where stories live. Discover now