-XXXII- Trabajo En Parejas 3: Parte 1.

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POV desconocido.

Han pasado no se... ¿Diez años?

O tal vez más desde que todo parecía estar bien y luego mal y por último muy, pero muy mal.

Pero, ¿Acaso yo tuve la culpa de lo que pasó? Obviamente no, ella... Si, esa malparida me robo a esa persona que más amaba, era mío y de nadie más.

Luego mi amado me robo algo que era más preciado para mi, mucho más que él mismo. Para que después esa perra que me prometió que nunca me dejaría sola, hiciera de las suyas con mi cuerpo y me robara lo segundo más preciado en mi vida.

Así es, mis dos bebés deben tener no sé... ¿Cómo diez años?

Los extraño y aunque solo estuve un breve tiempo con ellos antes de que me los quitaran... Pues los amo. Salieron de mi y eso es lo más hermoso que puede haber en el universo.

Quisiera salir de este lugar pero al parecer matar a alguien es significado de cárcel o en mi caso terminar en un lugar peor que El Tártaro. Esa cárcel de máxima seguridad que una de mis disque amigas destruyó por un deseo egoísta.

Ahora estoy maldecida con un poder que no pedí pero que me dieron a la fuerza, me encuentro en un lugar maldito y lo odio. Es horrible ser yo.

Fin POV desconocido.

Se veían a dos personas en una sala de estar. La habitación era completamente blanca. Parecía una sala de interrogatorios. Pero, no lo era.

Era el típico escenario en donde un psicólogo interrogaba a un paciente con problemas mentales.

Habían dos mujeres en la habitación. Una chica de tal vez veinticinco años con su cabello rapado, usando una camisa de fuerza. Esta observaba la mesa frente a ella sin decir nada de nada. Parecía perdida en un mundo distante.

La otra era una mujer de color, tal vez en sus cincuenta. Vestida de traje de color gris y con anteojos. Viendo con seriedad a la asesina que tenía enfrente. Hasta hace poco que había tomado su caso ya que la chica no parecía cooperar con ningún psicólogo anterior y había una pequeña esperanza de que ella pudiera tratarla.

La chica había sido sentenciada a pena de muerte pero su poder le impedía morir. Prácticamente su cuerpo curaba y regeneraba cualquier herida que esté sufriera por más letal que fuera.

Había leído su expediente. Se había graduado en la ya extinta U.A. Pero lo raro es que en ese entonces su poder era otro y no ese que tenía ahora. Algo no cuadraba en el expediente de la chica.

—¿Me dirás cómo conseguiste ese poder? —Preguntó la mujer.

La chica sólo guardo silencio sin inmutarse. No parecía estar aquí.

—Sabes, muchas personas tal vez se tragaron esa historia de que los super poderes están mutando últimamente y que una persona ahora puede tener hasta cinco poderes, pero eso es ilógico —comentó la psicóloga.

Silencio. Nada más que eso.

Por más que la profesional de psicología hablará la chica no parecía estar aquí. Era cómo si estuviera perdida en su mente.

O en algún recuerdo.

—"Sangre... Solo veo la sangre de mi amiga... Pero... Ella se lo busco... Se robó algo que era mio y eso es imperdonable..." —Pensaba esta. —"El enorme cuchillo entrando en su vientre me persigue a todas partes... Pero ella se lo busco... Él era mío y de nadie más... Mío... Mío... Mío... Mío... Mío... Mío... Mío... Jajaja... Mio...".

Mi Chico Favorito. Where stories live. Discover now