¿Por qué no me responde?

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POV Milluki

La siguiente reacción de Milluki era esperable, tanto como el grito de frustración que soltó. –¡Ahgg! ¡Al demonio! ¡No puedes venir a interrumpirme justo ahora!- Había soltado, notando que Leorio parecía ido, tal vez aún procesando lo ocurrido en ese momento, ya que no lo alejaba, aunque sí que había dejado de besarlo, cosa que no le gustó mucho a Milluki que miró de mala manera a Chrollo, que no hizo más que responder sencillamente.

-¡Yah! Milluki, no me regañes. Tú fuiste quien hizo la cita con esa gente, yo solo vengo porque después te pones insoportable si no cumples tus compromisos y no consigues lo que quieres. Tenemos que irnos en tres minutos si quieres llegar tiempo.– Agregó Chrollo, aún sin girarse a mirarlos. Ver a Milluki tras Leorio y alguno que otro beso era una cosa, pero verlo casi a punto de sacarse la ropa... –Además, no puedes estar haciendo esto aquí, te recuerdo que tienes muchas jóvenes trabajando en este mismo momento afuera, si alguna entra a consultarte algo y te ve... Seguro se arma el caos.– Añadió con tranquilidad.

-¡Malditos todos!- Murmuró Milluki molesto, sin alejar sus manos de Leorio, quien parecía ahora empezar a reaccionar, aunque no lo alejaba de su cuerpo, algo que obviamente le agradó a Milluki, que se dejaba toquetear totalmente a gusto, aunque al mirar la expresión del menor notó que ahora sí parecía volver a recomponer su actitud más bien seria, reservada y tímida. Al instante siguiente se vio bajado de los brazos de Leorio que carraspeaba incómodo, viéndose totalmente delicioso para Milluki.

Lo que salió después de labios de Leorio lo hizo sonreír arrogante, lo había llevado a un estado de dejarlo totalmente inconsciente de su ubicación. –Tranquilo, hermoso. Si me haces visitas como esta todos los días eres más que bienvenido. De hecho prepararé un cuarto para nosotros aquí.– Agregó Milluki, sonriendo malicioso. Entonces notó que Leorio hablaba con Chrollo sobre dejarlo despedirse.

-Sí, bueno, ni que me quedara otra. Pero date prisa, que Milluki tiene que salir.– Agregó Chrollo antes de salir, dejándolos solos y haciendo que Milluki rodara los ojos con algo de fastidio, sin dejar de acariciar el cabello de Leorio, totalmente feliz con su camarero.

La siguiente pregunta de Leorio hizo sonreír más que satisfecho a Milluki, quien lo atrajo de la barbilla para besar sus labios suavemente, embobándolo. –¿Esa es un invitación indecorosa para todo el fin de semana?– Preguntó en tono travieso y algo burlón. -Mmm... Puede que esta vez sí te deje llevarme a la cama... Aunque aún te faltan algunos méritos para complacerme, así que, sorpréndeme.- Añadió sin dejar de tocar a Leorio donde fuera que tuviera sus manos, notando el nerviosismo del menor. Dios, como le encantaba ese camarero ardiente y también tímido y cohibido.

Ver la confusión en el rostro de Leorio casi lo hace reír de deleite, pero se contuvo, sobre todo al notar la sonrisa ante su respuesta, que era un obvio sí. Al instante nuevamente estaban besándose, dejando a Milluki totalmente con ganas de asesinar a los infelices con los que tenía reunión ese día y que le arruinaban su instante de pasión con el camarero delicioso ese.

Milluki al instante le quitó el teléfono a Leorio y anotó él mismo los números. –Ahí tienes, camarero. Y no lo olvides, de hoy en adelante eres solo mío.– Añadió con el tono posesivo obvio de su persona. Entonces se tomó una foto a sí mismo con el teléfono del menor y la programó con el número, colocando en el número de contacto "mi dueño". Entonces le devolvió el teléfono.

-Obviamente vas a tener que mimarme y complacerme. Tener al gran Milluki Zoldyck solo para ti requiere que te esfuerces, bebé.– Agregó, besándole los labios sutilmente, casi para drogarlo. Entonces recibió un beso repentino de Leorio para después anotar él mismo el teléfono del menor en su móvil y sacarle una foto repentina a Leorio, colocando en el número de contacto "mi camarero ardiente".

Luego vino ese susurro sobre los labios de Milluki que lo dejó levemente frustrado. En realidad bastante y con unas ansias asesinas hacia el mundo, aunque por otro lado casi parecía bailar sobre las nubes con ese estupendo regalo... ¿Quién diría que el camarero se iría a declarar ese día...? Parecía que ver a Killua teniendo sueños húmedos con ese tal Gon le había traído suerte. Entonces vio como Leorio se alejaba de él hacia la puerta por la que salió, dejándolo solo.

Chrollo entró a la oficina unos segundos después con una expresión de "cuéntame todo" obvia en el rostro. Entonces Milluki sonrió arrogante y autosuficiente. – ¿No te dije, pequeño Chrollo, que debes seguir mis pasos...? El grandioso Milluki Zoldyck siempre consigue todo lo que desea.- Chrollo rodó los ojos y no pudo evitar sonreír divertido ante esa expresión, aunque lo que más lo tenía divertido era la cara de enamorado que tenían ambos: Leorio al salir y Milluki ahora que tarareaba melodías, totalmente feliz.

-Sí, Milluki, eso ya lo sé. Por otro lado, debo decir que el amor te sienta muy bien.– Agregó burlón, aunque Milluki estaba tan feliz que ni eso le hizo mella. –Esperemos que de ahora en adelante seas mucho más amable con el mundo.– Añadió, atrayendo la mirada de Milluki, quien alzó una ceja.

-¡Yah! El único que gozará de mi bondad será ese camarero hermoso y sexy que viste allí. Los demás de ustedes seguirán recibiendo el mismo trato magnánimo que les he dado hasta ahora.– Añadió, avanzando hacia el baño en su oficina para arreglarse un poco el cabello y la ropa, aunque no pudo dejar de notar que tenía algunas marcas en su cuello, las que no se preocupó por ocultar y que Chrollo obviamente vio y le recordó mientras llegaban al automóvil.

-Milluki... Deberías ocultar eso... Ya sabes, esas lindas marcas que tienes en el cuello.– Agregó Chrollo, indicando el cuello del menor y lo que obviamente eran rastros de los besos y uno que otro chupetón hecho por Leorio. Milluki sonrió arrogante y altivo mientras manejaba y negaba con una mano.

-Claro que no. Todo el mundo tiene que saber que Milluki Zoldyuck ya tiene un amante permanente y que nadie más tiene derecho a hacer esto. No hay nada mejor que causarle envidia al mundo.– Añadió divertido, haciendo que Chrollo sonriera resignado, no respondiendo a eso.

Llegaron a la oficina de los proveedores de Milluki unos minutos después y, extrañamente diferente a todas las otras veces, el menor iba de tan buen humor que saludaba a todo el mundo, haciendo reír a Chrollo que solo lo seguía y escuchaba el buen animo de Milluki en cada saludo. –"Sí parece que a alguien le va a mejorar el carácter de ahora en adelante... Gracias, Leorio.~"– Pensaba, sonriendo divertido con obvias ganas de hacerle un monumento a Leorio.

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En otro lado de la ciudad Kalluto y Alluka iban caminando por la calle con rumbo hacia la cafetería de Gon. La pequeña iba cantando feliz, contándole un montón de cosas a su ahora tía... Sí, bueno, le había costado un poco asimilar algunas cosas sobre relaciones, pero lo que le había quedado clarito a Alluka es que ahora Kalluto y ella eran familia, como había dicho Killua, su nuevo papi, Kalluto era algo así como una hermana mayor y como ella siempre había querido tener una hermana pues estaba más que emocionada, más cuando Kalluto era tan buena con ella y la andaba achuchando todo el tiempo.

En el intertanto de cosas que Alluka le había dicho a Kalluto surgió una pregunta que atrajo mucho la atención de Kalluto. –¿Tita Kauto miene ia epecial Alluka?– Había dicho Alluka curiosa y sonriendo con ilusión, provocando que Kalluto la mirara curiosa.

-¿Día especial?- Preguntó Kalluto curiosa, aunque supuso se trataba del cumpleaños de Alluka, mientras esta asentía. –Ah... ¿Ya pronto es tu cumpleaños?- Agregó mientras Alluka negaba.

-No, ia epecial e segudo cuplaños Alluka.– Agregó, alzando la manito libre que no sujetaba Kalluto levantando dos deditos. Kalluto se sorprendió un poco. –E oy y papi ate fieta Alluka.– Agregó con los ojitos brillantes.

-¡Hoy!– Repitió Kalluto, aunque no entendió mucho eso de dos días de cumpleaños, pero el caso es que era ese día y ella no lo había sabido por Killua. Seguro lo mataría por no contarle algo tan importante que requería una fiesta para su nueva sobrina.

Fue justo en ese momento que entraron a la cafetería y Alluka llamó de inmediato a Gon, a quien se le abalanzo, soltándose de la mano de Kalluto, que hizo un venia hacia Gon mientras este recibía a la pequeña niña.

-Buenos días, Gon.– Respondió Kalluto luego de escuchar como Alluka le contaba a Gon sobre el día de las mascotas. –Sí, vamos a tener las mascotas de todos, pero no se preocupe, siempre los padres llevan los animales en jaulitas, así que no hay peligro ni nada.– Agregó Kalluto, sonriendo más. También estaba emocionada, le encantaban esos eventos porque los niños se divertían mucho con los animales.

Luego de eso vio que Gon bajaba a Alluka y esta corrió a darle un último abrazo para despedirse y reiterarle lo del día especial que Kalluto aún no captaba muy bien para luego irse hacia su corral totalmente feliz. Los ojos de Kalluto invariablemente se fueron curiosos hacia Gon. Leorio se había acercado para darle su dulce habitual. –Disculpe, Gon... ¿Hoy es el cumpleaños de Alluka?– En cuanto dijo eso, notó que Gon se había quedado algo sorprendido.

La respuesta de Gon hizo asentir a Kalluto. El notar que no era el cumpleaños de la pequeña hizo que suspirara con alivio. –Menos mal que no es su cumpleaños, me sentiría horriblemente mal si lo hubiera sido y yo ni enterada. Para ese día tengo que darle un regalo a mi sobrina.- Agregó, colocándose rojita. –Incluso ya iba a llamar a mi hermano para reclamarle por no haberme contado.– Añadió, riendo un poco avergonzado. –Gon, puedo preguntar... ¿Por qué es un día especial?- Agregó curiosa, algo típico en Kalluto.

Kalluto abrió los ojos ante sus palabras. –Pero, si es como un segundo cumpleaños, debería darle un regalo también, ¿no? Soy como su tía ahora... Que boba, perdón por no haberlo sabido antes, Gon.– Respondió Kalluto, disculpándose. Cuando Gon le preguntó si quería ir no necesitó más para tener una respuesta afirmativa. –¡Claro que sí! Si Alluka había dicho algo sobre invitarme a eso. Será un placer venir, Gon. Y claro que traeré algo, mínimo hacerle un regalo si es como un segundo cumpleaños.- Respondió con seguridad Kalluto, justo cuando Alluka empezaba a dar saltitos a su alrededor.

Unos minutos después Kalluto notó que ya debía irse, entonces recibió la dirección que le daba Gon en un trozo de papel para que no se perdiera y la hora a la que sería la merienda. –Muchas gracias otra vez por invitarme, Gon. Nos veremos más tarde.– Agregó Kalluto, caminando hacia la salida. –¡Adiós, Alluka!– Agregó, moviendo su mano hacia el corral para despedirse y después salir feliz, corriendo para comprar un buen regalo para Alluka. Aunque obviamente también tenía la idea de llamar a Killua para reclamarle por no contarle sobre ese día especial.

[KilluGon/GonKillu] Amor EngañosoWhere stories live. Discover now