Miedo y culpabilidad

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POV Killua

-¡¡¡Yah!!! ¡Levántate insolente!– Fue lo primero que Killua escuchó al despertar por la mañana del domingo, mientras sentía unos extraños golpes sobre su cuerpo. –Eres un indecente y un inmoral desvergonzado llevando a toda esta familia a la vergüenza por las horas inmorales a las que llegas.– Agregó la voz algo chillona que sonaba en sus oídos, provocándole un severo dolor de cabeza. –Será mejor que me des una buena excusa por tu falta de prudencia y que sea buena... Vamos, suelta con quién te acostaste.– Agregó de forma pícara y traviesa Milluki sin quitar su pie de la espalda de su hermano. 

-Cierra la boca y vete, tengo sueño y solo quiero dormir.– Respondió Killua, girando sobre sí mismo, cubriéndose la cabeza con la almohada para eliminar de su audición la voz de Milluki, dejando al mayor totalmente estático y perplejo por la falta de respeto tan repentina e inesperada, sin embargo, cuando Milluki reaccionó su molestia se hizo mayor.

Había ido allí temprano porque la curiosidad podía más que él, y había sido una sorpresa entrar al cuarto de Killua y encontrarlo no solo totalmente dormido de verdad y no fingiendo, sino que aparte de ello estaba con la misma ropa del día anterior cuando habían desayunado juntos y eso sí que era totalmente fuera de lo normal en una persona como su hermano, haciéndolo pensar que probablemente no había ni dormido en la casa y acababa de llegar un poco antes que él después de las peores travesuras que se le pudieron pasar por la mente

-¡¡¡Yah!!! ¿Qué te estás creyendo que eres para hablarle a tus mayores de esa manera?– Comenzó a reclamar Milluki, alejándose hacia la puerta del baño de la habitación del menor con la idea de hacer algo que no le permitiera olvidar que la osadía de tratar mal al gran Milluki Zoldyck era castigada, así que, luego de un par de minutos en los que Killua respiró en paz, el mayor regresó con un enorme vaso de agua fría, entonces se ubicó junto a la cama, específicamente al lado de donde dormía plácidamente Killua y luego de mirarlo altivo, con un toque malvado y burlón en su sonrisa, tanto como para dar miedo al más valiente, le apartó sin ningún cuidado la almohada de la cabeza, de un solo golpe y sin contemplaciones le vació todo el contenido del vaso sobre la cara, causándole a Killua el despertar más traumático de su vida.

-¡Qué demo...!- Fue lo que soltó Killua mientras se sentaba de golpe en la cama con la cabeza mojada y totalmente shockeado, provocándole a Milluki una risa burlona y autosuficiente. Luego de unos segundos la mirada de Killua se fue hacia él, pues ya estaba consciente de dónde estaba, o al menos medianamente consciente. 

-Eso te pasa por insolente y no saludar apropiadamente a tus superiores.– Dijo Milluki, mirándolo con arrogancia, cruzado de brazos y sosteniendo el vaso, evidencia de su culpabilidad.

-¿Qué rayos te pasa? ¿Te volviste loco o tus neuronas se bloquearon por mirarte tanto al espejo?– Respondió Killua de manera molesta mientras Milluki se alejaba para ponerse a salvo, con su sonrisa arrogante, dejando el vaso sobre el escritorio en la habitación de Killua.

-No seas mal hablado, solo te hago el favor de levantar tu inconsciente trasero de esa cama, además, no tengo la culpa de que no hayas dormido lo suficiente por llegar a horas indecentes a casa.– Agregó el mayor mientras Killua intentaba acostumbrar sus ojos, luego de la impresión del primer momento, fue entonces que notó realmente dónde estaba y sin decir nada se dejó caer sobre la cama, pues también había notado que repentinamente sentía todo su cuerpo totalmente adolorido, como si hubiera recibido una paliza el día anterior. 

-Llegué a las diez de la noche para tu información.– Respondió, llevando un brazo sobre su frente, bueno, luego del dolor inicial al intentar moverlo. Su rostro obviamente también sufrió cambios al hacer el esfuerzo, algo que notó Milluki, quien alzó una ceja al ver como su rostro mostraba signos de queja. 

-¿Te duele el cuerpo?- Preguntó Milluki, alzando una ceja y mirándolo totalmente entretenido, mientras Killua cerraba los ojos y no respondía, pues sabía que se metería en un lío si Milluki se metía en sus cosas. 

-Eso no es asunto tuyo, hermano. Mejor déjame, que estoy cansado.– Respondió, girándose para darle la espalda; mejor ignorarlo y tal vez se aburriría... Craso error. 

-Si serás... Eres un mocoso realmente irrespetuoso, mejor responde donde pasaste la noche, inmoral.– Esas palabras hicieron que Killua quitara su brazo de encima de sus ojos y girara su cabeza para mirarlo fijamente, el mayor no le creía nada y eso le estaba irritando terriblemente. 

-No me insultes, hermano. Y ya te lo dije, llegué a las diez, así que no tengo de qué avergonzar a la familia.– Se defendió nuevamente Killua... Está bien, no era capaz ni de moverse, y eso seguro que era por culpa de andar cargando a Gon y a Alluka todo el día anterior, pero no significaba que tendría que soportar eso sin defenderse. 

-Sí, claro, llegaste a las diez.– Empezó Milluki con tono burlón. –Y si llegaste a esa hora, ¿por qué rayos aún tienes la misma ropa que usabas ayer puesta?- Añadió, apuntándolo con un dedo de forma acusadora; ese comentario del mayor hizo que Killua se mirara a sí mismo y recordara. 

-Llegué muy cansado y no me dio la gana cambiarme, ¿contento?- Respondió fastidiado porque sabía que Milluki no lo dejaría en paz, por supuesto no pensó las palabras hasta después de decirlas, y es que eso había sonado realmente mal, era obvio que esas palabras activarían el lado malicioso de la mente del mayor, dándole mayores motivos para molestarlo y tal como pensó, en ese momento, Milluki se sentó a su lado en la cama mirándolo con una sonrisa llena de malicia.

-Y... ¿Qué estuvo haciendo nuestro Kill para quedar tan cansado? ¿Tan rudo fue que te dejó en ese estado? ¿No me dirás que esta vez eres el que disfruta y no el que hace los esfuerzos? Mmm, Kill, que travieso te has vuelto con el cambio.- Killua no pudo evitar enrojecer, no porque eso fuera cierto o estuviera avergonzado, sino porque recordó lo ocurrido sobre la cama de Gon, entonces suspiró resignado, desviando la mirada y como pudo se sentó en la cama. 

-Auch.– Se quejó sin poder evitarlo mientras abría los ojos y se ruborizaba, seguro eso le daría más ideas a Milluki, pero es que no podía dejar de quejarse, le dolía todo el cuerpo, definitivamente debería hacer un poco de ejercicio o pronto sería asesinado por Gon y Alluka si las citas continuaban siendo de este estilo tan activo. –Lo que hice ayer es asunto mío y solo me conciernen a mí, así que no te lo diré, hermano. Confórmate con saber que tuve una gran cita y que me divertí muchísimo.– Añadió, levantándose de la cama y pasando una mano por su cabello. –Eres una molestia. Ahora por tu culpa no tengo ganas de seguir durmiendo.– Agregó fastidiado mientras caminaba hacia el baño para intentar tomar una ducha que relajara sus músculos adoloridos. 

-Nuestro Kill entonces ya es todo un hombre y ha estrenado su joven y virginal cuerpo con el que debe ser un verdadero animal en la cama, que interesante pareja te has conseguido.– Empezó a reír Milluki, levantándose de la cama y riendo burlón mientras Killua avanzaba lentamente, moviendo el cuello y golpeándose los hombros mientras lo maldecía internamente. 

-Sí, lo que digas, ahora sal de mi habitación que no te quiero espiando mientras no estoy, nos vemos abajo para desayunar.– Agregó Killua entrando al baño, dejando al mayor con una sonrisa divertida, parecía ser que Killua ya estaba totalmente recuperado de lo ocurrido con el manipulador infiel, y eso era lo que más le alegraba al mayor que empezó a caminar hacia la salida de la habitación. 

-Vale, pero date prisa, y si después de la ducha te sigue doliendo mucho allí atrás yo te puedo enseñar algunos secretos y técnicas para que en las próximas veces lo disfrutes mucho más y el dolor sea menos intenso, aunque claro, con el tiempo seguro te irás acostumbrando, el cuerpo se adapta sobre todo a las intromisiones constantes.– Añadió Milluki con malicia mientras escuchaba un grito molesto desde el interior del baño. 

Milluki salió de la habitación de Killua con una sonrisa enorme en su rostro y un solo pensamiento fijo; debía saber qué había ocurrido el día anterior para que su hermano llegara así de adolorido, tanto como para que no tuviera interés ni de cambiarse para dormir. Además, como buen hermano que era, tenía que conocer al objeto de ese cambio tan interesante, porque definitivamente debía darle las gracias, a parte de que debía ser una persona bastante peculiar si Killua había dicho que se parecía a él. Aparte de eso había logrado que Killua llegara tarde a casa y no solo eso, tuviera un nivel de cansancio físico que no era habitual en el estirado y frío Killua, algo que no cualquiera provocaba, así que él definitivamente debía agradecerle a esa grandiosa persona por recuperar a su hermano al estado de persona que tenía antes de la absurda relación con el manipulador. 

Killua, mientras tanto, estaba dándose una refrescante ducha que le permitía despejar un poco más su mente; por fin sus músculos volvían a la vida después de todo lo ocurrido el día anterior. Ahora, con la cabeza clara, se daba cuenta de lo que había hecho y definitivamente no podía permitir que eso volviera a ocurrir, no porque no le hubiera gustado, porque había sido incluso algo embriagador, sino porque se salía totalmente de lo que él deseaba y lo que eran sus planes y sus deseos para el futuro...

Analizándolo fríamente se había metido en esa relación de mentiras con Gon para obtener la atención de Illumi y que regresara a él y no para terminar acostándose con Gon, no importando lo deseable que este fuera. Por eso, debía enfocarse en seguir la idea original, además, no era tonto y sabía que si hubieran seguido y milagrosamente Gon no se hubiera dormido, ese encendido beso habría pasado a mucho más y eso para nada era algo que le ayudaba a conseguir lo que quería. 

Ese último pensamiento lo regresó a la realidad y provocó que agitara la cabeza de un lado hacia el otro mientras el agua caía sobre su cuerpo. –Definitivamente eso no puede volver a pasar por mucho que él sea tentador.– Se murmuró a sí mismo, aunque la realidad de sus pensamientos no se relacionaban con algún tipo de culpa por estar engañando a Illumi, claro que no, porque obviamente si lo hacía el manipulador se lo merecía por dejarlo primero. El problema real era que Gon se haría demasiadas ilusiones y al final cuando lo dejara sería mucho más difícil para el mayor recuperarse y olvidarle, además, también debía pensar en la pequeña Alluka, porque fuera como fuese la enana esa le agradaba y sabía que si su papi lloraba la pequeña lloraría también y no quería eso. –Definitivamente no más de ese tipo de contacto entre nosotros, Killua, no más.– Volvió a decirse, antes de dejar el tema. 

La ducha de Killua duró unos diez minutos más, bajo el agua se calmaba y podía pensar con mayor tranquilidad, así que prefería estar allí, meditando como seguiría ahora su plan, que afuera, donde recibiría el interrogatorio incesante de Milluki, a quien, por cierto, debía pensar qué inventarle para que no quisiera meterse, porque definitivamente querría inmiscuir sus engreídas y ego maniáticas narices en su vida, algo que no podía permitir, además, lo cierto era que no podía decirle aún que la persona con la que salía era Gon porque sin duda se inmiscuiría de manera negativa para Killua porque este sabía que Milluki no era tonto, sino todo lo contrario, era malignamente astuto y obviamente sospecharía que su interés por Gon no era algo normal.

Siendo sinceros, Gon no contaba con ninguno de los atributos que le gustaban a Killua; era... No pobre, pero no tenía la condición social ni económica de Killua, no tenía una educación adecuada, no había ido a la universidad, tenía una hija, trabajaba de simple camarero y repostero, y en cuanto a físico, aunque fuera increíblemente sexy y tuviera ese rostro hermoso, no tenía el tipo adorable y cute que atraía a Killua, además, no era inocente ni tímido, eso sí que no, su personalidad de hecho era totalmente extraña e impredecible... En consecuencia, simplemente Gon no era nada ni cercano a la perfección que buscaba Killua en sus gustos y, con eso en mente, Milluki empezaría a sacar sus propias ideas de porqué se le había ocurrido salir con alguien como Gon, porque, si era por salir con alguien que estuviera muerto por él, ya habían muchos otros, e incluso Milluki se había ofrecido a presentarle algunos de sus clientes que lo habían visto un par de veces en su tienda y habían quedado prendados de él. 

El caso era que luego de pensarlo, seguramente Milluki daría con el motivo y eso no le convenía porque, por muy odioso y maléfico que fuera al hacer bromas, el mayor era una persona correcta y era algo más que obvio que lo que Killua estaba haciendo con Gon era algo cruel y malo que nadie en este mundo merecía y menos ahora que deseaba conquistar al camarero amigo de Gon; inmediatamente vería que si Killua dañaba a Gon eso arruinaría sus oportunidades con Leorio y probablemente lo delataría y eso si que Killua no podía permitirlo, no mientras no hubiera logrado su cometido de tener nuevamente a Illumi, después de ello, en realidad, no importaba si Gon lo odiaba, total era mejor eso a que sufriera por él.

Con eso en mente terminó de vestirse y se encaminó hacia el comedor, donde Milluki y las sirvientas lo esperaban con el desayuno. –Por fin llegas. ¿Tan sucio estabas para tardar media hora?- Reclamó Milluki mientras las sirvientas se iban ruborizadas y riendo bajo por los comentarios del mayor.

-Eres un indiscreto, hermano.– Agregó Killua, sentándose a la mesa para tomar un poco de café, el que dejó de lado rápidamente pues no sabía ni comparado al que preparaba Gon y al que ya se había acostumbrado y peor, beberlo le hizo notar que incluso la boca del mayor sabía mucho mejor que eso. Milluki lo miraba atentamente, totalmente pendiente de sus cambios de expresión, específicamente del disgusto que mostraba con el café y de que como cada cosa que comía no parecía agradarle, mientras Killua no podía dejar de comparar ese desayuno y todo lo que comía con las cosas deliciosas que Gon había preparado el día anterior para él y que al final le hicieron comer un simple tazón de cereal con leche y un par de tostadas. 

-Por dios, ¿qué te hizo que ni el desayuno de tu propia casa te gusta?– Agregó Milluki sonriendo malicioso y comiendo un trozo de tarta. Eso hizo que Killua saliera de sus pensamientos de odio hacia la comida y lo mirara de reojo, notando su propio comportamiento de desagrado ante todo lo que se echaba a la boca. 

-Eso no es de tu incumbencia, hermano.– Respondió como si nada Killua, tomando de un vaso de zumo natural de naranja. 

-Yo creo que sí, porque ayer respondiste de una forma muy interesante mi llamada de preocupación.– Agrego Milluki, mirándolo con algo de molestia; aún recordaba las palabras de Killua sobre que su cita se parecía a él, y eso no podía ser, porque definitivamente nadie, pero nadie, se parecía a él, Milluki Zoldyck era único. Killua no pudo evitar la sonrisa burlona.

-Ah sí, recuerdo tu "llamada de preocupación".- Respondió Killua, mirándolo y sonriendo con maldad. –Pero sabes, creo que me equivoqué.– Añadió, bebiendo nuevamente zumo. Milluki alzó una ceja de forma altanera sin apartar sus ojos de Killua que seguía sonriendo con arrogancia. –Mi cita definitivamente es mucho mejor que tú, supera a la versión original, definitivamente. – Añadió Killua mientras Milluki empezaba a reír con él con arrogancia. 

-Tú sabes, bebé, que eso no es posible, nadie me supera, en todo caso te dejaré creer eso porque probablemente estas obnubilado y eso significa que te has curado de tu manipulitis aguda.- Agregó Milluki, atrayendo la mirada molesta de Killua que tuvo que controlarse para no soltar algo que hiciera sospechar a Milluki. 

-El caso es que mi vida privada no tiene relación contigo, hermano, así que no te metas.– Añadió Killua. 

-Error mi hermanito encantador y adorable.– Respondió Milluki con calma. –Tu vida siempre será de mi incumbencia al igual que la de la pequeña Kalluto.– Agregó justo en el momento que una joven entraba, aún vistiendo su pijama mientras bostezaba.

-¿Qué pasa con mi vida?- Dijo la menor luego de llegar a la mesa y besar la mejilla de Milluki, que le sonrió y toco su cabeza, desordenándole un poco más el pelo, entonces la menor sonrió ampliamente para después pasar animada por detrás de la silla de Killua. –Buenos días, hermano.– Agregó, sentándose al otro lado de Killua, que estaba sentando en la cabecera de la mesa. 

-Decimos que tu vida es un desperdicio, mira la hora que es y recién estas levantándote, seguro ni te has duchado siquiera.– Dijo Killua en tono burlón y de reprimenda, provocando que la menor inflara sus mejillas y le mirara con algo de molestia. 

-Mi vida no es un desperdicio, hermano, y me dormí tarde porque ayer estuve en la universidad estudiando para mis exámenes.– Agregó defendiéndose y mirando feo a Killua, que sonreía con maldad.

-Claro que lo es.- Agregó Killua. –Estudiando y dedicándote a trabajar para ser solo niñera en una guardería.– El mediano de los hermanos estaba aún molesto de que Kalluto ignorara a la familia y se dedicara a hacer eso que no servía para nada, y que a él le parecía un simple capricho, que ameritaba a la personalidad infantil de Kalluto. La menor se defendió inmediatamente.

-Para que lo sepas no seré niñera y no es una guardería, es un preescolar, y estudio para ser maestra. Ahora estoy en mi periodo de prácticas.– Añadió Kalluto antes de tomar una tostada para morderla, sin dejar de mirar con desafío a Killua. 

-Sí, lo que digas.– Respondió Killua, ignorando sus palabras y tomando nuevamente de su zumo. Milluki interrumpió todo rápidamente, pues no le gustaban esas discusiones. 

-Así que en eso estás ahora, Kalluto.- Preguntó el mayor de los tres, cortando la discusión de los hermanos, pues Killua se disponía a lanzar más palabras venenosas a su hermana menor que no parecía dispuesta a dejarse atacar. Por suerte, en cuanto Kalluto escuchó a Milluki asintió y empezó a relatarle su vida animadamente. 

-Sí, Milluki, se llama girasol arcoíris y está al otro lado de la ciudad, es un lugar lindo y los niños son adorables, además, Wing-san es un gran maestro y me está enseñando muchas cosas sobre cómo tratar a los niños.- Añadió Kalluto totalmente ilusionada, sus ojos brillaban con solo pensar en su trabajo, eso atrajo la mirada de Killua; por lo menos Kalluto era feliz y, ¿no se suponía que eso era la vida? Hacer las cosas que te hacen feliz. Terminó suspirando resignado y levantándose de la silla. 

-Bien, os dejo con vuestra conversación sobre girasoles, arcoíris y animales mágicos.– Añadió Killua, caminando hacia la salida, provocando un puchero en Kalluto y un grito de Milluki. 

-¡¡Yah!! ¿A dónde crees que vas? Aún no me has contado nada sobre tu cita.– Killua giró a mirarlo burlón y movió su dedo negando. 

-Sin comentarios.– Agregó antes de salir, sin responder. Milluki iba a levantarse pero Kalluto atrajo su atención. 

[KilluGon/GonKillu] Amor EngañosoWhere stories live. Discover now