Capítulo 30

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Querido diario:

Le conté a Joshua lo que me dijo la profesora, por alguna extraña razón creí que se ofrecería a ayudarme, pero me dijo que no podía ya que no está en esa clase y no tiene mucho conocimiento en el tema.

Pero me dijo que podría pedirle ayuda a Emma, bueno... No creo que sea muy buena idea.

Hablamos en el trabajo, parece que superó el día en el que vi su brazo lastimado —aún quiero preguntarle sobre eso —así que ahora no para de hablarme. Me habla sobre su mascota, sobre la escuela, lo que hace en el día... Aunque de cierta forma lo disfruto, no me obliga a hablar ya que mayormente es ella quién lo hace y es entretenido.

Pero no quiero pedirle su ayuda, primero porque ella tiene los mismos trabajos que yo y debe ocuparse de lo suyo. Y segundo, si llega a rechazarme admito que no me sentaría bien, por muy estúpido que suene. Así que mejor no le digo nada y estudio por mi cuenta.

Diario de un chico solitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora