Capítulo 67

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Querido diario:

Salir a caminar es una actividad que disfruto mucho, no esperaba que mi madre quisiera acompañarme. Me tomó por sorpresa, pero estuve de acuerdo de inmediato.

Amo a mi madre, pero para nadie es un misterio que no comparta muchos momentos con ella, sé que tiene sus problemas y a veces simplemente trato de no ser una carga más en su día a día. Las cosas ya no están tan incómodas en casa como antes con el tema de mi hermana o mi padre, pero todavía sigue habiendo un aire raro cuando a la hora de la comida nos sentamos los tres en la mesa.

Tratamos de llevar la fiesta en paz pero de vez en cuando surge alguna disputa en la casa. Mi padre ha sido un tema de conversación que tratamos de evadir a toda costa, mi madre no se siente cómoda y mi hermana tampoco desde que mi padre le pidió dinero. Yo prefiero no hacerme problemas por él, aunque en el fondo sé que el problema no ha pasado del todo y en algún momento volverá para molestar, mientras tanto prefiero no pensar demasiado en él.

En la caminata con mi madre hemos hablado de la escuela, sobre Emma y Joshua. Me ha dicho que los invitara a almorzar un día de estos y que si yo no quería hacerlo ella lo haría.

Mi madre es una mujer muy fuerte, sé que ha pasado por momentos difíciles y aún así trata de dar lo mejor de sí, aunque con las circunstancias que se le presentan hace las cosas mucho más difíciles. A veces hace bromas a la hora del almuerzo o cuando me siento con ella a ver alguna película, realmente trata de ser fuerte y lo es.

Al final de la caminata volvimos a casa y me pidió que la ayudara a preparar la cena. Fue uno de los pocos momentos en los que me sentí realmente bien, como si nada pudiera arruinar el momento.

Espero realmente tener más momentos en los que me sienta de esa manera.

Diario de un chico solitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora