Capítulo 44

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Querido diario:

Bueno, no todo fue color de rosas. Aunque fue más entretenido de lo que esperaba.

Emma y Joshua pasaron por mí en el auto de éste último. Me pareció curioso el hecho de que ambos sean tan cercanos, pero luego dejé eso de lado. Llegamos a la fiesta y había mucha música, eso al principio me molestó pero con el tiempo pude ignorarlo un poco.

Emma había bebido, más de lo que podía hacerlo, la realidad es que ninguno de los tres debería beber alcohol ya que somos menores. Al parecer nada importaba en esa fiesta.

Joshua se besó con una chica que nunca había visto antes, creo que era de otro instituto o algo así. Por un rato nos ignoró y se fue con esa chica, me había quedado solo con Emma.

Esta se la pasaba moviendo su cabeza de un lado a otro al ritmo de la música, mientras bebía de su vaso. No hablábamos, de a rato me daba miradas y yo después miraba a mi alrededor.

La "diversión" comenzó cuando Joshua volvió con algunas personas y comenzaron a insistir en que jugáramos un juego, el verdadero objetivo era beber. Ellos sólo podían ir beber todo el alcohol que querían, pero les parecía divertido tener una excusa para hacerlo.

A mi me pareció algo estúpido, solo había bebido un vaso de cerveza hasta ese momento, si no quise beber demasiado alcohol antes, no vi por qué debía hacerlo en un tonto juego. Así que me negué.

La que no se negó —y me sorprendió un poco —fue Emma, ella estaba más alegre de lo normal. Me di cuenta de que ya estaba algo ebria, me dije a mi mismo que debía tener un ojo en ella si no quería que la salida terminara mal. No me malinterpreten, creo que todos deberían hacer eso con sus amigas o amigos. No fue por nada especial ¿de acuerdo?

Todos los que habían aceptado jugar, se sentaron en una ronda alrededor de la isla de la cocina, habían otras personas que también se quedaron viendo. Las bebidas estaban sobre la mesada y comenzaban a hacer preguntas, supe enseguida que se trataba del famoso "yo nunca, nunca".

Recuerdo la expresión que Emma mantuvo en todo momento; una sonrisa grande, mejillas coloradas, ojos achinados a causa de su sonrisa. En un momento en el que la estaba observando, mi mirada se había cruzado con la de Joshua. Me sonrió y guiñó un ojo, supe a lo que se refería así que solo negué con la cabeza y volví a mirar hacia otro lado.

Afortunadamente el jueguito no duró mucho, Emma había atendido una llamada y luego dijo que debía salir. Me hizo una seña con la mano para que la siguiera y curioso fui detrás de ella, hacia el jardín trasero. Me pidió si podía acompañarla a su casa, no entendí por qué, pero la expresión en su rostro me decía que debía aceptar sin cuestionar nada.

Joshua no dijo nada cuando dijimos que nos iríamos, me di cuenta de que estaba ebrio y entretenido con esa chica con la que se había besado. Decidimos no molestarlo e irnos sin él, Emma había dicho que se encargaría de que llegara bien a casa.

Cuando salimos del lugar tomamos un taxi y no dijimos casi nada, Emma estaba callada y pensativa. Hasta ahora no sé qué le pasó, cuando llegamos a su casa me agradeció de que la haya acompañado, me dijo que apreciaba el hecho de que haya abandonado la fiesta solo porque ella lo pidió. La verdad la fiesta no estaba tan animada y como dije antes, creo que todos deberían cuidar a sus amigos.

Antes de bajar, Emma besó mi mejilla y luego bajó del auto. Mi mirada la siguió hasta que se adentro en su casa y después, cuando yo iba hacia la mía, me di cuenta de que una pequeña sonrisa decoraba mi cara. Extraño, lo sé.

También me di cuenta de que la estuve mirando en la fiesta por un largo rato y que si la dejaba de mirar, pronto mi mirada volvía a la de ella.

Sí, tal vez esté pasando conmigo aquello que tanto temía.

Tal vez está comenzando a gustarme Emma Page... y eso no me gusta para nada.

Diario de un chico solitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora