Capítulo 8

51 33 71
                                    

- Mauro - su nombre abandona mis labios en apenas un susurro, no se si identificarlo como alivio o preocupación.

- ¿Tu quién eres? - dices el que golpeó mi cara - vete de aquí muchachito antes de que te mate.

- Lamento decirles que no daré ni un paso fuera de aquí - muestra sus dientes en señal de suficiencia.

No se que está pasando, temo que todo acabe realmente en tragedia.

- Ja Ja Ja, si ya terminó la payasada por esta perra puedes regresar por donde viniste.

-Tienen dos opciones - dice el chico que cada vez me sorprende más su coraje - se largan dejando la chica en paz o esperan la llegada de la policía con un tiro en el pecho de cada uno de ustedes.

Los asaltantes o mafiosos ya no se cómo llamarlos, se miran indecisos entre sí.

- Es el hijo de....

No alcanzó a escuchar sus palabras, más bien estoy muy ocupada tratando de alejarme de ellos. Miran en mi dirección y doy un respingo de la impresión, señalan mi cuerpo con un dedo.

- Esto no se quedará así, es la segunda vez que te escapas no habrá una tercera.

Sin más suben al BMW negro largándose. Estoy en estado de shock cuando Mauro dice palabras sin sentidos, creo que pregunta si estoy bien. Mi mente está maquinando aceleradamente lo que dijo ese hombre. No comprendo a qué se refería con eso de que era la segunda vez que me escapaba. Siento unas manos rozando mi nuca y me permito apreciar la hermosa figura que hay ante mí.

- Pensé que te sucedería algo, yo ...es que... mierda Clarissa - estrecha su cuerpo contra el mío en un abrazo necesitado que sabe reconfortante. Duramos así horas, minutos, segundos no estoy segura. Alejo mi rostro de su pecho a la vez que dirijo la vista a su cara.

- Gracias - Por fin logro articular palabra aferrándome más a sus brazos. Planta un beso en mi frente.

- ¿Puedes manejar?

- Creo, no estoy herida solo me golpeó - señaló el lugar.

- Eso lo puedo notar estas toda roja - dice tocándome los cachetes - aunque, estaba pensando que tal vez no era por el golpe más bien estas sonrojada por sentir todos mis músculos.

Se burla y no se como pasé del miedo a estar sonriendo por su insinuación, pero creo que solo quiere distraerme.

- Vamos, tengo que asegurarme de que nadie intente secuestrar a mi sonrojada amiga.

Durante el trayecto no paro de pensar en lo sucedido. Tengo un extraña opresión en el pecho que no me abandona, un presentimiento que de verdad no era la primera vez que pasaba por eso, pero si así fue no lo puedo recordar. Analizo y analizo mil veces lo que dijo, no es posible que pasará por algo tan traumático justo en estos momentos.

Llegamos a lo que he llamado hogar por la última semana. Conduzco mis pasos a la entrada e invito a mi acompañante. Se sienta como Pedro por su casa y enciende la televisión.

- Claro puedes hacer lo que quieras estás en tu casa - me paro frente a el impidiendo la visión a lo que hay detrás, dirige su atención a mí. Acabo de recordar que estaba molesta antes de todo lo sucedido.

- ¿Ahora qué te sucede?

- Pasa que estoy bien y te agradezco por tu preocupación pero puedes irte - sin nada de cortesía.

- Me estás echando - se levanta de su sitio quedando a centímetros de distancia, casi invadiendo mi espacio personal- esa es tu forma de agradecer lo que hice por ti.

Bajo Un Manto De Emociones (En Proceso) #PBDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora