Capítulo 23 " Golpes del pasado"

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Hoy es  el día en el que mami debe tomar su terapia. Tiene una enfermedad según me dijo papi. Explicó que era  como un monstruo de la noche, que debemos enfrentar con valentía y no temer a sus garras. 

- Mi amor  - me llama mamá  desde la puerta de mi habitación.

- Dime mami - respondo obediente.

Se adentra a mi cuarto y me estrecha entre sus cálidos brazos. Su cara está un poco pálida por los medicamentos, grandes ojeras debajo de sus ojos se notan a simple vista.  Pero está mejor que un mes atrás, se pasaba el día vomitando, su cuerpo delgado no le permitía  mantenerse en pie.

Ya no me leía cuentos antes de dormir, ni me bañaba cuando mi cuerpo se llenaba de barro al jugar con Valerie. Extrañaba tanto sus besos, su ternura y la forma en la que me acompañaba cuando era yo la que enfermaba. Ahora soy yo quien cuida de mami y le llevo comida y le leo cuentos antes de dormir.

La observo directo a esos ojos negros que tanto me gustan ahora carentes de la alegría que mostraban antes. Su pelo es muy corto apenas visible, nunca entendí por qué  lo cortó cuando era tan bonito, pero ella dice que vuelve a crecer que eso carece de impotencia.

- Hoy me acompañarás  al hospital mi niña y, te comportarás como la mujer valiente que te enseño papá que debes ser.

Yo nunca he ido a sus terapias siempre me quedo con mi nana. Pero esta tuvo que regresar a su pueblo por unos días por problemas personales.

-¿Me comprarás helado?

Hago un pequeño puchero y coloco mis manos como si estuviera rezando. Eso provoca una pequeña sonrisa de su parte y mí objetivo está cumplido. Cada vez son más las sonrisas que me regala y estoy feliz de que mamá vuelva a sonreír .

- Compraré helado y chocolate. Pero solo por hoy - toca la punta de mi nariz delicadamente con uno de sus dedos  y luego deja un casto beso en esta - vamos.

Observo todo a través de la ventana del auto en el que vamos. Es un coche muy bonito del color favorito de mamá:amarillo. Papá se lo regaló en su último  cumpleaños y a mi me encantó. Los asientos de atrás son del mismo color con pequeños corazones en verde.

La ciudad es muy ruidosa y los transeúntes pasan a toda velocidad por la acera como si su vida dependiera de ello. Algunas personas me miran y extiendo mi manito saludando a todos y sonriendo. 

El doctor que ha visitado a mamá varias veces en casa nos da recibimiento en el hospital.

- Buenas tardes señora Mendoza - saluda cortés - hola pequeña.

Acaricia mi pelo desordenándolo y refunfuño en molestia apartando su mano.  Me coloco detrás de mamá y le saco mi lengua molesta.

- Clarissa sé educada y saluda al doctor - me ordena.

- Pero mami él desordenó mi  cabello y no me gusta que me toquen.

- Alguien está de mal humor hoy - dice el doctor.

Le doy una mirada reprobatoria y lo ignoro deliberadamente.

-  A veces me pregunto si será mi hija con ese carácter... luego, veo su hermoso rostro y se me pasa.

- Mamá - la regaño y me regala una mirada que grita " A callar chiquilla malcriada"

Todo sale bien según los doctores, le explican que poco a poco recuperará su peso normal y comenzarán a tener un apetito más voraz.

Bajo Un Manto De Emociones (En Proceso) #PBDWhere stories live. Discover now