Capítulo 14

26 19 37
                                    

Pequeñas verdades pueden destruir grandes mentiras. Eso es justo lo que estoy sintiendo ahora. Tantas veces que repetía en mi mente que no me podía enamorar, era un error que no debía cometer y por mis venas corre la magia provocada por una simple caricia de su parte. Esto está muy mal lo de besarnos, su confesión, no puedo darle lo que busca. Estamos en puntos extremos, no queremos lo mismo. No puedo dañar todo lo que hemos creado por un simple sentimiento que solo es lindo en la historia de fantasía. Los puntos tienen que estar claros, no estoy dispuesta a decepcionar por dejarme llevar.

Coloco mis manos en su pecho para tomar una debida distancia. Necesito pensar con claridad. El me mira contrariado y se que no comprende mi reacción, el dolor en sus ojos lo delatan.

- Yo... no se lo que esperas de esto pero..

No hallo palabras para explicar el rompecabezas que hay en mí ahora mismo y el parece notarlo porque termina la frase por mi.

- ...no quieres lo mismo que yo... - me sorprende que sepa exactamente lo que vaga por mi complicados pensamientos - desde el momento en que tomé la decisión de contarte todo estaba consiente de mis opciones, podría salir satisfactorio o simplemente perder. Te conozco mejor que a mi mismo si eso es posible a pesar del poco tiempo que llevamos compartiendo y estoy dispuesto a luchar por esto. Porque se que hay algo, esta conexión, no me mientas diciendo incoherencias.

- Simplemente no estoy dispuesta a entregarme, a colocar mi corazón a merced de otros que le puedan hacer daño, me lo prometí un día y estoy dispuesta a cumplirlo. Y sí por eso terminaste con Vanessa pues cometiste un grabe error.

Preciona nuevamente su cuerpo al mío y por más que mi mente grite que debo alejarme el muy traicionero cuerpo insiste en mantenerse entre sus cálidos brazos.

- Mírame Clarissa, mírame y dime si no puedes dejar a un lado ese caparazón que has creado a tu alrededor y darme la oportunidad de demostrar que por sentir esto - nos señala a ambos- vale la pena arriesgar.

- No estoy segura de ello - bajo el rostro tratando de distraerme con el agua junto a mis pies. Es mucho más sencillo que conectar con su mirada.

- No te pido que seamos algo, quiero que seamos todo, sin nombres, sin barreras, solo dejarnos llevar por esto que no se qué es, pero estoy dispuesto a descubrirlo y quiero que lo hagas conmigo. Que confíes en mí.

No respondo nada por más que intentó decir algo simplemente las palabras no me salen, simplemente no se que decir.

- ¿Por qué piensas tanto preciosa?- me sonrojo hasta la médula por la forma en la que pronunció la última palabra.

No tenía idea de que Mauro fuera tan tierno hasta que se tomó el trabajo de traerme justo aquí, pensando en mi y en dónde sería el lugar exacto en el que quería estar. Justo ahora pienso que no habrá un día que visite una playa en la noche y no recuerde lo que está pasando ahora.

- Porque me pregunto si estaría bien dejarme llevar por todo lo que dices.

- ¿Ya has encontrado una respuesta?

Sus caricias no se detienen por todo mi cuerpo causando un efecto relajante que solo me distrae más y más. No tiene idea de todo lo que provoca, pero no se si alguna vez estaré dispuesta a confesarlo. Solo lo podre descubrir si dejo fluir todo esto.

Estás dispuesta a dejarlo fluir o solo te vas a cagar del miedo como has hecho toda tu vida.

- Estoy dispuesta a morir o sobrevivir en el intento.

- Entonces viviremos o moriremos juntos.

●●●

- No puedo creer lo que dices - dice Valerie al otro lado del teléfono. Ya la imagino con su sonrisa pícara y alzando su ceja izquierda por costumbre.

- no me hagas repetirlo, joder, ni yo me lo puedo creer aún- comienza a reírse estrepitosamente. No entiendo cómo puede tomarse tan divertido semejante situación que para mí se torna lo suficiete aterradora, ya estoy de los nervios.

- Venga gruñona relájate un poco, simplemente no creo posible que tú la reina de "no al sentimentalismo", se rindiera ante unas palabras románticas.

Le he dicho todo lo ocurrido con Mauro el chico enigma. Pero ella no ha parado de dar la lata con que me he convertido en una sencible y que ya cayeron mis barreras anti-amor.

- Solo me estoy dando la oportunidad de disfrutar esta experiencia y que mejor manera para hacerlo que con un buen anfitrión con perspectiva de buen sexo.

- Se supone que esa es tu escusa, ni siquiera estás dispuesta a entregarte con esa flexibilidad y quieres salirme con que te dará buen sexo. No seas tonta cariño y disfruta de los sentimientos, de enamorarte, vivir de verdad. Todo eso de lo que tanto te esfuerzas en negar tenía que llegarte en algún momento. La vida es muy corta para desperdiciar las buenas oportunidades y según me dices el chico vale la pena y es un gran apoyo. Permítete abrirte a alguien más, que conozcan todo el fuego que hay en ti, permítete a ti misma descubrirte. Si todo sale perfecto, pues pásatelo como si cada día fuera el último, sino aquí estaré para levantarte después de tu caída, me encargaré de hacerte ver que de cada experiencias te llevas una enseñanza.

Por cosas así me doy cuenta que no pude tener una mejor amiga que Valerie, esta chica siempre ha estado conmigo en el dolor y en la felicidad, así como yo con ella. Tiene el arte de decir justo lo que necesito escuchar pero siempre siendo sincera.

- ¿Te dije que odio cuando tienes toda la razón?

- No, hace mucho que no salen tan lindas palabras por esa boquita.

Estábamos en la cocina, minutos antes Mauro había llamado a la puerta dispuesto a pasar el rato conmigo. Resulta que el tiempo se fue volando entre risas y pequeñas críticas a la mala creación del terror, que más que asustar daban ganas de vomitar por tanta sangre. Decidimos preparar pasta por ser mi comida favorita, pero resulta que no era muy de su agrado y pidió comida china a un restaurante.

La verdad teníamos gustos muy diferentes si de comida se tratase, aún no podía creer que no le gustara la pasta.

- Eres la primera persona en decir eso ante mí - la comisura de sus labios se elevan en una mueca de disgusto.

- No entiendo el motivo de tu sorpresa, ni que fuese la mejor comida del mundo.

-Pero lo es.

- No estoy de acuerdo.

- Yo si.

-Yo no pesada.

Su atención recae en mi olvidando su labor de cortar los vegetales. Para cuando le voy a decir que ponga atención al cuchillo, ya es demasiado tarde.

- JODEEEEEEEER! - un grito de dolor salió de su boca. Doy un respingo por el susto y me apresuro a revisar  su mano.

- Dios, te has cortado horrible, serás tonto cómo no vas a ser cuidadoso  mientras llevas un cuchillo en mano - paso de la preocupación al enojo y le dedico una mirada severa.

- Te ves preciosa cuando te enfadas - tiene el poder de hacerme avergonzar y es exactamente lo que sucede. Mis mejillas se calientan  provocando una mirada pícara de su parte - Aunch, duele.

- Te lo tienes merecido por incompetente - acababa de apretar un poco su herida mientras lo revisaba - tendré que buscar gasas y alcohol para poder curarlo.

Subo a mi habitación, busco lo que necesito en el cuarto de baño y bajo. Parece un niño pequeño allí sentado mirando su dedo lastimado y me dan ganas de abrazarlo.

Te estamos perdiendo, conciencia llamando a Clarissa, repito conciencia llamando a Clarissa.

- Eres enfermera - me dice burlón.

- No lo soy pero se algo de esto, mi nana me curaba los golpes desde que era pequeña y es un gran ejemplo en todo así que aprendí, además no es complicado.

- ¿Tu nana? ¿Tu madre no lo podía hacer? - todo mi cuerpo se tensa por la pregunta. Termino de colocar la cura.

- Ya está listo, solo tienes que tener cuidado la próxima vez.

No respondo su pregunta y el lo nota, así como nota mi incomodidad. No retoma esa conversación y se lo agradezco.

Bajo Un Manto De Emociones (En Proceso) #PBDWhere stories live. Discover now