Capítulos 25 "Hermanas"

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Una semana después.

El gris oscuro que baña el cielo, la humedad del ambiente y las frías gotas de agua que caen de las nubes, revelan el final del mes de noviembre. Hace días que el sol no se muestra en su pico más alto y según los meteorólogos continuará así por tiempo indefinido. Las hojas de los árboles han desaparecido y sus ramas se baten con el fluir del viento. Las calles son menos transitadas y las personas portan grandes abrigos para resguardarse de las bajas temperaturas.

Desde mi lugar veo el pasar de los autos y observo la monotonía del día a día. Las madres llevando a sus pequeños hijos a sus respectivas escuelas. Señores vestidos de lujosos trajes marchan a rápido andar por las tormentosas calles de Navarra.

- Si continúas ahí te resfriarás.

- Soy consciente de ello, padre - poso mi vista en el cuerpo que se muestra decaído, entre las puertas del balcón de mi habitación.

- Florencia ha preparado leche con chocolate para calentarnos ¿Deseas tomarlo en el comedor o prefieres que te lo suba? - pregunta y una tierna sonrisa - que no llega a sus ojos - es revelada en sus carnosos labios.

- Prefiero bajar.

Muevo mis pies entumecidos y un leve dolor se extiende por estos. Llevo horas sentada en la misma posición. A pesar del frío que ascendía por mis huesos me mantuve aquí, distrayéndome con las melancólicas vistas. Siempre he sido fiel admiradora de los amaneceres y apesar de que el clima me impida admirar el sol, decidí despertar temprano.

Paso por su lado y me atrae a su cuerpo colocando un brazo sobre mis hombros de forma delicada. Coloca una mano en mi mentón elevándolo y luego me acaricia las mejillas.

- También hizo tu postre preferido:Brigadeiros brasileños. ¡Basta ya de la comida española! - exclama exasperado.

- Deben estar deliciosos.

- Lo están - responde divertido. Sabe que me encanta ser la primera en probarlos y su respuesta solo prueba que ya ha degustado alguno.

Bajamos por las escaleras y el exquisito y muy conocido olor a chocolate baña el lugar. El aroma a coco se aprecia de forma más delicada por la estancia en muestra de que no solo el chocolate es ingrediente en la masa.

- Ummm... huele delicioso. Buenos días nana.

La castaña con delantal y guantes para el horno, se voltea y le dirije una mirada significativa a mi padre.

- Ooo... se lo ha dicho. Señor Gael, le pedí que no se lo comentara - lo reprende - era una sorpresa, mi niña, pero tu padre no calla nada.

- No pude aguantarme. Lo siento - ríe por lo bajo, siempre han tenido buenas riñas estos dos.

Desde el momento que hablamos con el doctor y me dijo lo de mi enfermedad, papá decidió que no podía estar sola. Por lo tanto, compraron una casa aquí dos días después. Me negaba a dejar mi independencia para estar bajo sus alas nuevamente. Pero entre una traicionera Karla y un muy idiota Max me convencieron.

La última semana no ha sido sencilla. Asimilar que tengo la misma enfermedad que mi madre fue un golpe duro para mi vida. Los primeros días no quería comer, ni salir. Pasaba las veinticuatro horas encerrada en mi cuerto, llorando y cuando el peso en mis ojos era demasiado, dormía. Los chicos han sido un gran apoyo, tratan de sacarme una sonrisa cada vez que pueden y yo trato de levantar mis ánimos para que no se sientan mal por mi. Valerie llama varias veces al día y me gusta escuchar sus palabras cursis más de lo que alguna vez llegaré a admitir. Uff... Mauro, él, ha intentado visitarme varias veces pero lo he estado evitando, no quiero que me vea en un estado tan demacrado (pelo revuelto, en pijamas y ojos llorosos a cada nada) se que tenemos que hablar de lo que dijo la última vez pero no tengo fuerzas para ello.

Bajo Un Manto De Emociones (En Proceso) #PBDWo Geschichten leben. Entdecke jetzt