Capítulo 30

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Después de darme un susto de muerte, Valerie comienza a reír como si su vida dependiera de ello.

- No estoy embarazada - grita a todo pulmón, haciendo doler mis oídos.

- Es bueno saberlo después de que casi muero de agonía.

-  ¿Sabes lo que eso significa? - niego- no seré una madre solitaria e irresponsable para un bebé. Prometo no volver a beber en mi vida.

- Eso tengo que verlo para creerlo.

Mi móvil comienza a sonar dejando ver el nombre de Max.

- El chico guapo llamando. Realmente está coladito por ti. Pasaste toda la noche de ayer con él y ya te llama.

- No seas ridícula él es solo un amigo.

Le doy la espalda y atiendo la llamada.

- ¿Hola?

- Hola Clarissa, hasta que contestas. ¿Qué tanto sabes de niños pequeños?

- No mucho - lo siento maldecir.

- Necesito tu ayuda. Verás, tengo a mi hermana pequeña de 3 años bajo mi responsabilidad y está acabando con la casa. No puedo perderla de vista ni por un minuto. Mis padres me pidieron cuidarla mientras ellos van a una fiesta de negocios. Pero realmente esto no es lo mío. ¡No agarres eso Hanna! - lo escucho gritar.

- Al grano Max.

- Te necesito aquí ya o me volveré loco. Karla se largó a no sé dónde y no responde el puto celular. Si no estuviera tan desesperado te juro que no te molestaba.

- ¿Le preparaste algo de comer?

- No, maldita sea, cuando intento entrar a la cocina ella comienza a llorar y tengo que tomarla en mis brazos.

- No te preocupes ya voy en camino.

- Gracias de verdad - le grita algo a la niña que alcanzo a escuchar antes de colgar.

Valerie me ve intrigada y volteo los ojos. Sé lo que está pensando, ella y su mente pervertida.

- Te verás con el bombón.

- No es lo que crees - le advierto - solo... olvídalo. Tengo que salir si quieres puedes venir conmigo.

- Y arruinar la fiesta del bombón, ni lo sueñes. Yo me quedaré aquí  disfrutando de un buen helado y un maratón de Aída.

- Como quieras.

Me marcho, no sin antes tomar mis medicamentos. Conduzco hasta casa de Max. Vive en un barrio muy elegante. A medida que avanzas las casas son más y más lujosas. Un jardín muy bien apodado me da la bienvenida, junto a una muy linda casa azul marino. Toco la puerta y me recibe una señora del servicio.

- Yo soy...

- La señorita Clarissa, adelante. El señor la está esperando en la sala.

Le hago caso y me encuentro con Max tirado en el suelo con una niña regordita tocando su cabello. Sonrío inconsciente, es tan tierno verlos a ambos despreocupados y Max siendo tan dulce al dejarla hacer intentos de trenzas en su pelo.

- Pensé que estarías como loco, pero te sienta bien el papel de niñero.

Levanta su vista hacia mí y automáticamente se pone de pie y me rodea con sus brazos. La niña hace pucheros de protesta y comienza a llorar.

- Ves lo que te digo, me quiere tomar de muñeco. Si no estoy junto a ella comienza a llorar.

Me acerco a la pequeña y la tomo entre mis brazos.

Bajo Un Manto De Emociones (En Proceso) #PBDWhere stories live. Discover now