Capítulo 28 "Estrellas y ¿unicornios?"

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- Se supone que tienes dieciocho años - ruedo los ojos - deja de protestar, pareces una niña mimada.

- No me llames niña y mucho menos mimada. No lo soy.

- Entonces deja de comportarte como tal.

- Solo déjame en paz, no se por qué dejé que me acompañaras.

Después de lo ocurrido en el auto camino a casa decidí bajo protesta cumplir los deseos de Karla y venir al hospital. Papá está de viaje y regresa mañana. Le pedí a Valerie que viniera con nosotras pero justamente ahora me estoy arrepintiendo. Tener a las dos peleándome es bastante agotador.

-  Val tiene razón has pasado la consulta refunfuñando y sin dejarte hacer las muestras de sangre - esa es Karla. Les he comentado que puede ser muy fastidiosa cuando se lo propone, son un dolor de cabeza juntas.

- Pueden parar de regañarme no son mi madre.

Al instante me arrepiento de decir esa frase y sé que he sido injusta, pero no pediré perdón. Se miran entre sí y ponen cara de perro lastimado. Se callan por un momento y respiro paz. El doctor entra nuevamente a la oficina con un montón de papeles en sus manos.

- Me gustaría poder comentar esta situación con su padre en persona, señorita Mendoza.

- Ya le dije, está de viaje. Igualmente soy mayor de edad y tengo la capacidad de afrontar lo que tenga que decir.

- Comprendo, pero por petición de él, debo mantenerlo al tanto de los avances de su caso. Espero no incomodar.

Quiero evitarle preocupaciones a papá, suficiente tiene con los problemas de su trabajo para sumarle más desgracias.

- Es mi padre y disculpe mis palabras pero solo a mí me incumbe lo que se diga en esta habitación.

- De acuerdo.

Voltea en dirección a las chicas y estas me miran esperando mi reacción. Les aseguro que estaré bien y me dejan a solas con el doctor... Octavio, creo que ese es su nombre.

- Ya que desea - es interrumpido por el leve sonido de la puerta al ser abierta.

Un joven con bata blanca se une a nosotros. Su pelo color oro resalta lo negro de sus ojos. Nunca lo había visto o pensándolo bien, aquella vez que transcurrió dos días de mi estancia en este lugar me pareció haberlo visto con el doctor.

- David, estaba a punto de comentarle todo a la señorita - se gira hacia mí - él es David Gallardo, futuro cirujano. Él nos estará acompañando durante el transcurso de su tratamiento. Por ahora es un muy buen estudiante que estará realizando sus prácticas aquí, soy su tutor.

- Un gusto conocerte - me saluda de forma educada - ahora entiendo todo.

Levanto mis cejas extrañada. No comprendo el significado de su comentario.

- Perdón, ¿qué comprende?

- Lamento la demora, estaba atendiendo un paciente que acababa de sufrir un accidente en su coche - evita mi pregunta deliberadamente.

Eso fue muy raro realmente...

Escucho atenta las indicaciones del señor Octavio y a cada nada me encuentro pensando si vale la pena pasar por el deterioro de las quimioterapias sin saber si valdrá la pena o no. Le pregunto varias cosas y me aseguro de aclarar todas mis dudas. Me explica que día serán las citas; el resultado de los exámenes estará listo mañana y a partir de ellos se considerará que tan crítica es la circunstancia. Culmina su comunicado y me despido de ambos lista para volver a casa.

Bajo Un Manto De Emociones (En Proceso) #PBDWhere stories live. Discover now