Capítulo 13

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Estar en tu zona de confort es lo más perfecto del mundo. Sentada en el sofá de la sala con mi pequeño escurridizo en el regazo es algo satisfactorio y relajado. El atardecer está llegando y con él la despedida del sol para darle la bienvenida al faro de luz que ilumina nuestras noches rodeado de cientos de estrellas. El aire fresco se cuela por mi ventana poniéndome la piel de gallina. Ya se aproxima noviembre y con el baja la temperatura del clima. Es mi etapa favorita del año, amo el invierno y todo lo que viene con él, reuniones familiares para celebrar lo que queda del año y darle recibimiento al nuevo. La nieve que da un toque jovial a la ciudad. Es algo que siempre ha sido de mi agrado pero nunca he podido disfrutar en mi caluroso Caribe.

Acaricio el pelaje suave de Rodri y se acomoda mejor sobre mí, demostrando satisfacción a mi gesto. El timbre replica y trato de ignorarlo, estoy demasiado cómoda para levantarme. Replica una segunda vez y con pereza decido acabar con la tortura que implica el ruido.

Miro quién se encuentra al otro lado de la puerta y espabilo sin creérmelo. Me debato entre abrir o dejarlo marchar, pero sería una inmadurez de parte mía. Abro y automáticamente se instala un ambiente incómodo. Al ver que no dice nada trato de tornar la situación un poco más llevadera.

- Hola - le sonrió

- Hola - está nervioso, sus puños apretados alrededor de sus caderas y muerde sus labios distraído- ¿puedo pasar?

- Lo siento, claro que puedes pasar - me siento tonta por haberme quedado parada esperando no se qué.

Pasa por mi lado rozando nuestras manos y una electricidad recorre desde la zona hasta todo mi cuerpo. Esto no puede ser normal, me digo.

- Lo que pasó esta mañana- para de golpe cuando se encuentra con mis ojos.

- Tranquilo no fue nada- no quiero hablar de eso prefiero que quede en solo un recuerdo, raro pero recuerdo al fin.

- ¿Max y tu tenéis algo? - me incomodo con la pregunta no sé a qué viene eso otra vez.

- Mauro - mi voz es claro tono de advertencia.

- Está bien yo solo preguntaba. Vine a pedirte una disculpa por comportarme como un cabrón contigo. Últimamente he tenido algunos problemas y no quería incomodar con ello.

- Somos amigos y no eres capaz de confiar en mí.

- Algunas cosas es mejor callarlas y esto es una de ellas.

No puedo molestarme porque no me cuente sus problemas eso forma parte de su privacidad y suele ser bastate cerrado así que prefiero dejar todo tal cuál.

-Solo viniste a disculparte o te apiadarás de esta alma en pena y le harás compañía - se ríe ante el comentario y esta vez es una sonrisa alegre y natural.

- Ya sé que no puedes vivir sin mí.

- Si, lo sabes y aún así me abandonaste.

- Lo siento - se disculpa nuevamente.

Subimos a mi cuarto como ya era costumbre y colocamos una película elegida por él.

- Te extrañe este tiempo- suelta y me muero por decir que yo también lo extrañé pero no lo hago.

- Aún no me dices cuáles eran esos problemas que te hicieron distanciarte.

- ¿Dónde te gustaría estar ahora mismo? - cambia de tema. Está tocando mi pelo y sacudo la cabeza alejándome por las cosquillas.

- ¿A qué se debe la pregunta?

- Siempre quieres saberlo todo eres como una pequeña chismosilla - vuelve a tomarme el pelo y me dirije una fuerte mirada que grita que no me atreva a apartarme - solo responde.

Bajo Un Manto De Emociones (En Proceso) #PBDWhere stories live. Discover now