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Florencia, Italia, 7 de la mañana ...🍷

Una mañana común para los demás, y una mañana trágica para Jeon Jungkook.

Que pasa cuando lastiman lo que más quieres, eres capaz de hacer hasta lo imposible por él. Incluso si solo era alguien aquien apenas conoces. Las razones no importan, los motivos menos, pero que alguien se atreviera a tocar lo que era tuyo, era lo más jodido que te podrían hacer.

Jungkook no paraba de quemarle los pies con un encendedor al tipo que lastimó a su rubio, tenía tanto coraje en su corazón que no le tuvo piedad a sus súplicas. Ya no tenía los dedos pulgares, chorros de sangre salían de ellos, le faltaban dientes obviamente sacados uno por uno por Jungkook con unas pinzas.

Sus propios guardas estaban acostumbrados a ver a su jefe torturar a sus enemigos, pero justamente hoy era peor de lo que acostumbraban a ver, les dio miedo. El pobre hombre ni siquiera tenía oportunidad de salir vivo de aquí si no confesaba, y si no lo hiciera morirá por el desangrado.

Dejó de quemarle los pies al tipo quien le suplicaba que lo hiciera, se lo concedió por ahora. Solo porque necesitaba saber quién fue el maldito hijo de puta que mandó matar a su prometido.

─Mi dirai chi ti ha mandato a uccidere il mio fidanzato? Altrimenti non ne uscirai vivo.!

«¿Me dirás quién te mandó a matar a mi prometido? O de lo contrario no saldrás vivo»

Amenaza Jeon al tipo este traga saliva en su boca seca, ya no tenía sentido no decirle la verdad al Señor Jeon, de todos modos ya está prácticamente muerto.

Tomó sus cabellos del tipo haciendo su cabeza hacia atrás, justo para que lo mirara.

—Dimmi, chi diavolo ti ho mandato?! La mia pazienza sta raggiungendo il limite.

«Dime ¡¿Quién malditos te mando?! Mi paciencia está llegando a su límite»

—Lui... il signor Kao mi ha mandato il signor Jeon

«Él... el señor Kao me mandó señor Jeon -Tosió un poco de sangre»

Soltó al tipo con furia, no le sorprendía para nada que el maldito de su hermanastro le haya hecho semejante traición, pero si pensaba que Jeon Jungkook se quedaría así como así, estaba muy equivocado.

—Antonio, chiama Marcello. Ho un lavoro per loro.

«Antonio, llama a Marcelo. Tengo un trabajo para ellos»

—Certo, signor Jeon.

«por supuesto señor Jeon»

—Kao me las pagará de todas formas, nadie le hace daño a Jeon Jimin en mi presencia.

Su voz, su enojo, la forma en la que apretaba la mandíbula Jeon al saber que Kao, su hermanastro. Mandó matar a su prometido, se las cobraría dándole dónde más le duela, dónde él pudiera sentir los mismos que sintió cuando los médicos le dijeron que por un centímetro más, Jimin pudo haber muerto.

Jimin solo era un adolescente que no tenía nada que ver en los negocios, su niño al que miró por primera vez en aquel autobús, dónde su mirada inocente lo cautivo, además de su lindo cuerpo. Para él no fue fácil raptar al rubio, sabía que le arruinaría la vida al traerlo aquí, pero no había nadie igual a él. Ya que la mayoría solo buscaban algo de él, y Jimin no. Por eso lo eligió.

Salió de aquel sótano para entrar a su habitación, entro en la ducha para quitar la sangre de su cuerpo, unos minutos después salió arreglado y totalmente listo para ver a su rubio, y salir a cobrar venganza.

𝗠𝗔𝗙𝗜𝗔 🍷𝗸.𝗺Where stories live. Discover now