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Ester pisaba aquella cafetería donde se encontraría con la señora Park, la había contactado después de hacer una investigación con un detective privado "no muy legal" la había contactado por número telefónico pero no le dio respuestas así que tuvo que usar su plan "B".

Podía fácilmente mandarlo averiguar todo con el detective pero ella quería oír lo, de la boca de su enemiga.

"El dinero" sólo así la mujer quiso venir a verla. Ester, toda elegante pidió un frappuccino en lo que la esperaba, estaba nerviosa por lo que le fuera a contar de su hijo, no tenía mucha idea de cómo es que después de tantos años apenas quisiera buscarlo, pero su padre siempre se lo prohíba, ya hace un año que murió y Ester quería por fin saber de su hijo.

Sólo esperaba a que la escuchara y entendiera sus razones, sólo quería verlo y saber cómo era.

La campanilla de la tienda sonó y dejó ver a Sora, su enemiga por obvias razones.

─Ester sigues igual de joven. ─Dijo ella en burla.

─Los 36 años sientan bien mi querida Sora, toma asiento.

La castaña tomó asiento mirando con un poco de envidia a Ester, desde su adolescencia y desde que supo que su esposo le pinta los cuernos con ella, le daba envidia de que ella fuese demasiado hermosa, incluso a sus 36 años.

─Muy bien terminemos con esto, ¿por qué de repente quieres saber de tu hijo?, después de tantos años ahora se me hace ridículo.

─Tenía mis razones y lo sabes Sora, mi padre era la principal razón de aquello.

─Me sorprende que no lucharas al menos por ver a tu hijo, que mala madre.

─No me digas cosas que no sabes, luche como toda madre, pero un internado lejos y siendo menor de edad no podía hacer mucho. Y cuando tuve la oportunidad de buscarlos y saber de mí hijo, ustedes desaparecieron de la faz de la tierra.

Ella buscó a su hijo claro que sí, pero su padre no ayudaba y ellos desaparecieron, además que su dinero lo vigilaba su padre y jamás tuvo la oportunidad de contratar un investigador, además del miedo que le daba saber qué su hijo jamás la perdonaría por dejarlo, era temores de madre que no muchas entenderán.

Sora sonríe.

─Sabes no me sorprende que Jimin te odie por dejarlo solo con nosotras después de que murió Taemin.

Ester la mira mal, pero se controla.

─¿Cuándo murió Taemin?.

─Primero un café querida, esto lleva su tiempo.

Levanta la mano para llamar al mesero, este llega a su mesa.

─Quiero un café latte por favor con una rebanada de pastel de chocolate.

─Enseguida señora. ─Hace una reverencia y se retira, unos minutos después llega con la orden y se retira.

Le da un sorbo degustando el café. Ester sólo esperaba su respuesta.

─Murió cuando Jimin tenía 4 años, lo dejo a mi cargo, si quieres saber si le contó sobre ti le dijo que estabas muerta.─ Ester la miró incrédula ─No me mires así es más que la verdad.

─¿Se llama Jimin? ─el nombre se le hacía conocido─ ¿le dijo que estaba muerta?

─Si se llama Park Jimin. No te miento, Jimin era muy pequeño no recuerda mucho sobre su padre, yo me encargue de su bienestar y su estudio.

─Con la herencia de Taemin supongo.

─Es lo mínimo que puedo hacer Taemin después de morir, dejarme ese estorbo fue lo más coherente. Yo tenía a mi propia hija por quién ver.

𝗠𝗔𝗙𝗜𝗔 🍷𝗸.𝗺Where stories live. Discover now