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La palabra dolor no cabía en el pecho de Jimin al estar en el funeral de su hijo.

El cielo se tornó gris. A las personas alrededor les dolía la pérdida del heredero de los Jeon, y más que todo Jimin sentía morirse en ese mismo instante porque pasar a un momento de felicidad, donde planeaba el cumpleaños de su pequeño hijo, pasó a convertir sus planes en un funeral.

Su corazón sentía odio y tristeza a la vez. Su prometido estaba hecho pedazos en su habitación tratando de recuperarse del dolor agonizante que sentía al haber perdido a su hijo, a su pequeño Soobin.

Si pensaba Momo que esto se quedaría así como así, estaba demasiado equivocada porque Park Jimin, él solo, la haría pagar por el dolor que les hizo pasar. Ella plañirá el día que se metió con su familia y su hijo.

Suelta un par de lágrimas más mirando la pequeña caja blanca dónde el cuerpecito de su niño descansaba en paz, por más que quiso controlarse no dejaba de llorar y pedir perdón por ocasionar esto, no era su culpa y él lo sabía.

Fue culpa solamente de aquella maldita mujer loca. Su muerte estaba sellada, ella estaba oculta en quién sabe dónde, pero Jimin la encontraría de alguna manera y para eso tenía que pedir ayuda de Namjoon y Seokjin.

Aún no sabía bien el tema, pero de que ellos podían hacerle el favor de encontrar a Momo, lo harían por su mejor mafioso que es su prometido.

─En el nombre del padre, del hijo y del espíritu Santo. Que le dé descanso eterno a este ser tan pequeño que dejó este mundo a tan corta edad. Su alma está en los cielos con Dios padre, quien lo ha acogido entre sus brazos para darle el paraíso.

El padre decía sus palabras hacía Soobin, unos cuantos de sus compañeros del jardín de niños le dejaban juguetes en su tumba. Soobin, su niño pequeño, murió a manos de aquella maldita resentida de mierda, él no tenía culpa alguna de su estupidez. El dolor no dejaba pensar bien al rubio quien aún lloraba mientras escuchaba las palabras del padre tan conmovedoras y dolorosas.

Su hijo era tal solamente un niño que merecía vivir y crecer para bien, pero todos sus sueños fueron arrebatados.

Los hombres empezaron a enterrar al pequeño, Jimin cogió un poco de tierra para echarla en el ataúd de su hijo, así despidiéndose de él.

No podía dejar de sentir dolor, le desgarraba el alma.

─¿Jimin?

Le llama Seokjin que estaba igual de destrozado que él, lo mira y le hace señas que voltee. Jimin lo hace mirando a su prometido venir con los guardias ayudándole a caminar, aún no estaba bien de su herida y podría abrirse, pero lo entendía, quería ver por última vez a su hijo.

Despedirse de él por última vez.

Caminó hasta él en cuanto llegó no pudo evitar abrazar el cuerpo delgado de su rubio, no quiso llorar frente a todos porque se vería débil ante ellos, además que ya ni siquiera sentía que tuviese lágrimas de tanto que lloró aquella noche.

Jimin lloró abrazado el cuerpo de su prometido, le dolió, le estrujaba el corazón, el pecho se le oprimía, y su garganta se sentía seca.

─Lo siento mi amor, lo siento tanto ─lloraba sobre sus hombros mientras todos los demás se despedían de Soobin dejando caer rosas blancas.

─Esa... maldita me las pagará, me... quitó a mi hijo, Jimin.

Jimin abrazó aún más fuerte a su prometido, sentía que no podía más, pero tenía que ser fuerte por los dos, aunque él también se sintiera en la miseria y el abismo más oscuro.

𝗠𝗔𝗙𝗜𝗔 🍷𝗸.𝗺Where stories live. Discover now