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Todo había terminado. Había vengado la muerte de su hijo, estaba ahora tranquilo Jimin después de su cometido.

¿Qué le esperaba cuando llegara? Un super regaño por parte de su amado de eso estaba más que seguro. Él haberle enviado el vídeo y los mensajes de Seokjin y Namjoon solo eran la advertencia de que su prometido no estaba contento con lo que hizo Jimin.

O quién sabe, pero por lo menos le hizo justicia a su pequeño niño, quien siempre le pedía postres y comía chocolate a escondidas cuando cocinaban juntos.

También está él hecho de que su suegro estaba vivo, cosa que no le diría a Jungkook porque esto era más grave de lo que pensó.

La verdad será revelada hasta el día que el señor Jeon quiera, a Jimin todo esto de la mafia y las muertes y todo lo demás le estaba dando grandes dolores de cabeza, quería paz, quería tranquilidad, y es algo que en la mansión no te daría.

Su vida ahí era ver a Jungkook ir a su trabajo como mafioso y traficante, también los constantes golpes pequeños que tenía al llegar a casa, no podía verlo seguir así.

—Joven llevamos —le comunica el taxista.

Jimin mira la mansión de su esposo al frente, al fin había llegado a su destino después de horas de vuelo. Estaba cansado así como golpeado, le dolía todo el cuerpo.

—Gracias.

Baja del taxi toma su maleta colgándose de su hombro, suspira mirando a los guardias quienes hacen una reverencia ante él. Le abren la reja y Jimin comienza andar.

Jungkook bajaba las grandes escaleras, ya estaba mejor de su herida, pero tenía que tener cuidado aún, había sido informado que su prometido había llegado y él lo esperaría abajo para que le diera explicaciones.

Estaba enojado, más bien furioso. Pero sobre todo estaba preocupado de saber cómo estaba su hermoso rubio ojos esmeraldas. La angustia de que salió herido o que le haya pasado algo malo le destrozaba el alma.

La puerta se abrió dejando ver a un Jimin herido, su rostro con morados, su labio roto. El menor al ver al frente a su prometido no tardó en correr abrazarlo con mucho amor, ni siquiera lo dudo, le importaba un carajo que le regañara únicamente quería sentirse amado y protegido.

Jeon al fin pudo sentirse completo al tenerlo entre sus brazos. Correspondió el abrazo besado, su ahora cabello negro. Ninguno de los dos dijo nada, solo se abrazaron como era debido, se habían extrañado uno con el otro a horrores después de la tragedia que los sacudió.

—Lo siento mi amor, lo siento mucho... —lloraba sobre su pecho mientras Jungkook le daba caricias a su espalda para darle confort— yo... quería vengar a nuestro hijo, lo hice por él y por ti, creí... que moriría.

—Lo sé mi amor sé que hiciste todo esto por mí y... Soobin. Pero también te pusiste en peligro, Jimin estabas en un país solo con cosas que jamás te has enfrentado. La Mafia es algo serio y ahora por más que quiera no involucrarte en esto estás metido hasta el fondo.

Jimin suelta un risita.

—Demasiado tarde ya metí todo el cuerpo amor -absorbe por su nariz aún acurrucado en el pecho de su prometido- Además me metí en esto desde que me secuestraste y me pediste matrimonio, esto prácticamente es tu culpa, ahora haste cargo de lo que creaste en mí.

Jeon soltó una risita amarga, apartó a su ex rubio para limpiar sus lágrimas de sus mejillas regordetas y besar sus labios lentamente, ese beso le quitó el aliento a Jimin, necesitaba esto, necesitaba de sus besos para reiniciarle la vida y hacerlo sentir mejor.

𝗠𝗔𝗙𝗜𝗔 🍷𝗸.𝗺Where stories live. Discover now