Noveno | La cámara

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Después de la charla con Muerte pasaron semanas, Harry se había enfrascado en buscar algún libro en Hogwarts que lo ayudara, pero a medida que pasaban los días su animo se desvanecía. Draco y Theo lo ayudaban, les había comentado que estaba buscando todo referente a la magia del alma pero que lo mantuvieran en secreto, cuanto amaba que los Slytherin no sean entrometidos como los leones.

Cuando ningún libro de la biblioteca abierta o la zona prohibida, de la cual había logrado tener el pase por su padrino, no dio resultado en su búsqueda estuvo furioso. Bastante furioso. No entendía como Tom había descubierto en la escuela acerca de los Horrocruxes si en la biblioteca no había ni un libro sobre aquella magia tan inusual y peligrosa.

No fue hasta el día de Halloween que la realidad lo golpeo en la cara. ¡¿Cómo no lo había pensado antes?! ¡La cámara de los secretos! Sabía que en algún lugar oculta allí se encontraba la biblioteca de Salazar que él nunca encontró, claro que después de su segundo año él no pudo bajar nuevamente pero ahora definitivamente iría.

Tuvo que esperar hasta que Quirrell entrara gritando lo del troll para poder escabullirse.

 "Cúbreme, no hare nada peligroso lo juro, necesito ir a un lado" le dijo rápido a Draco cuando estuvo tras una estatua contra el rubio, Draco de inmediato asintió, pero le hizo prometer que le contaría luego, ellos tenían con los meses una extraña relación de amistad.

Sonriendo al verle irse se puso rápidamente la capa y con los hechizos silenciadores fue directo al baño de niñas del segundo piso, no le importaba Granger y el troll, por él bien podía salir herida de esa lucha y estaba seguro que no sentiría ni siquiera lastima, gracias a Merlín por los pequeños milagros que el baño donde el troll atacaba era el del primer piso.

No le tomo mucho tiempo para estar dentro de la cámara, se había asegurado de cerrar ambas entradas tras él y ahora inspeccionaba todo el lugar, no estaba seguro donde buscar, su mirada se detenía en cualquier cosa que creía era la puerta.

Gruño cuando estaba seguro que ya habían pasado horas buscando, él único lugar que paso de largo fue donde se escondía el basilisco, la idea cruzo por su mente, pero no se sintió seguro, era el único lugar que no había visto y era muy probable que la entrada a la biblioteca estuviera resguardada por el animal.

"Háblame, Slytherin, el más grande los cuatro de Hogwarts" Siseo con los ojos cerrados, él no podía morir, pero estaba seguro que podía terminar petrificado, ahora escuchaba como la boca de la estatua se abría y los siseos de la gran serpiente, menos mal recordaba como Tom lo había llamado

"¿Quién me llama?" La voz del basilisco no era como la recordaba, pero eso en ese momento no le importaba

"Mi nombre es Harry Potter, he venido a pedir tu ayuda" su voz era neutral, pero por dentro estaba asustado, joder, ¿Quién se para frente a un basilisco tan liguero? Solo él.

"¿Mi ayuda? Eres una pequeña cría, el ultimo que pidió mi ayuda me hizo hacer cosas horribles" Los siseos eran amenazantes, pero rápidamente noto que no eran dirigidos a él.

"Tom Riddle" Murmuro Harry, quería abrir los ojos, pero aun no estaba seguro "Te uso y una chica de Ravenclaw termino muerta"

"Mi deber es proteger a la escuela y sus estudiantes, nunca iría contra las ordenes de mi amo y dañar a uno de los chicos, la otra cría me obligo a salir, fue un accidente" Decir que estaba asombrado era poco, ¿Tom había hecho algo en la mente del basilisco para que lo atacara en el pasado?

"No estoy aquí para pedirte que lastimes a alguien, no deseo lastimar a los alumnos de la escuela" Su voz era fuerte y clara, claro que no iba hablar sobre los traidores a los que iba hacer sufrir por su propia mano.

"Entonces nos entenderemos bien pequeña cría, ¿Cuál es la ayuda que deseas?" En su interior Harry estaba saltando de felicidad, no lo hacia solo para no verse infantil con el basilisco antiguo, no porque le daba miedo moverse, para nada.

"He escuchado acerca de una biblioteca en este lugar. ¿Podrías mostrarme el camino? Debo investigar algunas cosas que no encontré arriba en la escuela"

La gran serpiente se acerco a él y sintió como la lengua bífida lo tocaba ¿Lo estaba probando?

"Claro pequeña cría, te llevare, puedes abrir los ojos, mis segundos parpados se aseguran que no te lastime"

Se contuvo para abrirlos de inmediato, esta bien, lo diría, estaba acojonado. Lentamente abrió uno de sus ojos y al notar que no iba a pasarle nada abrió el otro, observando al basilisco con admiración tocando sus escamas "Gracias"

Un siseo tranquilo le indico que lo siguiera, como pensaba la biblioteca estaba escondida en lo profundo de la recamara donde el basilisco dormía.

Cuando entro de inmediato se fijo en los libros que estaban en el escritorio, era como si Tom la ultima vez que estuvo en el lugar no hubiera guardado nada y agradeció a Morgana por eso.

Conjurando un tempus hizo una mueca, ya era pasada medianoche, al menos sabia ahora como llegar a la biblioteca.

Dándole una rápida mirada a los títulos y capítulos de los libros se llevo dos consigo que guardo en los bolsillos de su túnica, según leyó por encima eran unos de los necesarios para su investigación, él ya sabía cómo se hacía un horrocrux, pero el deshacerlo seguro era mil veces mas complicado.

"Gracias de nuevo" dijo en cuanto salió de la biblioteca y cerro tras él. "¿Puedo venir siempre que quiera?"

"Claro, pequeña cría, si llamas por la biblioteca y las escaleras se abrirá el pasadizo para ti, así no tienes que pasar por mi nido"

Una suave risita se escucho por eso y asintió, dándole otra pequeña caricia a la gran serpiente

"Esta bien. Gracias nuevamente, puedes volver a dormir, traeré conejos cuando vuelva. Por ahora no es seguro para ti recorrer el castillo" Esperaba que el basilisco le hiciera caso, no quería que Tom lo escuchara por los corredores.

La gran serpiente entendió y volvió al nido, notando como la boca de la estatua comenzaba a cerrarse.

"Nos veremos pronto pequeña cría, espero que no mientas con los conejos" comento divertido antes de que todo volviera al silencio.

Harry rio mientras negaba, se iba asegurar de invocar mil conejos en la cámara para que los cazara.

Ahora se sentía un poco mas seguro en el campo de su investigación. Cuando despertara comenzaría con su búsqueda, ahora solo necesitaba su cama, pero primero se daría una larga ducha. 

Maestro de la Muerte || Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora