LIII | Arthur Weasley

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Harry fue despertado por un apresurado Draco el día siguiente, él quería dormir, necesitaba dormir, Muerte lo había llamado cerca de la madrugada hacer su trabajo y no logro descansar del todo. Solo minutos bastaron para estar listo y ser arrastrado por Malfoy al comedor, según él lo dejo dormir más, claro que no le creía.

Harry estaba tan dormido que ni siquiera noto como Draco pagaba su profeta y lo dejaba frente a él, ya sabía que lo estaría, no sintió la necesidad de verlo tan rápido, pero después de que los murmullos con su nombre se alzaran no pudo evitar levantar la mirada de su desayuno frunciendo el ceño

"Mi señor, tiene muchos torposoplos en su cabeza, debe descansar correctamente" Dijo Luna mientras tarareaba, Harry asintió con una sonrisa, se sentía confundido ese día gracias a la falta de sueño


¡Robo de cuentas en Gringotts por once años! ¡Harry Potter demanda a los involucrado!

¡Dumbledore robando de las bóvedas Potter!


Harry suspiro fuerte al leer el titulo de la portada, Rita seguro pensaba dividir el robo y lo de su herencia mágica en dos artículos diferentes, no era que le importara, de hecho, le ayudaría a que no se perdiera con la información.

Leyendo por encima se encontró con los nombres del director, sus tíos, Ronald, Ginevra, Molly Weasley y Granger, ayudaba a que se creyera su palabra la copia del pergamino que los duendes le dieron a Rita, demostrando cada galeón, libros y joyas que se retiraban junto él nombre y fecha de cada uno. Fechas en las cuales Harry ni siquiera los conocía.

Como si fuera un llamado, al momento en que Harry dejo el periódico de lado entraron tres halcones negros, en sus picos también había cartas negras. Los sangre pura notaron de inmediato lo que eran. Demandas del banco Gringotts, los magos huían cuando llegaba una de esas cartas.

Cada halcón se poso frente a sus destinatarios, siendo los Weasley menores y Granger, no se sorprendió cuando las cartas se abrieron por si mismas y el rostro de Ragnok se mostro en el aire.


"Ronald Weasley / Ginevra Weasley / Hermione Granger" La voz en las tres cartas hablo al mismo tiempo, la única diferencia era los nombres que decía

"Mi cliente, el señor Harry James Potter, inicia una demanda hacia usted por el crimen de hurto. Tiene dos días a partir de ahora para devolver todos los objetos y dineros retirados sin consentimiento de las bóvedas Potter. De lo contrario, tenemos la obligación de tomarlo, aunque se niegue. Tenga en cuenta que el dinero deberá ser devuelto con intereses.

Si pasados los dos días se niega a devolver lo hurtado, Gringotts se encarga de pasar cada knut de sus bóvedas a mi cliente y por lo tanto las puertas del banco serán cerradas a usted y su familia.

Los siguientes dos días le serán negadas las solicitudes para retirar dinero o pertenencias de sus bóvedas.

Les hablo Ragnok, gerente de las cuentas Potter"


El gran comedor se quedo en un silencio absoluto, nada de lo que dijeran las comadrejas o Granger los salvaría, seguro negarían, pero el colegio entero sabía que los duendes no mentían cuando se refería al dinero.

Le había dicho a Ragnok que en cuanto saliera el articulo del robo mandara las demandas, cuanto amaba la magia de los duendes, todos ahora se enterarían de las ratas con las que estudiaban.

Maestro de la Muerte || Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora