Dulce despertar (Marc)

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Me despierto en medio de nuestra cama con el cuerpo de Marc pegado al mio, miro un poco desorientada alrededor de la habitación y observo el reloj en mi mesita de noche, 3 de la mañana. Ambos nos encontramos desnudos bajo las sábanas pues tuvimos una sesión de sexo de bienvenida luego del GP de Assen.

El brazo de mi novio cae por mi cintura y me estiro suavemente como un gatito, rozando mi cuerpo con el de Marc. Lo percibo gemir entre sueños. Una sonrisa semejante a la del gato sonrisón se asoma a mis labios y siento una energía que no es ni medio normal en mi. Me vuelvo a remover esta vez más cerca del cuerpo de mi novio, provocando un gemido aún más claro de su parte. Oh cariño, vas a tener un despertar que no olvidarás.

Aprovecho que Marc se mueve dejándome espacio y me incorporo para levantarme. Me volteo a observarlo, con el movimiento de su cuerpo y de mi salida de la cama, la sábana que apenas lo cubría también se mueve, cubriendo aún menos que antes. Diablos, todo este maravilloso hombre es mío. Paso mi lengua por mis labios sintiendo mi cuerpo encender por la visión frente a mi.

Una vez de pie al lado de la cama me dirijo hacia el armario, abro el cajón donde tiene sus corbatas y tomo aquella que utilizó para la última gala de la FIM. Que bien le quedaba ese traje, es solo recordarlo y comenzar a salivar. Saco la corbata escogida y la dejo a un lado, lista para el momento en que la vaya a utilizar.

Me encamino hacia la puerta de nuestra habitación para ir directo hacia la cocina, en donde comienzo a buscar el resto de cosas que necesitaré. Me encanta la idea de habernos abastecido ayer, porque creo que tengo todo lo que busco.

Me devuelvo a la habitación con un bote de helado de vainilla, crema batida, chispas de chocolate y una cuchara. Mi corazón late desbocado con la adrenalina de hacer el menor ruido posible para que Marc no me escuche y se acelera aún más con la expectativa de despertar a mi novio de esta manera.

Al llegar a la habitación dejo todo en mi mesita de noche y me acerco a buscar la corbata que un rato antes había escogido. Corbata en mano me dirijo nuevamente hacia la cama y veo que Marc se vuelve a mover ubicándose casi boca arriba, movimiento ideal para que yo solo tuviese que acercarme y darle un pequeño empujoncito de tal manera que quede con su espalda completa en el colchón. Murmura algo inentendible, pero al parecer sigue medio dormido.

Ágilmente me ubico sobre su abdomen y tomo sus brazos llevándolos a la cabecera de nuestra cama. Lo escucho quejarse para luego reír, aún tiene los ojos cerrados, pero sé que está volviendo del reino de los sueños, debo ser rápida. Hago una par de nudos firmes con la corbata y sonrío satisfecha mirando mi trabajo realizado. Desciendo mi mirada por sus brazos estirados y vuelvo a relamer mis labios, bajando ahora directo a su rostro, donde puedo comprobar que ya ha despertado. Sus ojos van perdiendo la apariencia somnolienta para comenzar a oscurecerse al darse cuenta de la situación.

— Amor que...

Lo veo tensar los brazos tirando de la tela que lo une a la cabecera. Al parecer hice un buen trabajo pues no puede soltarse como él esperaba.

— ¿Amor?

Le guiño un ojo y me levanto para ir a por lo que traje de la cocina. Observa atentamente mis movimientos y cuando ve la crema junto al helado gruñe. Veo que su amigo ya está listo y siento un cosquilleo en mi bajovientre.

— Verás mi vida, desperté hace un par de minutos con mucha hambre y fui a buscar algo, ya sabes, para poder comer...te.

Lo miro sugerentemente a través de mis pestañas y él se sacude. Tomo el bote de helado junto con la cuchara, y me vuelvo a ubicar sobre él, pasando deliberadamente mi entrada por sobre su miembro. Ambos gemimos.

One Shots MárquezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora