Todo Mal (Marc)

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Observo como su cuerpo se mueve al ritmo de la música, pareciendo que pierde la noción del espacio y del tiempo.

Las paredes reverberan con la intensidad de la melodía mientras cierra sus ojos disfrutando de lo que más le gusta hacer en este mundo.

Me encanta mirarla cuando baila, cuando es ella misma en un salón, en un escenario, en donde sea. Se apropia del lugar y brilla con luz propia, es justo eso lo que me enamoró de ella.

Leyla parece notar mi presencia pues voltea con gracilidad, haciendo parecer que todo está perfectamente calculado dentro del mismo movimiento. Le miro embelesado cuando me sonríe acercándose al lugar en el que me encuentro. Presiona un par de botones en un mando que no había visto y la música comienza a escucharse a un volumen más moderado.

- ¿Llevas mucho allí?

- No mucho, lo suficiente para verte disfrutar.

La rubia me abraza y besa mis labios con suavidad. Inhalo su perfume antes de soltarla por completo.

- Estaba aburrida en casa y he decidido venir a relajarme aquí.

- Ya, he supuesto que estabas aquí cuando he visto que te habías llevado tu bolso deportivo.

- Necesitaba una dosis de esto antes de la próxima semana, no sé en qué momento me convenciste de esto.

Una sonrisa se asoma a mis labios y no soy capaz de frenarla.

- Te amo pequeña.

- Yo también te amo, cabron.

Une sus labios con los míos y no puedo evitar pegarla más a mi cuerpo. Estamos en privado, pero en un lugar público, digo, es una academia de baile, por lo que tampoco podemos armar una escena cuando cualquiera puede cruzar la puerta del salón.

Nos separamos por falta de oxígeno y Leyla se dirige a ordenar sus cosas para marcharnos. Tomo su mano en cuanto termina de apagar todo y la acompaño hasta los vestidores del lugar, donde mi novia busca una toalla antes de meterse a duchar.

Una idea pasa por mi mente pero la envío al fondo de mi cabeza al ver como un grupo de chicas comienza a entrar en el vestidor, por lo que me retiro sigilosamente del edificio.

Voy llegando al auto cuando la voz de una de las compañeras de Leyla me llama. Volteo a verla y no puedo evitar sentirme incómodo bajo la mirada de la castaña cuyo nombre no recuerdo.

- Hace tiempo no te veíamos por aquí Marc, ¿Leyla te tenía prohibido venir a visitarnos? - se acerca sugerente y retrocedo un par de pasos. La chica parece enterderlo pues se queda en su lugar, pero eso no le impide sonreir coqueta.

- No había tenido tiempo de venir, pero hoy he podido pasar a buscar a mi novia, tenemos una cita - le sonrío pero soy consiente de que he hecho una mueca más que una sonrisa.

- Ay, ojalá todas tuviéramos un novio así de atento.

Voy a responder pero veo a mi novia aparecer con el ceño fruncido. Pasa por al lado de la castaña, de la cual aún no logro recordar su nombre, y toma mi mano antes de mirarla.

- Veo que no pierdes el tiempo Sandra, pero este hombre ya está tomado, asique vuelve por donde viniste.

La castaña la mira con odio pero no duda en guiñarme un ojo antes de irse, yo la observo inexpresivo, evitando que los celos de mi novia se enciendan aún más. Ya hemos tenido algunas discusiones la última semana y no me apetece comenzar una nueva por culpa de una compañera suya.

~ ~ ~ * ~ ~ ~

Era San Valentín y yo había hecho todo lo posible por llegar a tiempo desde Asia. Los test de pretemporada me habían mantenido casi toda la primera mitad de febrero fuera de casa y por si no fuese suficiente, mi novia había tenido una gira con el elenco fijo de la academia donde trabajaba, por lo que llevábamos fácilmente un mes completo sin vernos.

One Shots MárquezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora