You are the reason (Alex)

613 35 12
                                    

Su confesión me pilla desprevenida y mi corazón comienza a correr, siento un escalofrío en mi espina dorsal y busco la manera de salir de este momento.

— ¿Qué quieres decir?

— Ya no quiero solo verte cuando tengamos sexo, también quiero verte para comer, para cenar, para pasear por la playa, para salir con amigos, para presentarte a mi familia...

— Alto ahí vaquero, nuestro trato no era ese.

— Y por eso estoy aquí hablando contigo, porque quiero que cambie, sé que, a pesar de nuestras diferencias, podríamos intentarlo.

— ¿Y qué pasa si yo no quiero intentarlo?

— Por Dios Cristina, no seas terca y no nos engañemos.

— No sé de qué hablas.

— Hablo de que, si quitaras tu fachada de chica dura que no le importa tener pareja, podríamos tener algo bueno aquí... - se acerca y toma mi mano entre las suyas, intento quitarla, pero no me lo permite - Nosotros funcionamos juntos Cris.

— Si, sobre una cama, un sofá, las escaleras o tu auto... Podría seguir enumerando, pero que tengamos buen sexo no es indicador de que una relación entre nosotros vaya a funcionar.

Lo escucho suspirar frustrado y sé que presioné los botones correctos, se avecina su enojo, con esto sí puedo lidiar.

— ¿Me vas a decir que no sientes absolutamente nada por mí más allá de la calentura del momento?

Dudo un instante al sentir un nudo en el estómago, pero no voy a ceder, aunque mi corazón lo pida a gritos. Dejo de mirar su rostro para mirar la arena a nuestros pies.

— Exacto, no siento nada más que calentura.

— ¿Y el cuentito de la exclusividad qué?

— No quiero contraer una infección.

— Sabes que me hago pruebas periódicas y te diría si ocurriese algo. Esa condición tuya surgió a partir de tus celos.

— Celos de tu pene querido, no de ti.

La frustración es patente en su rostro y sé que está por rendirse. Por favor, Alex, no te rindas.

— Lo intento Cris, te prometo que lo intento, pero un hombre también tiene su límite para rogar.

— Pues bien, puedes retirarte, creo que nuestro trato se terminó.

— ¿Es eso realmente lo que quieres?

< ¡No! > Su mirada se clava en mis ojos y yo intento mantenerme firme.

— Si.

— Si es eso lo que quieres, no te molestaré más. Que disfrutes la fiesta.

Lo observo alejarse unos pasos en dirección a la casa y me alejo en sentido contrario por la orilla, sintiendo las olas chocar contra mí.

¿Qué diablos acabo de hacer?

Me paro a pensar por un segundo, ¿en qué momento pasamos de ser dos personas que discutían todo el tiempo y no se soportaban, a ser esta cosa extraña que somos actualmente?

¿En qué momento un desconocido hace que todas mis células sean conscientes de su presencia, para que luego resultar ser mi follamigo? ¿Follamigo? No, quizás esa no sería la palabra más adecuada para nosotros, porque solo teníamos sexo, sin amistad, nada de lazos afectivos.

<Pero querías exclusividad> mi voz interna aparece por segunda vez esta noche y la mando a callar mientras sigo divagando.

¿Por qué Alex quiere que vayamos más allá con esto? ¿Cuál es la idea de arruinar lo que tenemos y que nos funciona tan bien, para embarcarnos en algo que puede no funcionar?

One Shots MárquezWhere stories live. Discover now