¿Despecho? (Marc)

578 31 3
                                    

La voz de Rosalía entonando "Despechá" llena el espacio. Que canción más adecuada para este momento cuando lo que más necesito es liberarme de los pensamientos que rondan a mi más reciente ruptura y al imbécil que hacía llamar "novio".

Muevo mis caderas dejándome llevar por el ritmo de la canción y mi cuerpo reacciona a la melodía que reverbera en mis oídos.

- Jaz, ¿ese de ahí no es tu ex? - volteo a ver a donde me indica la morena y veo al piloto.

Culpo al tequila de lo que hago a continuación, y me dirijo a paso firme al hombre con el que terminé hace un par de años.

- Hombre... Jaz, hace tiempo...

No dejo ni que acabe de hablar cuando lo tomo del cuello y estampo mis labios con los suyos. Mis dedos pasan hacia su pecho y sus manos se van a mi cintura cuando se le pasa la sorpresa.

Su lengua empuja en mis labios y abro la boca para darle más jodido acceso. Estoy en la gloria.

Los silbidos a nuestro alrededor me hacen notar lo que estoy haciendo y me separo rápidamente, para encontrarme con el rostro sorprendido de Marc. Sus ojos me observan en medio de la oscuridad y sus dedos moviéndose por mi cintura me dan escalofríos.

Su respiración es tan agitada como la mía pero me doy cuenta que no era ni el momento no el lugar.

Observo a mi alrededor y me encuentro con sus amigos y mis amigas mirandonos con rostros estupefactos, algunos de ellos incluso con los teléfonos grabando.

Mierda.

- Lo siento - separo rápidamente su cuerpo del mío, arrancando del lugar lo más pronto que puedo.

Escucho como me grita que espere, pero me escabullo con facilidad por entre la gente y agradezco que lo reconozcan y le paren.

Llego junto a Sam, que sigue sin dar crédito a lo que acaba de ocurrir, y le arrebato mi chaqueta junto a mi pequeña mochila.

- Me largo, no tengo cara para estar aquí.

- Pero Jaz...

- No Sam. Nos vemos en casa.

Salgo del lugar acomodando mi chaqueta sobre mis hombros. Pongo mi mochila a mi espalda y junto mi pelo con mis manos, acomodandolo para que entre sin problemas en mi casco.

Miro la moto estacionada en el sitio que la he dejado al llegar y me subo de una vez, encendiendola rápidamente.

El ronroneo que produce el motor es música para mis oídos y una sensación de excitación junto a mis latidos acelerados, es una bomba en mi interior.

- ¡Jaz! Espera.

Volteo para ver cómo Marc se acerca corriendo por la puerta del lugar, pero no le doy tiempo a llegar hasta mi y me largo como alma que lleva el diablo.

La velocidad de mi amada moto, el viento contra mi cuerpo y el alcohol que probablemente ya se ha ido de mi sistema, pero al cual siempre puedo culpar más tarde, hacen que dude un momento y decido que necesito calmarme antes de llegar a mi hogar.

Estaciono la moto en el lugar más cercano a la playa, procurando que sea una zona segura. Dejo a mi bebé esperándome y me acerco hacia la arena.

El ruido de las olas del mar me calma, trayendome de vuelta a mi estado normal. Cierro mis ojos por un instante respirando el aroma marino, cuando siento pasos a mi alrededor y me pongo alerta.

Volteo a ver tras de mi y veo al piloto acercarse a paso lento, por lo que viendo que no estoy en peligro, vuelvo mi mirada al frente.

- ¿Cómo me has encontrado? - acomodo mi chaqueta y comienzo a jugar con la arena entre mis dedos.

- Este lugar siempre ha sido tu favorito para pensar.

Una puntada en mi pecho y la sensación de un nudo en la garganta me hacen notar que mi cuerpo aplicó la lectura entre líneas mucho antes de que lo hiciera mi mente.

Percibo como se ubica a mi lado, sentándose de piernas flexionadas, apoyando los antebrazos en sus rodillas. Inhalo profundo llenandome de su perfume.

- ¿Qué ha sido lo de hace rato? - la paciencia no es lo suyo, pero admito que agradezco que vaya tanteando terreno de a poco.

- Si tienes que preguntarlo, es que no lo he hecho bien.

Una carcajada se escapa de su garganta y algo en mi interior rememora aquel tiempo en que estuvimos juntos.

- Hace tiempo que no te veía - da un empujoncito en mi hombro por mi silencio - al menos no con tanta interacción... No desde...

Su voz se pierde y me doy cuenta de a qué se refiere.

- Desde que corté contigo sin darte chance de hablar, lo sé - bajo mi mirada porque es algo de lo que me he arrepentido desde el momento en que supe la verdad.

Volteo a verlo y le noto mirando el horizonte, el perfil que siempre me ha encantado me recibe y me quedo embobada.

- El beso de antes fue un error - sus ojos se abren y parece un poco ofendido - déjame explicar... - intento acomodar mis ideas antes de estropearlo nuevamente - no quiero volver a besarte por despecho.

Sus cejas se levantan y veo un atisbo de dolor en su mirada, ahora sí que le he ofendido.

Se separa de mi de un salto y se levanta con la misma rapidez, alcanzo a tomarle del brazo antes que me deje completamente sola.

- Déjame que te explique...

- Lo dejaste clarísimo Jaz, me has besado por despecho.

- Lo sé... Es solo...

Veo como el castaño se pasa una mano por el pelo intentando calmar su temperamento, cosa que agradezco. Un Marc enojado no es nada bonito y yo lo sé perfectamente.

- Jaz, no te entiendo, palabra que no lo hago - esta vez la palma de su mano pasa por su rostro como intentando quitar la molestia de alguna manera.

- El beso que te di fue un impulso, si, pero no me arrepiento de haberte besado - sus ojos siguen duros mientras intento explicarme - créeme, es la mejor decisión después de mucho tiempo...

- ¿Pero? Estoy cada vez entendiendo menos.

- Lo que me dió la valentía para hacerlo fue...

Sus brazos se cruzan, haciendo que sus venas y músculos se marquen. Bendito seas señor Jesús.

- No me salgas con la excusa del alcohol porque nos conocemos; no hubieses subido a tu moto si te sintieras medianamente borracha.

- No... Yo... - muerdo mi labio por lo ridícula que me parece la excusa que voy a dar - mencioné el despecho porque acabo de terminar una relación que no iba a ningún lado.

Una carcajada irónica sale de los labios del hombre frente a mi y me hago pequeña.

- Honestamente no sé cómo sentirme, Jaz - se separa unos pasos más y no puedo evitar que mis manos lo busquen. Marc hace un gesto de que necesita espacio - después de como terminaron las cosas entre nosotros, esto es lo que menos me esperaba.

Sus palabras dan de lleno en la herida, porque justamente fue una de las razones por las que terminamos en aquella ocasión, un "beso" que supuestamente le dió a una paragüera, pero que en realidad nunca ocurrió. Entre otras cosas claro.

- Marc, no quise meter el dedo en la llaga...

Niega con la cabeza y su expresión corporal me dice que no es momento.

- Podrías haberme besado por cualquier otra razón, Jaz, y no me hubiese dolido tanto como ser besado por simple y llano despecho, lo siento.

Le veo marcharse sin sentirme con derecho de frenarlo, no después de nuestra conversación.

Lo que comenzó como una noche de distracción de mi reciente ruptura y bienvenida a mi soltería, con la voz de la Rosalia de fondo y el ritmo de su música en mis caderas, terminó como no quería: con mi corazón más frío que antes.







*~

One Shots MárquezDär berättelser lever. Upptäck nu