Whatever (Alex)

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Al día siguiente me levanto mas tarde de lo normal y me encuentro con un mensaje de mis padres diciendo que vendrán mañana, para poder estar en la celebración del cumpleaños de Roser.

La sonrisa de oreja a oreja se instala en mis labios porque llevaba varias semanas sin verlos, asique evidentemente me hacía ilusión tenerles aquí también.

Salgo de la habitación después de ducharme y vestirme, escuchando voces a medida que me acerco a la cocina. Roser y Julià están sentados a la mesa, riéndose de algo que no he alcanzado a oír.

— Buenos días, peque – Julià es el primero en saludarme, haciendo que su mujer voltee a mirarme con una sonrisa.

— Ya es casi medio día – paso una mano por mi cabello mientras busco una taza para beber mi preciado café – no sé cómo he dormido tanto...

— Hemos tocado tu puerta esta mañana y nos extrañó que no respondieras ya que eres siempre la primera en despertar – Roser me ofrece azúcar mientras le añado crema a mi taza.

— He tenido días de locos esta semana... apenas he podido dormir y supongo que me pasó factura.

— Algo mencionaron los chicos. Marc dijo que estabas llevando trabajo a casa – asiento tras dar un sorbo, sintiendo como el sabor del café y la crema hacen maravillas en mis papilas gustativas.

— La peque no duerme más de 5 horas...

Los tres volteamos a ver a Alex que viene llegando con los perros. Ambos se van directo a sus platos con agua, mientras su dueño deja un beso en mi mejilla antes de sentarse a la mesa, quitándome una de las galletas que he colocado en un plato.

Golpeo su mano pero no puedo evitar que robe otra. Ruedo los ojos.

— No es tan así...

— Ni te molestes en negarlo, Su – Alex toma su teléfono entre sus manos – tengo pruebas de la hora en que me respondes...

— Eres insufrible.

— Si no fuera por este insufrible, dormirías incluso menos, guapa.

Me quedo en silencio porque ha dado en el clavo, no sé qué más decir y por alguna razón todo se ha quedado en silencio. Corto la conexión que se ha formado entre Alex y yo, volteando a ver a sus padres, quienes se miran divertidos.

— Bueno – me encojo de hombros intentando tener el control de nuevo – agradezco que me hayan dejado dormir.

Tomo otro sorbo de mi taza mientras ellos solo asienten, tratando ocultar las sonrisas en sus rostros y fallando en el proceso. El castaño a mi lado vuelve a meter su mano en mi plato, quitando otra de las galletas en este.

Me mira esperando mi reacción, pero lo dejo estar, rindiendome.

~ ~ ~ * ~ ~ ~

Si en algún momento creí que el conocer a la novia de Marc sería extraño y me sentiría incómoda, no estaba para nada cerca de lo que estaba ocurriendo en la realidad.

Mi mejor amigo había llegado con Nat poco antes de la hora de la cena. Y sí, he dicho "Nat" a propósito, porque ha sido inevitable hacer clic con la pelinegra.

Mientras comíamos pude comprobar que Marc había encontrado una buena chica, alguien que sabía seguirle el ritmo y ponerle en su sitio cuando era necesario.

Además, toda la familia parecía haberla integrado bastante bien lo que en un momento me tuvo bastante recelosa, pero la genuina intención de Nat por conocerme hacía que dejase mis pensamientos negativos a un lado.

One Shots MárquezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora