Feeling Good (Marc)

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Mamá vino temprano a verme pues Carlos no estaría disponible estos días para atenderme. En realidad no era necesario que ella viniera, pero me consideraba lo suficientemente inteligente como para no contradecirla y si ella quería salir de casa temprano para venir a la mía y confirmar que estaba todo en orden, yo no era quien para negárselo. 

Llegó a eso de las 9 de la mañana, cuando yo aún estaba dormido por el cansancio y las molestias post carrera. Dijo que me acompañaría un rato antes de irse a trabajar, pero la notaba muy extraña, pasaba de estar muy pensativa a hablar hasta por los codos, casi mareandome y luego hablando por teléfono e insistiendo en que ordenara las cosas que dejé a la vista cuando llegué de Aragón ayer.

- Mamá, ya déjalo, tampoco está tan desordenado - estoy terminando de desayunar y la veo caminar de un lado a otro guardando cosas - ¿puedes quedarte tranquila? Me mareas, ya ordenaré yo durante el día.

- No, no, hay que ordenar ahora, mira si después tienes cosas que hacer - comienza a meter ropa en la lavadora.

- No tengo nada que hacer, le dije a Jose que hoy descansaría por el hombro, asique puedo ordenar más tarde, deja eso ahí.

- Pero si esto ya está, ahora solo queda guardar la maleta - pone a andar la lavadora y solo puedo pasar una mano por mi rostro con cansancio, no puedo contra ella.

- Anda, siéntate junto a mi y come algo - me levanto de mi silla y voy a buscarla para que se ubique a mi lado.

Logro que se tranquilice un rato y comemos en paz, mientras hablamos de cualquier cosa menos de las carreras. Es ley que durante la semana el trabajo se queda fuera y en casa no se habla del tema a no ser que sea estrictamente necesario. Es una forma de desconectar del mundial por un tiempo y mantenernos tranquilos entre semana. 

Después de desayunar, lleno de resignación hice caso a mamá y terminé de ordenar todo para que se quedara tranquila, de lo contrario seguiría insistiendo y no tenía ánimos de discutir con ella. 

Alrededor de las 12:30 del mediodía me voy a mi habitación para poder ducharme y relajarme un poco de tanto movimiento. Me despido de mamá que pronto se irá a trabajar y me meto al baño. Llevaba un par de minutos bajo el agua cuando escucho el grito de mi madre diciendo que se va y me dejará un encargo en la sala. Quizás qué se le olvidó entregarme antes de meterme a duchar. Ignoro los ruidos en la planta baja porque conozco a mi madre lo suficiente para saber que se da mil vueltas antes de salir de casa.

Unos minutos después salgo de la ducha con los músculos más relajados, el dolor aún persiste pero es menor que a inicios de la mañana, ya casi son solo molestias, el analgésico hará efecto en un rato y mientras espero, el agua caliente ha hecho su trabajo.

Me seco con la toalla y me pongo unos boxers que saco del cajón, cuando escucho que dicen mi nombre en el primer piso. Es tal la sorpresa al escuchar esa voz que me golpeo al cerrar el cajón y maldigo en voz alta, no puedo estar escuchandola después de tanto tiempo. Debe ser la presencia de su familia en casa de mis padres ayer y el hecho de saber que ha vuelto a España.

Oigo pasos en el primer piso y prefiero ir a investigar por lo que busco un pantalón corto y una camiseta, esto no puede ser real. Me visto más que rápido pero no alcanzo a ponerme la camiseta cuando escucho los pasos nuevamente, esta vez en la escalera.

- ¿Marc? ¿Estás bien?

Salgo con prisas de la habitación arreglando mi pantalón corto y me encuentro con ella. Pensaba que mi mente me estaba jugando una mala pasada, pero la realidad supera mi imaginación cuando veo a Pilar frente a mi.

Mi cara debe ser un poema ¿Qué hace ella aquí? Muevo mi cabeza intentando salir de la ensoñación y la observo de pies a cabeza, jesús bendito, la sangre comienza a correr por mi cuerpo. Pilar se fue siendo una chica muy guapa, no mentiré en eso, pero la mujer frente a mi me deja sin palabras.

One Shots MárquezWhere stories live. Discover now