El agua caliente del jacuzzi resguardaba perfectamente mi cuerpo del frío del ambiente. La cabaña que habíamos alquilado, en conjunto con toda la naturaleza a su alrededor hacía que esta escapada con mi novio fuese de ensueño.
Mi chico se había metido a la ducha hace un rato y yo llevaba un par de horas metida en estas aguas termales, no hacía falta ni decir que el agua estaba deliciosa y no quería ni volver a entrar en la habitación. Cierro los ojos un momento solo para volver a abrirlos al sentir su presencia en el balcón.
- ¿Más descansada?
Le veo salir solo con un pantalón de deporte y con una toalla alrededor de su cuello, me ofrece su mano y hago un puchero.
- Todo en este lugar es un sueño, amor, quiero llevármelo todo a casa - me sumerjo más en el agua caliente, intuyendo que el castaño quiere que ya salga para volver a la habitación.
Le veo negar con una sonrisa en los labios.
- Ya pensaremos si es viable o no. Ahora volvamos dentro, llevas ahí un montón de tiempo, sin contar el tiempo que estuvimos juntos antes.
Una sonrisa perezosa se instala en mi rostro y me muerdo el labio mirándole con intención.
- Y bien que nos lo pasamos, mi vida - me levanto tomando su mano que aun seguía estirada y dejando que el agua escurra por mi cuerpo.
La mirada de Alex sigue el recorrido de las gotas de agua y vuelve a subir lentamente, haciendo que sienta un calor que contrasta con el frío del ambiente. Junto los muslos con suavidad y mis pezones se endurecen con su mirada ya oscura.
- ¿Me parece a mi o alguien ha vuelto a tener ganas?
Llego hasta donde él se encuentra esperándome, mientras entrelazo mis brazos tras su cuello. Pego mi cuerpo al suyo, rozando "inocentemente" su pelvis con la mía. Un jadeo se escapa de sus labios y toma mi cintura con fuerza, haciendo descender sus manos directo al interior de las bragas de mi bañador.
- Hemos venido aquí a disfrutar, y yo quiero disfrutarte a ti...
Basta con que suelte esas palabras para que, saque sus manos de la parte inferior de mi bañador y las lleve directo a mis pechos, amasándolos a su antojo. Un gemido de sorpresa y placer sale de mi garganta al notar su tacto sobre esa zona de mi cuerpo.
- ¿Amor?
Busco su mirada con la mía y me lo encuentro mirándome con una sonrisa ladeada.
- Estoy intentando escurrir el agua, guapa - se agacha a tomar mis labios con los suyos mientras con una rapidez que no esperaba, desabrocha los nudos que sostienen la parte superior de mi bañador.
El frío del ambiente contrasta contra lo caliente que me siento, pero me aprovecho de la oportunidad y me pego a su torso, rozando mi piel con la suya de manera descarada.
Un golpe en mi glúteo me hace morder su labio, arrancándole un gruñido y dirijo mi mano al interior de su pantalón, mientras él comienza a caminar hacia el interior de la habitación.
- Quítate las bragas.
Apenas es un susurro, pero la frase llega a cada terminal nerviosa de mi cuerpo. La versión de Alex dominante solo aparece en ocasiones y me pone de una manera que no es ni medio normal.
Le miro con mi mejor mirada de inocencia, pero más me demoro en actuar que en caer sobre el colchón de la cama, con mi novio sobre mi.
- Demoraste mucho, guapa. ¿Sabes lo que eso significa verdad?
