Compta amb mi (Alex)

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Espero con paciencia a que comience el llamado para poder abordar mi avión.

Los nervios de volver por fin a casa, esta vez sin mi mejor amiga acompañándome, afloran desde lo más profundo de mi ser, instalándose en mi estómago.

Me acomodo en la sala de espera, apoyando mis piernas en mi maleta de cabina, mientras abro el libro que comencé a leer la última semana.

La lectura siempre logra que me abstraiga del mundo real, por lo que no es de extrañar que se me pasen las horas en un suspiro. En algún momento pasaron casi 3 horas y yo ni cuenta me di.

Avisan de la puerta de embarque y presto atención al escuchar que mencionan mi destino. Los nervios se agolpan en mi estómago y guardo mi libro para organizarme mejor con mi maleta de cabina y mi bolso de mano.

La gente comienza a formarse en distintas filas, según el grupo indicado para abordar. Miro mi tarjeta de embarque "grupo 4". Falta poco para que le toque a mi fila, por lo que comienzo a avanzar tras la última persona formada.

Tomo asiento en mi lugar y me acomodo mientras espero a que lleguen mis compañeros de vuelo durante las próximas 12 horas. Como el avión aún no se mueve, disfruto de las últimas vistas de esta ciudad que me ha acompañado estos días, guardando los recuerdos en un lugar importante de mi memoria.

- Disculpa, ese es mi asiento - volteo a ver al castaño que señala el asiento a mi derecha, justo del lado de la ventana.

Parece simpático y no puedo evitar sonreírle, a pesar de que no pueda ver nada bajo mi mascarilla.

Voy a responder cuando se me ocurre mirar hacia la gente que viene entrando y que espera que el castaño se mueva.

- Creo que es mejor que te sientes aquí mientras que ellos pasan - señalo el asiento a mi izquierda luego de hacer una seña indicando la fila de personas que quieren pasar.

Él voltea a ver donde le indico y suelta una risa.

- Supongo que tienes razón, esperemos que pasen todos y lo arreglamos.

Asiento mas no vuelvo a hablar y un silencio agradable se instala entre los dos. La fila avanza con rapidez y sonrió para mí misma al ver que ambos miramos el pasillo con atención.

- Creo que ya podemos hacerlo - le toco el hombro y el castaño se sobresalta mirándome con confusión - los asientos, ya podemos arreglar lo de los asientos.

- ¡Oh si, claro! Perdón, estaba distraído.

Se levanta y se mueve hacia un lado por el pasillo, por lo que le sigo saliendo de mi sitio permitiéndole por fin pasar a su lugar junto la ventana.

El chico se acomoda en su asiento y después de agradecerme, no le toma ni dos minutos quedarse dormido.

- Si que tenías sueño... - suelto apenas en un susurro al observarle. Se remueve un poco y me enderezo mirando a los pasajeros que aún siguen entrando al avión.

~ ~ ~ * ~ ~ ~

Cinturones abrochados, asientos derechos y el sonido del avión comenzando a calentar los motores. Un dolor se instala en mi estómago y me sostengo con fuerza de los brazos del asiento.

Maldigo el momento en que mi amiga tuvo que viajar antes que yo. Odio los despegues y aterrizajes.

El avión comienza a moverse y trato de pensar en cualquier cosa menos la sensación que invade ahora también mi pecho.

Intento respirar profundo y miro a la gente por el pasillo. El asiento a mi izquierda sigue vacío y puedo observar la tranquilidad de algunos pasajeros. Miro a mi derecha y el castaño sigue dormido, medio en coma. Envidio su capacidad para poder quedarse dormido tan rápido y no tener que pasar por este suplicio.

One Shots MárquezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora