No voy a ser yo (Marc)

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La notificación de un mensaje de WhatsApp con el link de un vídeo de tiktok, es el inicio de una tormenta de celos que se instala en mi interior.

- Pero qué coño...

Reconozco el paddock de Indonesia y a Marc saludando de abrazo a una chica que parece ser una fan, pero que no es primera vez que aparece y tengo más que claro que no es una simple fan.

La familiaridad con la que se acerca a ella me hace sentir un dolor en el estómago, es una cercanía que va más allá de un simple abrazo para la foto. La manera en que la mano de Marc serpentea su cintura, la forma casi imperceptible en que inclina su cuerpo al suyo como reclamandolo y el susurro en su oído junto con la sonrisa coqueta de ambos... sé que lo perdí, en realidad nunca fue mío, y eso es lo que precisamente me quema el corazón.

- Quita las manos de ella, puto Márquez...

Sé bien que no puede oírme, pero me hierve el cuerpo cuando veo la sonrisita coqueta que le regala. Será imbécil.

¿Quieren que les dé un consejo?

Nunca tengas como follamigo al hombre del cual te enamoraste hace mucho tiempo.

~ ~ ~ * ~ ~ ~

Lo que comenzó como un tonteo a mi vuelta de Puerto Rico, como una manera de quitarnos las ganas después de coincidir en reiteradas ocasiones de manera intermitente, terminó trayéndome más de un dolor de cabeza, más de un vacío en el corazón.

El castaño bailaba en la pista, haciendo los mismos pasos ridículos que hacía todo el resto del grupo. Era increíble lo poco atractivo que podía verse en ciertas ocasiones, pero lo caliente que me estaba poniendo en este momento.

Culpemos al alcohol o a la falta de sexo de los últimos meses, pero no dudé en ceder a esa sugerente petición de bailar un reggaeton de esos antiguos. Si la temperatura del ambiente ya de por sí era elevada ante tantas personas moviéndose al ritmo característico del estilo musical, el termostato en mi interior vio el color del fuego cuando, moviéndose a mis espaldas, toma mis caderas en sus manos.

Alabado Señor del cielo que le bendijo con una dotación considerable en cierta parte de su anatomía, asique solo fui capaz de pegarme más a él, sintiendo aquella zona de su cuerpo directo en mi culo.

El gemido se escapó de mi boca sin que alcanzara a hacer nada para impedirlo. Me demoré dos segundos en voltearlo a ver, para percatarme del hambre en su mirada. Y jodida mierda, yo quería arder aquí mismo.

- Guapa, como sigas moviéndote así, haré lo necesario para convencerte de volver conmigo a casa - su jodida voz ronca, la vibración de sus labios pegados a mi oreja, con la excusa del elevado volumen de la música ayudaron a mantener en mi interior esa jodida necesidad de su cuerpo.

- No hagas promesas que no tengas intenciones de cumplir, campeón.

~ ~ ~ * ~ ~ ~

Lo que le siguió a ese intercambio de palabras fue irnos directos a mi departamento. Y solo nosotros sabemos la cantidad de estrellas que vimos esa noche, la cantidad de sudor sobre nuestros cuerpos, las caricias por cada rincón de nuestros cuerpos. Aunque debo admitir que los dolores en mis músculos durante la siguiente semana daban una clara idea de lo que ocurrió aquella noche.

Explicar por qué luego de eso no quedó en un simple polvo de una noche es innecesario.

Teníamos una relación bastante extraña, donde podíamos pasar de comportarnos como el perro y el gato, a mostrarnos perfectamente como dos amigos, incluso hasta novios. Nada era extraño para nuestro entorno, aunque la que había comenzado a sufrir era yo.

One Shots MárquezWhere stories live. Discover now