BAD BOY || KookMin

BAD BOY 18

El carrito de las compras estaba siendo llenado principalmente por dulces y galletas, llevados hasta él por un padre y su pequeño hijo.

—¿No piensas llevar nada nutritivo?— se quejó Jimin al ver que de comida real, no había nada.

—Hay galletas de avena— obvió Jungkook como si aquello resolviera la pregunta de Jimin.

—Es enserio Jungkook. Jukka no puede solo comer galletas y dulces, le hará daño.

El azabache lo quedó mirando y después volteó a ver a su hijo.

—¿Tú qué piensas galletita? ¿No crees que Jimin está siendo amargado y aguafiestas?

—Sipi— asintió el menor con la cabeza.

—¿Qué te parece si lo dejamos abandonado en la tienda y nos vamos a comer nuestras galletas al departamento solos?— preguntó mirando a Jimin con una expresión burlona.

—¡No papá!— negó está vez Jukka— Chimin es nuestro amigo, entonces le debemos invitar de nuestras galletas— proclamó convencido y se dio vuelta para ir por un paquete de otro tipo de galletas.

—No te preocupes— le dijo Jungkook cuando estuvieron solos—, no voy a comprar todo esto.

—Pero...

—No tengo suficiente dinero para pagarlo. Cuando Jukka se distrae devuelvo la mayor parte de los paquetes a los estantes y solo compro agunos para él— suspiró mirando a su hijo, el cual estaba en cuclillas decidiendo qué color de caja le gustaba más—. No se da cuenta de eso, o tal vez si se da cuenta pero no dice nada.

Y Jimin no supo qué decir.

Jungkook realmente se preocupaba por su hijo, y se notaba a leguas que deseaba hacerlo feliz, sin embargo, las condiciones no le ayudaban demasiado, y siendo una persona tan joven y rechazada por la sociedad, le era aún más difícil. Jimin ni siquiera se imaginaba cuan complicada podía llegar a ser la vida de Jeon Jungkook.

—Bueno, iré a buscar algo de comida. Por favor vigilalo.

—Si, está bien.

Jungkook asintió y se alejó de ahí, siendo seguido por los ojos de Jimin hasta que desapareció de ese pasillo.

—Chimin— le llamó Jukka haciéndole bajar la mirada.

—Oh, ¿Qué pasa pequeño?

—Hmm— el nene, un poco avergonzado comenzó a jugar con sus dedos y habló—: Antes de que venga papá... ¿Puedo elegir las galletas que quiero para mi?

Jimin frunció un poco el ceño y se hincó para poder estar un poco más a la altura del pequeño.

—¿A qué te refieres galletita?

—Es que... Papá me deja elegir muchas, muchas galletas, pero a veces cuando las busco en el depa... No están— dijo tristemente—. Entonces yo creo que papá se las come y no me guarda ni una— frunció el ceño y se cruzó de brazos—. Entonces por eso te quiero decir cuáles son las que yo quiero probar y así tú las escondes para que papá no se las coma.

Y en ese instante el peli rosa sintió un nudo en la garganta.

Jungkook no merecía que los demás lo juzgarán tan duramente cuando en realidad era una persona increíble, tanto que ayudaba a otros siempre, como a las personas de la zona donde vivía, como a los ancianos del asilo donde se encontraba su abuelo. Era un buen padre, era gentil y paciente con los niños... Era un gran amigo.

—¿Chimin? ¿Por qué lloras?— preguntó el nene sacándolo de su mar de pensamientos, haciéndolo darse cuenta de que pequeñas lágrimas habían empezado a escurrir de sus ojos.