Solo Por Ti

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Después lo vuelvo a revisar por si se me pasó algún error jeje

Espero disfruten de este cap. (es largo +6701 palabras)💜

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Salí de la clase de ciencias hablando con Travis sobre el examen que tendríamos las semana siguiente. Era viernes y estaba de muy buen humor, el día anterior no había asistido al colegio porque me había quedado a dormir en lo de Alex después de tomar un helado y sentarnos en una plaza a hablar. Nos divertimos, incluso podría decir que se sintió como si hubiese sido una cita, o lo más cercano a una. El hecho de que entre Alex y yo todo estuviera más que bien me ponía feliz. Además, con Sofía habíamos arreglado todo; era cierto, aún tenía muchas dudas con respecto a su pasado, pero estaba segura que cuando llegara el momento me lo contaría. Caminamos por le pasillo junto a mi amigo, estábamos yendo al comedor cuando recibí un mensaje del morocho:

Salón de matemática de primero.

Era un mensaje sencillo y claro, como los que solía mandar. Sonreí de lado y a pesar de que prácticamente me estaba muriendo de hambre, le avisé a Travis que lo encontraría en el comedor y cambié el rumbo de mis pasos; antes de entrar al aula me aseguré de que nadie estuviese prestándome atención en el pasillo. Alex estaba sentado en la cátedra del profesor mirando algo en su móvil y al verme guardó el aparato y sonrió. Le devolví la sonrisa sin pensarlo y me acerqué.

—¿Nueva locación?—pregunté poniéndome entre sus piernas y observando alrededor. Siempre acostumbrábamos a terminar en el cuarto del conserje y de alguna manera se había transformado en nuestro sitio.

—Quería probar algo nuevo. —Se encogió de hombros y tomó mi cintura con sus manos, atrayéndome un poco más a él.

—Me gusta—declaré y me cuestioné internamente cómo había descubierto el salón; sin duda tenía una de las mejores vistas de todo el colegio. Tomó mi barbilla con cuidado y me hizo separa la vista de las ventas para regresarla a él.

—Ya fue suficiente interés en el lugar. Creo que merezco un poco de atención yo también—se quejó haciendo un puchero y reí, a veces parecía un niño pequeño. Uní nuestro labios complaciéndolo y pasé mis brazos sobre sus hombros, disfrutando del contacto de nuestras bocas.

Me sentía relajada y segura estando cerca de él, entre sus brazos. Estaba cómoda con sus caricias y sus besos; honestamente, nunca me había sentido así con nadie. Fue mi panza y el ruido que emitió el que provocó que me separara y mis mejillas se sonrojaran. Él levantó una ceja con una media sonrisa burlona.

—Tengo hambre—confesé.

—Creo que pude deducir eso—comentó divertido y golpeé su hombro juguetonamente.

—Bien, ¿entonces podemos ir a almorzar o planeas dejarme morir de hambre?—cuestioné apoyando mis manos en sus rodillas. Lo vi dudar y fue mi turno de levantar una ceja, suspicaz.

—Prefiero quedarme aquí contigo—comentó. Me crucé de brazos y traté de alejarme un poco de Alex para enfatizar el movimiento, pero no me dejó. Mantuvo firme el agarre que tenía sobre mis caderas y negó con la cabeza, prohibiendo que me separara siquiera un centímetro de su cuerpo; mi corazón se saltó un latido por eso.

Lo conocía lo suficiente como para entender lo que le pasaba. Ultimamente mi grupo y el de él se estaban sentando juntos, lo que significaba que personas con las que no estaba familiarizado comerían con nosotros.

—¿No tiene nada que ver el hecho de que los demás comerán con nosotros?—cuestioné suspicazmente y apartó la mirada. Suspiré y estiré mis manos para jugar con su cabello— ¿Por qué tienes que ser tan asocial?—pregunté en broma aunque era consciente del problema para socializar que tenía; no era una acusación.