Solo Por Ti

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XOXO

<-Baby-giirl->

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NARRA DAKOTA

Otro finde semana pasó entre risas y chismes junto a Sofía. Después de la fiesta fuimos para su casa y me contó, mientras comíamos helado, toda su noche; al día siguiente nos despertamos y pasamos toda la tarde hablando y viendo películas hasta que al anochecer volví a mi casa en donde me quedé todo el domingo sola leyendo. Mis madres aún no habían vuelto de su viaje. El lunes por la mañana caminé hasta el ceolegio escuchando música y pensando en lo que podía suceder, vería a Alex luego de lo que había pasado entre nosotros en la fiesta. Nos habíamos besado y me había gustado. Y no sabía qué hacer con eso.

¿Debería saludarlo?

No, por supuesto que no, fue simplemente cosa de una vez...o dos, me reprimí mentalmente.

Lo que había sucedido no volvería a pasar y por alguna razón aquel pensamiento me desagradó más de lo que me gustaría admitir, pero lo saqué de mi cabeza antes de comenzar a cuestionarme cosas que no estaba segura de querer saber.

Abrí mi casillero y agarré el libro de historia.

—Hola—saludó Sofía. Le sonreí mientras me quitaba los auriculares y le devolví el saludo—. ¿Has hecho la tarea?

—¡Mierda, lo he olvidado!—exclamé golpeándome la frente con la palma de mi mano.

¿Cómo había podido olvidarme? YO que nunca olvidaría algo tan importante como la tarea. A quién engaño, ni siquiera recordaba de qué color tenía el cabello el profesor. Nunca fui una alumna aplicada en clase, pero me gustaba sacar buenas notas en los exámenes y tenía la suerte de poder memorizar rápido lo que leía así que generalmente lo conseguía.

Sin embargo, eso no incluía hacer la tarea, en especial cuando había estado distraída pensando en cosas, o mejor dicho, en alguien que no tenía nada que ver con la Primera Guerra Mundial.

—Me imaginé, por eso puse tu nombre en la mía. —Agarró un par de papeles que tenía en la mano y los agitó en el aire. Me ahorré el fingir estar ofendida por el hecho de que había asumido que no haría el trabajo y la abracé.

—¡En este momento puedo hasta besarte!—hablé con emoción—. Me has salvado el culo. Te debo una.

Bufó.

—Una más la de la otra vez de ingles y no olvidemos la de cívica...—recordó con una sonrisa.

—Bueno, una, dos...es lo mismo—le resté importancia con un gesto de la mano—. De todas formas me amas. —Rió y nos separamos justo en el momento en el que las puerta de la entrada se abrieron dejando ver al gran trío intocable hacer su típica entrada. Como siempre, nadie se entrometía en su camino y simplemente dejaban que se creyeran los malditos reyes del instituto. Aunque no estaba tan segura de qué tan lejos estaban de serlo.

Rodé los ojos y miré a mí amiga con los brazos cruzados.

Patéticos pero sexis, muy sexis.

—Sigo sin entender cómo es posible que nadie les diga nada. —Sofía se encogió de hombros.

—Son intimidantes y los rumores tampoco ayudan. —Volví a observar al grupo y mi mirada se conectó con la de Alex. Su rostro estaba impasible, ningún sentimiento o pensamiento se podía leer y para ser honesta, odiaba aquella expresión. Me daban ganas de molestarlo para ver alguna reacción en él.