Jungkook es un alfa joven demasiado inexperto en todos los ámbitos, y Jimin es... ¿Jimin también es un alfa?
Sí, Jungkook lo confirma apenas entra a la habitación que le fue asignada en el campus de la Universidad Kira.
Park Jimin es un alfa y no cu...
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—¿Te gustan los animales? —preguntó Jungkook justo cuando se terminó su malteada.
—No.
—¿Por qué?
—Verlos está bien, pero cualquier cosa que esté viva me provoca estrés.
—Pero si tú siempre estás tranquilo.
Jimin levantó la mirada del plato teniendo un extraño deja vu. Ya le habían dicho eso antes.
—Es difícil tener mascotas —se limitó a responder.
—Yo tuve un hámster, se llamaba Zeus. Pero un día se escapó de su jaula y al día siguiente encontré al gato callejero al que Namjoon alimentaba, comiéndoselo —se lamentó bajito.
—Yo tenía un pez dorado —confesó recordando su niñez. —No recuerdo como se llamaba, pero cuando mi hermana menor nació, fuimos de viaje a Japón para presentarla ante la mierda de gente de la empresa y cuando volví estaba muerto. Nadie de la servidumbre se molestó en ponerle el maldito alimento ninguno de los días que estuve fuera a pesar de que se los pedí de buena manera.
Jungkook miró a Jimin sintiendo algo de tristeza, pero cuando se aclaró la garganta decidió cambiar de tema.
—¿Qué países has visitado? —preguntó curioso.
El rubio hizo una pausa para responder mientras se levantaban para pagar y salir de ahí.
—He ido a varios, pero definitvamente Italia es uno que disfruté bastante —asintió. —Fui solo.
—He visto que Venecia se está hundiendo, espero que no te hayas caído en un charco. Una vez me resbale en las escaleras congeladas de mi casa, me dolió el trasero por tres días.
Jimin trató de mantenerse serio, pero al escuchar su extraño relato, una suave risa se escapó de sus labios. Jugnkook giró a mirarlo con los ojos bien abiertos, sin poderse creer lo que había oído.
—Vayamos a Kira.
—¿Reíste? —Jimin lo ignoró mientras salían de la cafetería. —Es la primera vez que te veo sonreír de verdad en casi un mes.
—Se han visto cosas peores.
Por unos minutos caminaron en silencio sólo mirando la bonita puesta de sol. El naranja de la luz hizo a Jungkook sonreír encantadoramente.
—Tu sonrisa no fue una de esas cosas peores —murmuró de pronto. —De hecho es muy linda.
El rubio frunció las cejas ante el cumplido, pero decidió ignorarlo para no crear algún problema mayor.
Entraron a Kira en silencio y fueron tranquilamente hacia su edificio.
—¿Quieres ver una película en en la laptop? —preguntó Jungkook.
Jimin realmente quiso no haber pasado la tarde con él, pues sabía que después, se iba a poner insoportable.
—Detente ahí, ya fuimos a comer y ya platicamos de nuestras desgracias, no es necesario pasar más tiempo del necesario juntos.
