Jungkook es un alfa joven demasiado inexperto en todos los ámbitos, y Jimin es... ¿Jimin también es un alfa?
Sí, Jungkook lo confirma apenas entra a la habitación que le fue asignada en el campus de la Universidad Kira.
Park Jimin es un alfa y no cu...
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Jimin había visto tantos signos de división en la pantalla del ordenador, que sentía como si la vida se le pudiera terminar en ese momento. Estaba tan aburrido de los putos números que quería levantarse y arrojar la computadora fuera de su vista, pero eso podría costarle un sobresaliente y eso era lo único que todavía no se podía permitir perder. Así que simplemente siguió escribiendo las malditas ecuaciones mientras escuchaba la voz de la profesora repitiendo lo mismo de siempre.
—Quisiera morir —murmuró Taehyung dándose de golpes contra el CPU de su computadora. —Esto es horriblemente aburrido.
—Bueno, parece que no todos disfrutamos de las mismas cosas —contestó él mirando como a su lado, Jungkook tecleaba feliz y emocionado.
Taehyung rodó los ojos antes de suspirar y seguir en lo suyo, hasta que de pronto se giró y le pegó suavemente en el brazo con una sonrisa. Jimin alzó una ceja hacia él.
—¿Qué quieres?
—Jimin, hace tiempo no vamos a Itaewon —susurró bajito, pero no lo suficiente como para que Jungkook no escuchara.
—¿Itaewon? Yo quiero ir, he oído que es muy lindo ahí —murmuró sin quitar la mirada de su monitor.
El rubio frunció los labios al darse cuenta que a Jungkook se le estaba olvidando que habían normas que no le permitían salir de noche.
Era extraño.
Pero, él no lo iba a detener.
—¡Claro, vamos! —sonrió su mejor amigo mirándolo a él. —Podemos conseguir tatuajes gratis en el estudio de Jiho.
Jimin asintió sin darle demasiadas vueltas al asunto. Y después no pudo evitar mirar de reojo al menor de los tres nuevamente. El chico que había estado evadiendo su presencia desde aquel beso en el río Han, tenía un físico tan bien trabajado, que para su desgracia, se lo imagino sin camisa y con un brazo completamente lleno de tatuajes. En su mente, tenía unos abdominales bastante increíbles, tanto que tuvo que cerrar los ojos y regañarse mentalmente por esos estúpidos pensamientos.
Durante lo que restaba de clases, se limitó a perderse en sus pensamientos mientras elegía el que posiblemente sería un nuevo tatuaje para él, aunque no estaba muy seguro de querer otro. No se tatuaba desde hacía más de un año.
Cuando finalizó su clase de hockey se dio una ducha rápida y frunció las cejas al no ver a su compañero de habitación por ningún lado, se vistió rápidamente con unos vaqueros negros, una camisa de seda lila, botas, se colocó sus pendientes, anillos y cadenas y se miró al espejo para poder sacudirse el cabello. Finalmente tomó las llaves de su motocicleta y salió de la habitación buscando sin querer a Jungkook por los pasillos.
Eran las siete cuando se subió a la motocicleta y arrancó para ir a la parte de afuera donde siempre se reunían los demás para irse a otro lado. Y era extraño, pero no podía negar que estaba aliviado de que el chico no estuviera ahí, por un momento se le pasó por la mente que quizás Itaewon era un lugar demasiado peligroso para alguien en la situación de Jeon Jungkook. Pero, el poco alivio que sentía, se le borró al verlo de pie junto con Taehyung y Hoseok. No pudo evitar apretar los labios incómodo, y no sabía porqué la sensación de molestia se estaba instalando en su pecho. No sabía si era porque de verdad le preocupaba que fueran a ese lugar.
