☾ 29. Valentía.

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Mini capítulo NamJin.

El tintineo de las gotas de lluvia en el barandal del balcón mantenían despierta a la pareja que yacía acostada en la cama con los dedos de las manos entrelazados, recuperándose de la mejor noche que habían tenido en mucho tiempo. Las sábanas cubrían sus cuerpos desnudos mientras que sus pieles ardientes estaban tocándose suavemente.

El mayor de ambos mantenía una sonrisa brillante, pero en el fondo todo se sentía agridulce mientras el moreno hacia círculos en la palma de su mano con el dedo índice. No sabía que se podía decir después de llevar semanas viéndose a escondidas sólo para besarse, cenar y acostarse a hacer el amor.

Un amor que se había apartado de su vida hacía algún tiempo, y que él pensó jamás volvería.

No se había acercado a Namjoon para volver con él, sino que simplemente quiso hacerle saber que lo perdonaba, pero en ese momento... En el momento en que sus ojos se conectaron, ninguno pudo evitarlo y después de hablar por horas de su situación, decidieron que tendrían encuentros casuales cada cierto tiempo.

Pero Seokjin estaba confundido.

¿Namjoon merecía que lo perdonara y luego se acostara con él como si nada?

Sabía que sus padres los habían apartado, pero también sabía que el menor ya era mayor de edad cuando lo dejó. Él pudo decidir si quería dejarlo realmente o no.

Borrando su sonrisa poco a poco, aparto la mano y su corazón pronto decidió que no quería estar metido nuevamente en ese círculo vicioso.

—¿Pasa algo? —le preguntó el moreno alzando la mirada ante la falta de tacto.

—Nam, sabes que te amo, ¿cierto? —le dijo el mayor sentándose en la cama sin atreverse a mirarlo.

—Sí, lo sé y yo agradezco que me hayas perdonado, ya que sólo así puedo decirte que yo también...

—No podemos volver a caer en ese círculo vicioso en el que tu me buscas, tenemos sexo y luego vuelves a irte por vergüenza al que dirán de ti. Sé que ya no estás atado a tus padres, pero sabes que no has cambiado.

Namjoon se quedó quieto algo descolocado por las palabras del pelinegro, y atónito observó como se levantaba para ponerse la ropa y luego girarse a mirarlo. Su corazón se estrujo al notar que el hombre lo miraba con algo nada más que tristeza.

—Ahora voy a salir y tú me dejarás ir, y no volveremos a vernos, cuida de tu hermano, él lo necesita —suspiró antes de levantar el mentón y darse la vuelta para salir.

Por varios segundos, el moreno se quedo quieto observando la puerta cerrada en la oscuridad de su habitación. Tragó saliva varias veces e inhaló antes de sentirse extrañamente solo. Como si de verdad le hiciera falta Seokjin. Sus manos estaban sudando y los latidos en su sien estaban cada vez más marcados.

Y sin pensarlo dos veces, se levantó de un salto decidiendo que su estupidez no iba a volver a interponerse entre ellos, se puso un pants y una sudadera y rápidamente se calzó y salió corriendo hacia el ascensor, que afortunadamente estaba parado esperando por él. Con la mente dando vueltas mil y una veces, pulsó el botón de la planta baja y al salir corrió hacia la calle, donde giró en ambas direcciones no encontrando nada.

Hasta que sus ojos enfocaron a un montón de personas reunidas en la esquina de la calle, frunciendo las cejas, caminó hacia allá sintiendo que su lobo gruñía con angustia. Namjoon comenzó a sentir un mal presentimiento al tiempo que las gotas de agua empapaban su ropa y al ver que había un autobús de pasajeros detenido al lado supo que había habido un accidente.

Jadeante, siguió adentrándose en el suceso y se quedó quieto ante la imagen frente a él. Reconoció al instante la gabardina del profesor Kim, recostado en el pavimento siendo rodeado por todos, con los ojos abiertos, el costado derecho del rostro golpeado y lleno de sangre fresca y su cuello comenzando a tornarse color morado. Se le había salido un zapato y sus manos estaban raspadas.

—¡Llamen a la ambulancia!

—¡¿Para qué?! ¡Este joven esta muerto!

Namjoon ni siquiera se atrevió a acercarse al cuerpo inerte de esa persona que había amado tanto. Su profesor favorito, aquel por el que de ser más valiente, hubiera intentado todo.

Pero era un cobrarde y por eso mismo sintiendo sus piernas temblar se dio la vuelta mientras las lágrimas comenzaban a acudir a sus ojos.

Al llegar a su departamento, se sentó en el sofá y comenzó a escribir un mensaje que iba dedicado hacia su hermano menor, al que debía cuidar antes de que fuera como él.

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Kook, lamento haberme alejado de ti, sé que no la has estado pasando bien, pero también sé que capturaron a Minrae. Eso es bueno, jamás creí que Jimin fuera a poder tener algo de libertad.

Por eso quiero decirte que si lo amas, no te atrevas a dejarlo ir, nunca. Ni aunque te haga enojar cuando tenga momentos difíciles, él merece tanto como tú alguien que esté a su lado. Su recuperación será complicada, por eso te lo digo.

Cuídalo y protege el amor que se tienen.

No quiero que te equivoques tal como yo lo he hecho una y otra vez.

Te quiere, tu hermano mayor.

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Jungkook frunció las cejas al leer el extraño mensaje de su hermano, y respondió enseguida alegando que no se preocupase y que el también lo quería, para después apagar el móvil y luego girarse a ver al castaño, quien estaba refunfuñando en la cocina observando a su padre mientras este sacaba una charola de galletas del horno.

Al parecer estaban quemadas.

Sonrió al ver a Jimin queriendo arreglarlas, pero luego siguió prestando atención a Yuna, quien estaba sonriendo mientras le enseñaba unos dibujos qué ella misma había hecho en donde se retrataba toda su familia. Su padre, su hermano mayor, ella misma y Jungkook cerca de Jimin.

Jungkook se sentía en paz porque sabía que Jimin ahora tenía una familia.

Y él no lo iba a arruinar.

Y él no lo iba a arruinar

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Pure Alpha 𐦍 KookMin 「Omegaverse」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora