☾ 28. Quédate.

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Jungkook estaba sentado en un pequeño sofá que era realmente incómodo, mirando la televisión con asombro, pues en ella se mostraba la imagen de Park Minrae ingresando al mismo hospital psiquiátrico en el que habían estado hace dos días todos juntos. El noticiero informaba que no había sido posible meterla a la cárcel por su estado de salud, pero que igual recibiría el trato de cualquier paciente mental ahí. Mientras que por otro lado, Park Jihyun trataba de conseguir un amparo para evitar pisar una prisión, no por no querer cumplir con su castigo, sino, por Yuna. La pequeña niña aún necesitaba alguien que la cuidara, y era más que obvio que después de tanto que había pasado, Jimin no podría cuidar ni de sí mismo.

Finalmente todo el país estaba de descubriendo que la mujer más poderosa de Corea era la responsable de la muerte de dos personas, una ex pareja de su marido, y del que alguna vez había sido novio de su hijo mayor. También todos sabían que la policía había estado comprada por ella, y las manifestaciones en el capitolio estaban sonando con fuerza, gente indignada sin saber como era posible que hubiera tanta mafia en un país tan pequeño.

Las propiedades que habían sido compradas con el dinero de los fraudes cometidos por la mujer también estaban siendo embargadas, su empresa estaba cayendo, y aunque Jungkook se sentía angustiado por la economía de Jimin, sabía que algo debía quedar para él.

Y sino, él lo ayudaría, o al menos lo intentaría cuando este se dignara a abrir los ojos.

Apagando el televisor, volvió a girarse hacia el cuerpo inerte que aún permanecía durmiendo desde esa noche que lo habían rescatado. El médico que lo estaba atendiendo le confirmo que sólo estaba inconsciente porque su cuerpo necesitaba recuperarse de tanto tiempo enfermo. Jimin estaba durmiendo plácidamente, recuperando las fuerzas que había perdido en todos esos meses en los que las pesadillas lo habían atormentado.

Jungkook sabía que quizás esos malos momentos seguirían, pues iba a ser parte de su recuperación. Después de todo, hasta el alfa más puro y fuerte necesitaba ayuda psicológica alguna vez. Y él estaría siempre a su lado, sin importar que tan difícil fuera ese proceso.

Hablando de alfa, el pelinegro no dejaba de recordar las palabras de los médicos, el lobo de Jimin estaba dormido, y no sabían si despertaría en algún momento próximo, pues ante tanta presión y dolor, en vez de abandonar a su humano, sólo había decidido esconderse para que no hubiera peligro de muerte, para proteger su vida. El problema de eso, era que nadie sabía en que momento su novio volvería a ser un alfa hecho y derecho, pues su aroma y esencia estaba casi imperceptible, como si fuera un beta común y corriente.

Jungkook no alcanzaba a comprender cuanto debía haber pasado para llegar a ser de esa forma, pues su imagen seguía siendo tan fuerte y tan dominante, que no quería ponerse a pensar en lo que pensaría el castaño al despertar. Siendo sólo la mitad de sí mismo.

También estaba consiente de que su novio tenía asuntos pendientes con ese omega al que había querido como a nadie más. Y aún así, no quería que olvidara esa bonita etapa de su vida, sino, que la recordara como eso, como los momentos alegres que había vivido. Y que siguiera adelante, levantando la mirada y dejando crecer nuevas memorias en las que esperaba todo saliera bien.

En las que ambos pudieran ayudarse mutuamente.

Lo miró con atención detallando su rostro, sus labios recuperando ese tono rosado, al igual que sus mejillas. Sus ojeras desapareciendo poco a poco, sus hematomas cambiando de color, curando lentamente.

—Te amo —habló tomando su mano. —Te amo tanto.

Y con ese pensamiento, se quedó dormido al costado de la camilla, dejando que su cabeza reposara a un lado, esperando que Jimin despertarse cuanto antes.

Pure Alpha 𐦍 KookMin 「Omegaverse」Where stories live. Discover now