☾ 12. Deseo.

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Jimin se recargó en la pared de la ducha mientras el agua tibia caía por su espalda relajando el dolor muscular de la clase de Hockey

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Jimin se recargó en la pared de la ducha mientras el agua tibia caía por su espalda relajando el dolor muscular de la clase de Hockey. Últimamente los días habían sido tan tranquilos que no podía esperar a que llegara el momento en el que la marea se volviera turbia nuevamente. La sensación de estar tranquilo, en lugar de reconfortarlo, lo hacía ponerse más nervioso, y cualquier persona promedio, diría que lo merecía. También estaba consciente de que así era, pero...

¿Por qué no podía simplemente disfrutar la paz?

Suspiró enjuagándose el cabello y al salir de la ducha, se envolvió la toalla alrededor de la cintura y se acercó al lavabo para lavarse los dientes. Al mirarse en el espejo, se encontró con una mirada que no veía hace tiempo, no tenía ojeras, ni tampoco tenía los labios pálidos. Se veía sano.

Al menos físicamente.

Pero entonces, el ruido de la puerta abriéndose le hizo saber que Jungkook había llegado. Su estúpido corazón latió tan rápido que él quiso lanzarse por la ventana. No sabía que le estaba pasando, o más bien, sabía PERFECTAMENTE bien lo que le estaba pasando, pero la sola idea de pensar en ello, le taladraba el alma y le provocaba ganas de encerrarse y llorar hasta que Dios se apiadase de su herido corazón y decidiera llevárselo.

Porque hasta para suicidarse, era un puto alfa cobarde.

Un par de toques en su puerta le hicieron dar un respingo del susto, apretó entre sus manos el borde del lavamanos sintiendo como el pánico crecía.

—Otra vez no... —pidió en voz baja comenzando a hiperventilar.

Su respiración se agitó y mientras él luchaba por ponerse el pantalón de chándal, Jungkook volvió a llamar a su puerta. Los escenarios que le mostró su turbia imaginación le causaron el ataque de pánico más repentino de la semana, y aunque hubiera querido ocultarlo, sus ansiolíticos y calmantes estaban afuera, por lo que abrió la puerta y empujó el cuerpo del alfa sin prestar atención a nada. Sus oídos pillaban y estaba tan mareado que no escuchaba nada, no veía nada, estaba tan asustado.

Odiaba esa sensación de asfixia, odiaba no poder ocultarlo, odiaba que fuera tan débil. 

Gruñendo, tomó el frasco de pastillas y se metió una a la boca tragándola en seco, desesperado por sentir alivio. Fue entonces que de pronto sintió unas manos grandes y cálidas tomando sus mejillas. Jungkook apareció en su campo de visión, frente a sus ojos, hablándole preocupado, gritándole que se calmara, quizás aún más asustado que él. El pelinegro lo ayudó a sentarse en la cama y unos minutos después, la pastilla hizo efecto, Jimin se relajó y sus latidos dejaron de martillearle el cerebro, el pillido dejó de sonar y pudo enfocar su mirada.

—¿Estás bien? —le preguntó el menor por enésima vez, sin dejar de sujetar su rostro, tan preocupado que el rubio quiso llorar.

El amor del que sospechaba, aparecía en los ojos del menor, y parecía que ni siquiera él se había dado cuenta.

Pure Alpha 𐦍 KookMin 「Omegaverse」Where stories live. Discover now