Jungkook es un alfa joven demasiado inexperto en todos los ámbitos, y Jimin es... ¿Jimin también es un alfa?
Sí, Jungkook lo confirma apenas entra a la habitación que le fue asignada en el campus de la Universidad Kira.
Park Jimin es un alfa y no cu...
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Jimin llevaba días sin dirigirle la palabra a Jungkook.
Aunque contrario a lo que aparentaba, no estaba enojado con él. El enojo sólo le había durado unos minutos desde que salió de la habitación y fue afuera del edificio. No era rencoroso. Para que de verdad estuviera enojado con alguien, ese alguien debía haberle hecho algo muy malo. Tan malo quizás como las cosas que le hacía Minrae.
Pero Jungkook jamás había intentado hacerlo enojar. El verdadero problema sólo era él, tratando de huir de las ganas que tenía de sincerarse con el pelinegro acerca de todo. Y era muy extraño, porque después de jurar no dirigirle siquiera la palabra al chico cuando lo vio por primera vez, muchas cosas habían cambiado.
Esa tarde, después de que su mente se despejó, tuvo que volver a la habitación, y agradeció que Jungkook no estuviera en ese momento, ya que el calor seguía latente y sus sábanas estaban hechas un desastre. Quizás debía preocuparse más por la posible crisis que estaba sufriendo el menor por haber tenido su primera vez con alguien prohibido, pero tenía tantas otras cosas en la cabeza, que simplemente no podía pensar en eso.
Especialmente cuando él bien sabía, que Jeon Jungkook también era prohibido de mil formas para él. Y jugar con lo prohibido en el pasado le había traído heridas tan grandes que aún no terminaban de cicatrizar.
¿Por qué no aprendía a no cometer errores?
Quizás porque el cometerlos era lo único que a esas alturas le permitía sentirse vivo. Aunque tenía que tomar en cuenta que sobrevivir no significa vivir, y por ciertos momentos, él sentía que estaba respirando aire prestado. Jimin sabía que estaba mal, sabía que todos lo sabían, que Taehyung estaba preocupado, que Yuna lo extrañaba, sabía que su cansancio y dolor emocional comenzaba a notarse físicamente. Sabía que no podría ocultar para siempre sus ataques de pánico, y sabía también, que un alfa tan de "élite" como él, no debería sentirse así de débil.
Pero no podía hacer más.
—Jimin, ¿quieres papas fritas? —le preguntó Taehyung mientras se acercaban al buffet de la cafetería.
—No —se limitó a responder aún perdido en sus pensamientos. —Comeré avena.
El omega asintió no muy convencido mientras se servía su porción de carbohidratos.
—¿Y Jungkook? —preguntó notando como su mejor amigo se ponía alerta enseguida.
—No sé, no lo he visto.
—Al fin se te borraron dos dos chupetes que tenías en el cuello, ¿Jungkook tiene algo que ver con eso? —le preguntó nuevamente haciendo que Jimin formara una mueca y se cubriera el cuello con una mano.
Taehyung sonrió, pues sabía que había dado en el clavo. Sabía que Jimin no dejaba que nadie le dejara marcas.
