Jungkook es un alfa joven demasiado inexperto en todos los ámbitos, y Jimin es... ¿Jimin también es un alfa?
Sí, Jungkook lo confirma apenas entra a la habitación que le fue asignada en el campus de la Universidad Kira.
Park Jimin es un alfa y no cu...
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Movió las llaves de un lado a otro mientras veía un punto fijo en el edificio que tenía a unos metros. El tintineo de las gotas de lluvia a su alrededor le recordaba que estaba lloviendo a cántaros y que si no entraba ya, probablemente le daría un resfriado, pero sus manos estaban aferradas a la motocicleta y le importaba poco que su ropa y cabello estuvieran empapados. Suspiró cerrando los ojos y después de unos segundos finalmente bajó y puso la manta de protección.
Caminó lentamente hacia su edificio, su móvil indicaba que eran ya las tres de la mañana, y a él eso le parecía muy temprano. Se guardó las pertenencias en el bolsillo y sacudió la cabeza para librarse del ligero mareo que le había dejado la cuarta noche seguida en Farkas. Subió con cuidado y abrió la ventana para poder entrar, pero antes, se quitó las botas para no ensuciar algo a su alredor. Al estar dentro, cerró la ventana y miró hacia la cama de Jungkook esperando que estuviera dormido. Al confirmarlo, dejó las botas en el suelo y caminó hacia el baño estirando los brazos en el aire, estaba tan cansado.
Abrió la puerta de su baño y entró, encendió la vela aromática que estaba siempre en el depósito del váter y abrió la llave del agua caliente. Se quitó la ropa empapada quedándose sólo en bóxer y sacó de su botiquín sus pastillas para dormir, recargó las manos en el lavabo mirando al frente y suspiró al ver las ojeras debajo de sus ojos, estaba helado a pesar de que la lluvia era veraniega. Se tomó dos pastillas sin pensarlo dos veces y luego se duchó rápidamente, se puso ropa para dormir seca y salió del baño mirando la hora. Las tres y media.
Miró su cama con algo de resentimiento, pero rodó los ojos y terminó acostándose, intentando que las pastillas hicieran efecto. Al fin y al cabo, necesitaba dormir.
Pero mirando el techo, le dieron las seis y media, lo supo porque la alarma de Jungkook siempre sonaba a esa hora. Cerró los ojos haciéndose el dormido y lo escuchó espabilarse y levantarse un rato después. Escuchó el agua de la ducha y escuchó como se ponía el uniforme.
—Son casi las siete, llegarás tarde —escuchó.
Decidió no responder. Era la primera vez que le decía algo desde él día que lo había dejado colgado afuera de Farkas, hacía más de una semana. Ni siquiera sabía como era posible que a ese chico le quedaran ganas de hablar con él.
¿No le había demostrado ya suficiente desprecio?
—Nos vemos allá, le diré al profesor Kim que no te sientes bien —su voz era tan suave que ni siquiera parecía que fuese un alfa.
Le recordaba a alguien.
Cuando finamente escuchó que la puerta se cerraba, volvió a abrir los ojos fastidiadio. Se sentó en la orilla de la cama y alzó su móvil para marcar un número al que llamaba muy poco. Espero tres tonos y le respondieron:
—¿Jimin? —la voz femenina le respondió del otro lado algo sorprendida. —Vaya, creí que tendría que llamarte yo antes de que me llamaras tú...
