☾ 26. Desesperación.

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Jimin estaba sonriendo levemente mientras escuchaba como su manada se peleaba por saber quien era el alfa más poderoso de todos ellos

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Jimin estaba sonriendo levemente mientras escuchaba como su manada se peleaba por saber quien era el alfa más poderoso de todos ellos. Y aunque parecían saber que la respuesta era su nombre, por alguna razón él estaba pensando en que en realidad el más fuerte de todos ellos era Jungkook, quien estaba platicando despreocupadamente con Taehyung, quien sólo asentía cuando el menor de decía algo sobre la clase de contabilidad de la que habían salido.

Su mirada se encontró con la suya, ambos sonrieron, y su mejor amigo pareció notarlo, pues al instante le dio un suave golpe en la espinilla, como felicitándolo por aceptar ser feliz. Él sólo suspiró mientras seguía dando pequeñas cucharadas a su desayuno. Era la primera vez en meses que se sentía tan liberado, y aunque sabía que estaba lejos de estar libre, decidió que lo mejor era ignorar cualquier posible amenaza para su salud mental. Lo cual, aparentemente le estaba resultando bien, más que bien.

Jungkook era un flotador que había hecho que sus pesadillas se fueran, aunque fuera parcialmente, y que se sintiera alegre de verdad. Ese lindo alfa había conseguido que él pudiera ignorar todo lo malo de su vida y que se concentrara en el presente, lo que para su fortuna, estaba siendo la mejor terapia.

Todas las noches iba a dormir a la cama del menor, quien se encargaba de abrazarlo como si quisiera protegerlo de esos oscuros remordimientos. Ambos compartían suaves besos y a veces algo más íntimo, yendo a un ritmo lento, como se supone que las parejas deben hacerlo. Habían estado saliendo a citas también, lejos del bullicio donde la gente pudiera reconocerlos, e incluso le había enseñado cosas nuevas, le había enseñado música, le había prestado su guitarra, le había prestado sus anillos y hasta su motocicleta.

Jimin estaba viviendo como el enamorado empedernido que era.

Y aún así, lo único en lo que pensaba cuando no le estaban prestando atención, era en que tarde o temprano, el sueño iba a acabar y la oscuridad iba a volver. Tener fe le estaba costando, y mucho. Pero no podía hablarlo abiertamente con su "casi algo", porque tenía miedo de volver a lastimar su corazón. El pelinegro no se merecía que él volviera a meter la pata, por eso estaba poniendo todo de su parte para ignorar se mal sabor de boca y seguir adelante.

—¿Todo bien, nene? —le preguntó de pronto la voz del chico en el que estaba pensando. —Primero prestabas atención, pero después tu mente comenzó a volar durante todo el receso.

Jimin frunció las cejas notando que ya ni siquiera estaban en la cafetería. ¿Cómo había llegado hasta ahí? No recordaba siquiera haberse levantado.

—Estoy bien —sonrió a pesar de que creyó que tenía una especie de episodio de amnesia temporal. —Estaba pensando en todo, ya sabes.

Jungkook sonrió tomando su mano y guiándolo hacia el armario de limpieza en el que habían estado el día que Jaebum le manchó el uniforme de crema pastelera. Entraron ahí y entonces el más alto se inclinó para besar sus labios. El castaño cerró los ojos al instante, inmerso en la brillantez del beso, notando como su mente pasaba de ser un lugar oscuro a uno lleno de estrellas nuevamente. Le asustaba saber cuanto poder tenía el pelinegro sobre él, pero prefería dejarse llevar. Así que cruzó sus brazos sobre el cuello contrario atrayéndolo más. Movió sus labios lentamente, buscando transmitirle lo mucho que lo amaba en ese beso.

Pure Alpha 𐦍 KookMin 「Omegaverse」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora