Capitulo #38

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-¿Qué haces aquí?-le grito en un susurro. Una sonrisita de satisfacción de extiende por su pálida cara y los hoyuelos se marcan enseguida-¿No deberías estar en el hospital, durmiendo en tu horrenda habitación?

-La habitación era demasiado horrenda -coincide. Su cara contrastada por la luz de la luna que ingresa por la ventana. Puedo ver a la vista el corte sobre la ceja de la pelea.

-Vamos, dime la verdad, y... ¿Acaso te quitaste la venda de la ceja?-cruzo los brazos sobre el pecho. Me cuesta creer que en realidad está aquí y no es solo un sueño del que despertaré en cualquier momento-. De verdad estás loco.

-Tal vez y la verdad es esa-pasa junto a mí en dirección a mi cama. Su acción me toma por sorpresa, sobretodo porque es algo que jamás esperaría de el a estas alturas. Sin embargo, esa sonrisa, esa vivacidad...hay algo que no cuadra en su actitud-¿Vienes? Tengo sueño.

Arqueo una ceja, esto sí que es irreal.

Entonces, pienso en algo que tiene sentido en estas circunstancias.

-Harry, ¿la cocaína sigue en tu sistema?-arqueo las cejas. Su semblante se ensombrece de repente. Si antes estaba echado sobre la cama con toda comodidad, ahora se incorpora con cada músculo de su espalda tenso-No me malinterpretes pero...-

-¿Estas escuchándote?-imita sus palabras con un gesto de mano en el cual se toca una oreja. Sus verdosos ojos se entornan en la oscuridad, podría notarlo hasta con los ojos vendados.

-No es lo que quise decir, enserio. Es que estas tan contento cuando todo lo que pasa son desgracias...-comienza a acercarse hacia mí y de repente no sé si quedarme quieta o retroceder; no es que le tenga miedo a Harry, pero si a un drogadicto. Me observa atentamente hasta que termino de hablar.

-¿Acaso no puedo sonreír?-repone con asperidad. Nos encontramos a solo unos palmos de distancia; un paso más y podría accidentalmente besarlo.

Me encojo de hombros, intimidada por su penetrante mirada que no para de buscar la mía en un intento fallido.

Y suelta una carcajada.

Comienza a reír como si le hubiera contado un chiste y no para hasta que yo frunzo el ceño, molesta por su bipolaridad.

-¿Que es tan gracioso?

-El hecho de hacerte creer que estaba enojado. Deberías haberte visto, con toda la cara de susto-me toma por el antebrazo y apoya la frente sobre mi hombro.

Este chico tiene que estar mal, hace solo un momento estaba tan enfadado por lo que dije yo y ahora solo ríe como un bendito desquiciado. Esta versión de Harry me causa ganas de llorar, al solo pensar que la culpa es de las drogas.

Drogas... la palabra me deja mal gusto hasta cuando la pienso.

-Harry -me froto las sienes con las yemas de los dedos. Muevo un poco el hombro para liberarme de su pesada cabeza consumida por el polvo. Cuando me vuelve a observar de frente, noto la desilusión en sus ojos por haberlo evadido-No quiero que me malinterpretes.

-No. Lo entiendo-me da la espalda para dirigirse a mi escritorio-. Crees que estoy dopado.

-No es que no lo hayas estado antes-le suelto bruscamente. El solo hecho de que intente victimizarse cuando él sabe lo que hizo me enfada.

Estoy en pijama, parada en el medio de mi habitación y comienzo a tener frio, por lo que ignoro la presencia de Harry y me recuesto en mi cama nuevamente. Solo quiero que termine con este show y vuelva a salir por esa ventana hacia el hospital o su casa, que se yo. Sin embargo, al verme allí acostado se acerca para sentarse a un borde del colchón, con los codos apoyados sobre los muslos y las manos tapando su cara.

KeeperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora