Me quedo mirándolo fijamente desde donde estoy, sin nada para decir. Él se acerca hacia mí extendiendo una mano, pero a juzgar por la cara de enojo y la arruga entre las cejas que se le forma al fruncir el ceño, no sé si aceptarla o salir corriendo.
-¿Piensas quedarte ahí para siempre?-pregunta con una voz ronca que me eriza el vello de los brazos.
Vacilo unos segundos y al final, acepto su mano.
Me ayuda a ponerme de pie como si tuviera peso pluma y acto seguido me vuelve a dar la espalda para tomar una toalla de un perchero. Se la frota por todo el cuerpo sudoroso mientras me espeta con la mirada.
¿Qué quiere de mí?
-¿Qué?-pregunto, cuando empiezo a desesperar.
-¿Qué?-repite como si fuera un juego. Una sonrisa torcida pero malvada se dibuja en su rostro cuando aprieto los puños a mí al rededor, nerviosa.
-¿Qué haces aquí?-repone segundos después, con las cejas arqueadas.
Niego con la cabeza. Se supone que me confundí de clase, pero visto su carácter burlón, decir algo como eso me haría ver como la idiota de toda la ciudad.
-Yo eh...-digo, pensando en una buena excusa. Busco ayuda en las paredes llenas de posters del gimnasio y me detengo en un cartel-.¡Busco al entrenador Woodey!
Mi voz sonó más alta que antes y poco más nerviosa, pero la excusa es excelente.
El, en cambio, me observa escéptico.
-¿Estás buscando a Christobal Woodey?-Asiento-. ¿Es urgente?
Asiento de nuevo pero esta vez, con un hito de perspicacia.
-Pues consíguete una pala: Esta medio dormido a seis metros bajo tierra, en el cementerio Laine.
Profiero una mueca de horror. ¡Jamás pensé que podría ser tan desagradable!
Le dedico una mirada de odio.
-Pues escucha esto, Parka...-
-Harry-Me corrige.
-Harry-repito y por alguna razón me gusta cómo suena en mis labios-. Algún día, estarás muerto...-
Me detengo, ¿Suena bien o demasiado extremista? ¡Qué va!
-Sí. Algún día estarás muerto y un idiota con un nombre tan tétrico como 'La Parka' vendrá y...-
-¿Tétrico? ¿Quién usa esa palabra?
Mis nervios me salen a flor de piel pero antes de que pueda explotar, un anciano con silbato al cuello aparece junto a nosotros.
-¿Les interrumpo algo?-dice con voz queda. Su estirada y vieja cara me da aún más miedo que el rostro ceñudo de Harley o como se llame el otro.
-No-respondemos al unísono y negando al mismo tiempo con la cabeza. Luego yo me apresuro a agregar-. Yo...me confundí de clase.
Puedo ver por el rabillo del ojo la expresión ceñuda de Harley.
-Pues no sé si te enteraste niña pero, ¡Hay una pelea el Viernes y mi alumno tiene que entrenar!
Su voz fuerte y reprochadora me obliga a asentir rápidamente para luego comenzar a trotar hasta la salida.
Antes de cerrar la puerta a mis narices, echo un último vistazo al interior.
-¡No puedes permitirte distracciones a estas alturas!-dice el aparente entrenador de Harley-¡Estamos a meses de los nacionales, Styles!
