Harry
—No te creo, la verdad.
Suspiro del cansancio, pues la pura verdad es que esta charla logra hacer caer gotas de mi frente.
—Eso es porque estas en fase de negación.
—Todavía no lo creo—repite, con la voz temblorosa. Esta a punto de largarse a llorar—. Estás mintiendo Harry, no podrías. Tu...—
—¡No soy el santo que tu crees, Skylar!—sus ojos se abren de par en par mientras mi voz se eleva considerablemente—. ¡Te he herido! Siempre estuviste ahí para mi y yo no lo estuve!
Hacer uso de mis cuerdas vocales de esta manera me deja afonico, pero lo peor: me desgarra el corazón. Quisiera que no fuera de esta manera, pero cuando es la única forma de hacerla entrar en razón...
—Te dejaré en paz Harry, pero quiero saber porque lo hiciste.
—Ya te lo he dicho, la conocí en la fiesta...—
—No eso—cierra los ojos, como si mis palabras le suponieran un gran dolor—. ¿Por que vas y vienes? ¿Me besas y me ignoras? ¿Me amas y me odias?
El ambiente permanece en silencio por un par de segundos. Pienso bien la respuesta. No puedo fallar ahora.
—Sky, en verdad te quiero—me vuelvo hacia ella, insistente por encontrar una mirada que no se deja mostrar; sus ojos están cerrados y su cara escondida entre sus manos—. Todo esto...—un extraño picor me llega a la nariz. ¿Acaso estoy por llorar?—. Todo esto...es tan difícil para ti como para mi.
Ella me observa. Veo en sus ojos la esperanza de encontrar una respuesta distinta a la que estoy por darle.
—Pero debemos seguir adelante—finalizo. Suspira y apoya la cabeza contra el asiento—. Muchas cosas pasaron entre nosotros, ¿lo recuerdas?—comienza a llorar—Si lo recuerdas...y yo también. No quiero que creas que lo olvidé—ahora, las lagrimas caen por mi cara. Si, estoy llorando—. Recuerdo cuando ingresaste al gimnasio por equivocación, recuerdo el día en que te metiste en una de mis peleas y te pegué en el ojo accidentalmente, recuerdo nuestro primer beso...recuerdo cuanto te quería Penny. Recuerdo mis intentos por ser un buen novio, los golpes que les dí a los que se interponían entre nosotros, recuerdo cuando fuimos en busca de tu hermano a un vecindario peligroso, recuerdo haberme escabullido en tu habitación cuando me escapé del hospital. Pero lo que mas recuerdo...es la noche que pasamos en la cabaña del bosque. Fuiste la primera persona a la que le conté todo lo que le conté sobre mi vida, la primera a la que realmente amé. Pero no todo es perfecto, ¿eh? No fuiste la primera con la que tuve relaciones, como te lo había dicho desde un comienzo.
Ella me mira, confundida.
Este secreto lleva rondando en mi interior desde aquel día en que se lo había dicho. Y aunque mis fueros internos pidieron durante todo este tiempo que se lo diga, jamás existió el valor suficiente para soltarlo. Después de todo, lo mejor que puedo hacer ahora es echar leña al fuego, antes de que yo también me desmorone.
—¿Que?
—Fue con Jade Willand. Seguramente estás herida ahora, pero mi intención no es generar otra pelea, sino que entiendas que no fui quien tu creías que era—llevo la vista hacia mis pies.
—Esta bien...si quieres que todo termine, puedo soportarlo.
Asiente con la cabeza, sus manos intentando fallidamente secar todas las lagrimas que rondan por su cara. Su expresión se endurece de repente.
—Antes de que me odies de por vida, espero que sepas que todo fue real.
Cojo la manecilla de la puerta y tiro de ella. Antes de salir completamente del auto, me vuelvo hacia el interior.
