Capítulo 25

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Claire Ripley se ha desplazado desde su casa hasta el lugar en el que Lee se ha instalado. Ha ido allí para hablar con él sobre qué deberían hacer, ahora que Alec ha decidido no ayudarla más. Le ha contado lo que ha sucedido: que Alec la llamó ayer y de la nada, ha decidido dejar de protegerla y alquilarle la casa porque no deja de cambiar su versión. El hombre de musculosa complexión observa a su mujer con una mirada ciertamente suspicaz, pues siempre ha pensado que hubo algo entre ellos, aunque no cuenta con pruebas fehacientes que lo demuestren.

—¿Por qué te ha echado? —quiere saberlo, pues seguramente Hardy tuviera motivos de peso.

—Por tu culpa —responde ella en un tono viperino—. Porque viniste y nos acostamos allí.

—Sí, y tú se lo contaste —asevera, y la mujer morena asiente lentamente—. ¿Y de qué más habéis hablado? —da un paso amenazante hacia ella, dejando traslucir en su comportamiento algo de agresividad y posesividad.

—No, necesitamos un plan —intenta dialogar ella, de pronto ligeramente acobardada por el aura llena de peligro que su marido parece dirigir hacia su persona.

—Teníamos un plan —recalca Ashworth, agachándose para poder mirarla a los ojos estando a su altura—. Y tú lo has jodido.

—Oh... —Claire lo observa con una sonrisa pícara—. Tú quieres hablar de joder, ¿verdad? —cuestiona en un tono ligeramente meloso, antes de cambiar de actitud como quien se cambia de máscara, propinándole un sonora bofeteada en la mejilla izquierda, lo que provoca que su marido la empuje contra la pared, sujetándola por el cuello con fuerza—. Vale, adelante —logra decir la mujer de cabello oscuro y ojos verdes tras intentar liberarse de su agarre, sin éxito. Al hablar su tono se resquebraja mínimamente, como si fuera a sollozar—. ¿Qué? ¿Qué vas a hacer, Lee? ¿Qué vas a hacer? —cuestiona entre leves bocanadas de aire, con su mirada aún fija en los ojos azules de su marido—. ¿Quieres estrangularme? —logra cambiar mínimamente el tono por uno ligeramente excitado a pesar de que la está estrangulando, pero claro, ese es su juego. El juego de ambos. Con el que más se divierten—. ¿Quieres pegarme? —cuestiona, antes de sentir cómo el arquitecto la sujeta por el cabello con su otra mano.

En ese momento, la mano izquierda de Claire, que por suerte está libre, recorre el lado derecho del cuerpo de su marido, pasando por sus costillas, hasta llegar a la hebilla del cinturón. Con mano experta, la peluquera de piel clara suelta dicho accesorio. Contempla a Lee para intentar adivinar si tiene su permiso, antes de introducir la mano izquierda en el pantalón. Su marido, que como es habitual, no se resiste a una sesión de sexo entre dominante y sumisa, comienza a corresponder. Pronto, la ira y el frenesí dan paso al sexo desenfrenado, rudo y salvaje al que ambos están acostumbrados, con Lee sujetando a Claire por los muslos para mantenerla sujeta, mientras que ella rodea su cadera con las piernas.

Una vez el frenesí y esa conducta de dominación ha terminado, sin embargo, ambos se abrazan y besan como si se perdonaran todo lo que hayan hecho, pasado y presente. Los problemas quedan olvidados... Al menos de momento. Ya habrá otra ocasión, otra discusión en la que tengan que volver a recurrir al sexo para evitar discutir y pelear entre sí.

Al cabo de varios minutos, Claire está de pie en la campiña inglesa, observando la costa y el pueblo de Broadchurch, nada más bajar la colina. Está pensando sobre su siguiente jugada con tal concentración, que no se percata de que Lee ha caminado hasta quedar tras ella. La morena se atusa el pelo ligeramente, pues debido a la fricción de sus cuerpos y al desenfreno, se ha desmelenado un poco. Finalmente, nota la presencia y el aroma de su marido a su espalda, y niega con la cabeza.

—No soy yo misma cuando estoy contigo —sentencia en un tono sereno, pues ahora que tiene algo de perspectiva, es capaz de ver lo tóxica y nada recomendable que es su relación con Lee, pero como le dijera a Ellie y a Coraline en su momento, es como una droga de la que no puede desengancharse fácilmente. Se pregunta si esta vez lo conseguirá.

La Verdad tras la Justicia (Broadchurch)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt