Capítulo 26

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"Puedes mirarme también" Lin Wuyu asintió. 

El mensaje de Lin Wuyu llegó en el momento en que Ding Ji estaba a casi de darle un golpe a Lao Liu y fue algo realmente vergonzoso

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El mensaje de Lin Wuyu llegó en el momento en que Ding Ji estaba a casi de darle un golpe a Lao Liu y fue algo realmente vergonzoso. 

No esperaba que un día estuviese dentro de una serie de deudas. 

—¿Escuchaste lo que dijo tu hermano peng? —Ding Ji miró fijamente a Lao Liu. 

Lao Liu miró a Liu Jinpeng: —es mucho más joven que yo. 

—¡Aún estando en el vientre de mi madre, yo seguiré siendo tu maldito hermano Peng! —Liu Jinpeng lo miró. 

—¿Me escuchaste con claridad? —Ding Ji le preguntó a Lao Liu— planifica cómo pagar ese dinero y él, es tu hermano Peng. 

Lao Liu asintió en un estado aturdido. 

—Largo de aquí —Ding Ji le dio un empujón. 

Después de que el cadáver ambulante de Lao Liu se alejó lentamente, Liu Jinpeng estaba un poco disgustado: —¿estaba realmente enamorado?

—¿No estaba fingiendo? —dijo Ding Ji. 

—¿Se puede tener la habilidad para fingir sobre eso? —dijo Liu Jinpeng— esa reacción me hizo pensar cuando te encuentras con el verdadero amor y solo planeas entre vivir o morir, como un rayo en un día soleado en que la reina madre dibujó una galaxia con un látigo. 

Ding Ji lo miró: —La reina madre usaba una horquilla dorada [1]

—¿horquilla dorada? —dijo Liu Jinpeng— ¿No es un látigo de color plateado? ¿Por qué es un horquilla dorada? 

—Entonces es una horquilla plateada —dijo Ding Ji. 

—¡No importa de qué color o si es un horquilla! —Liu Jinpeng señaló la dirección en que se fue Lao Liu— estamos hablando de Lao Liu, ¿bien? él simplemente le sucedió eso, ¡usaron ese látigo sobre él! 

—Yo también lo creo —dijo Ding Ji— solo se enamoró y si te quedas bajo esa situación tu cerebro se atasca, ¿verdad? ¿acaso no posee coeficiente intelectual? 

—Tú no entiendes esto —Liu Jinpeng agitó la mano— el amor no es como el agua de un río, las personas que se enamoran se infectan más bien bajo el vino y cuando se dan cuenta, están completamente borrachas. 

—Pero aún así el coeficiente intelectual no se me es afectado cuando estoy borracho —dijo Ding Ji. 

—¡Solo es una metáfora! —gritó Liu Jinpeng, probablemente enojado porque no recibió los elogios que merecía al haber dicho una frase tan filosófica— ¡Con el coeficiente intelectual que tienes, no dudo que aunque saltes sobre el rio de vino, no te des cuentas de que estás enamorado! 

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