Capítulo 75

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"Manual de crianza de pollos" dijo Lin Wuyu.

Solo faltaban dos días para el cumpleaños de Ding Ji, y después de haber decido que regalarle, Lin Wuyu tuvo que actuar de inmediato o de lo contrario, no sería capaz de colocarse al día

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Solo faltaban dos días para el cumpleaños de Ding Ji, y después de haber decido que regalarle, Lin Wuyu tuvo que actuar de inmediato o de lo contrario, no sería capaz de colocarse al día. 

Y para asegurarse de que pudiera darle una sorpresa a Ding Ji, quien era capaz de adivinar el regalo que le daría, tenía que hacer un estricto trabajo de guardar secreto. 

—¿A dónde vas? —Ding Ji lo agarró del brazo— ¿No irás a estudiar? 

—Ve tú —dijo Lin Wuyu— yo tengo algo que hacer. 

—¿Qué cosa? —preguntó Ding Ji— ¿Me vas a comprar un regalo? 

—Mm —respondió Lin Wuyu. 

—Yo también iré —dijo Ding Ji. 

—...¿Cómo podría permitir eso? —dijo Lin Wuyu. 

—Así soy yo —dijo Ding Ji— He elegido mis propios regalos desde que era un niño. 

—¿También te permitieron tus compañeros de clases elegir tus regalos? —preguntó Lin Wuyu. 

—¿Eres acaso mi simple compañero de clases? —dijo Ding Ji— y mis compañeros de clases no sabían acerca de mi cumpleaños, y tampoco celebraba mi cumpleaños con ellos. 

—Quiero darte una pequeña sorpresa —dijo Lin Wuyu— No puedo darte una gran sorpresa, pero siempre puedo darte pequeñas sorpresas. 

—No me regales un dron —dijo Ding Ji en voz baja— Una vez, un chico lo usó para confesarse con una chica. Aunque el efecto es demasiado sensacional, no somos muy adecuados para eso. 

—Si no me lo hubieses dicho, jamás lo habría pensado —dijo Lin Wuyu. 

—No es muy romántico —Ding Ji chasqueó la lengua— Olvídalo, continúa y no te seguiré. Esperaré la pequeña sorpresa, tal como dijiste. 

Originalmente, Lin Wuyu no tenía la intención de establecer claramente el concepto de "pequeña sorpresa", pero el enfoque no estará en dar una sorpresa o no. Sino que más bien "dar un pequeño regalo muy interesante" y ahora que estaba claro, la atención que había sobre la palabra "sorpresa", perdió relevancia ante la palabra "pequeño". 

Porque si no se puede una sorpresa, entonces será una pequeña sorpresa. 

Lin Wuyu sintió que la presión aumentó de inmediato. 

Este no era un simple regalo que le iba a dar a Ding Ji, y no se podía comparar con ese regalo hecho a mano. Este era un regalo para el cumpleaños de Ding Ji, un día exclusivo de Ding Ji. 

Tan pronto como salió de las puertas de la universidad, sacó su teléfono y marcó el número de Lin Zhan. 

—¿Ya llegaste? —preguntó Lin Zhan. 

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